Análisis
Las mejores expectativas desde 2011
Casado ha agradecido la asistencia de los millares de personas que llenaban el coso valenciano de la calle Játiva, con una taurina vuelta al ruedo. El Presidente Nacional vive su mejor momento desde su elección al frente del partido; los populares contabilizan cinco meses de importantes ascensos lo que les ha situado por delante del PSOE desde el mes de mayo. Son hoy alternativa de Gobierno. El electorado vuelve a confiar en el PP y éste responde con más unidad interna y ausencia de pugnas, lo que genera aún más apoyo y movilización de sus bases, siendo de tal magnitud que la fidelización del electorado del PP es del 94.9%, la más alta de todos los partidos nacionales, según datos de la encuesta de LA RAZÓN del pasado 20 de septiembre. En el mismo sondeo aparecía Vox en segunda posición con el 85.9% y el PSOE en tercer lugar con el 79.2%.
En la clausura de la convención el Presidente de los populares ha recibido no solo un baño de masas, sino que ha sido arropado sin excepciones por todo el que tiene alguna responsabilidad, orgánica o institucional, en el PP. Acallando críticas maliciosas en cuanto a la unidad del partido entorno a su líder. Hemos asistido a la proclamación de facto del candidato de las derechas españolas a la presidencia del gobierno. Casado ha manifestado en el acto que «el partido unido como una piña, fuerte com una roca preparados para echarnos el país a las espaldas».
Con lo que Casado envía una aviso a navegantes, sean en 2022 o en 2023 las elecciones generales, él está ya preparado para el combate electoral y para ser investido Presidente del Gobierno, posibilidad más real de lo que algunos se imaginan. Por primera vez desde 2011, las derechas pueden alcanzar con mayoría suficiente la Moncloa. Y además solo dependen de sí mismas, es decir que si se concentra el voto de las derechas en el PP, la mayoría absoluta está garantizada. La inmensa mayoría del electorado de las derechas, desde Cs hasta Vox, no dudaría en votar en clave útil, es decir, votaría la candidatura popular, si con ello se les garantiza que se desplazará al PSOE, Podemos, Bildu y ERC, del gobierno.
Casado ha hecho una mención a Sánchez: «Él ya es el pasado aunque no lo sepa». El voto de las derechas suma ya 11,2 millones, frente a los 9,0 millones de las izquierdas. El reloj cuenta ya el tiempo que le queda en Moncloa. Y ha rematado con «España necesita un cambio ya».La responsabilidad recae ahora sobre el votante de Vox y Cs. Aglutinar todo este voto, incluso el de los moderados votantes del PSOE, otorgaría la mayoría absoluta a Casado. El mensaje a los votantes de Vox ha sido claro, Casado ha proclamado en Valencia que derogará todas las leyes del PSOE. Cosa que erróneamente no se hizo en 2011/2015 a pesar de contar con la mayoría absoluta. Siendo una de las principales causas de la escisión electoral del PP, que condujo al engrandecimiento de Vox.
Casado sabe que debe incluso mejorar la situación actual; primer partido nacional, expectativa de 130 escaños, rozando el 30% de los votos… su siguientes movimientos para ampliar la base electoral del PP deben ejecutarse con prudencia. Debe articular un mensaje para permitir que el electorado de Vox vaya confiando en el PP de Casado. Por otro lado debe cerrar definitivamente el capítulo con Cs, aún queda medio millón de voto naranja que no se decide a unirse a los de Casado, y quizá lo más delicado, lograr el acercamiento de sectores de la izquierda constitucionalista alarmados por posiciones y proyectos rupturistas.
El marco elegido para la puesta de largo de la candidatura presidencial de Casado ha sido el mismo que llenaron Aznar, Rajoy Francisco Camps y Rita Barberá Estableciéndose una relación directa entre el aforo y el éxito electoral inmediato del partido a todos los niveles, nacional, autonómico y local. La plaza de toros de Valencia es un talismán para el PP, un instrumento de precisión que mide la movilización de militantes y votantes populares y que llevaba prácticamente una década sin registrar llenos. La magia de este edificio, con grandes similitudes al Coliseo romano, icono del Imperio de Roma, ha pronosticado siempre el éxito o fracaso electoral del «césar» popular. Casado sale del Coliseo valenciano sabiendo que en poco tiempo alcanzará su meta política; la investidura como Presidente del Gobierno, aunque su honestidad y humildad le impiden ceñirse la corona de laurel antes de tiempo, todos sabemos que nadie va a parar su carrera a la Moncloa y que en Valencia ha recibido su espaldarazo más importante tras su nombramiento como presidente de los populares en el XIX Congreso Nacional de julio de 2018.
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