Conflicto
El peligro del “salto adelante” del Polisario al amenazar a las empresas que trabajan en el Sáhara
Expertos ven la mano de Argelia detrás de este movimiento tras el anuncio de represalias contra Marruecos por la muerte de tres camioneros
La amenaza lanzada por el Frente Polisario de atacar a empresas extranjeras que trabajan en el Sáhara Occidental (70 en total, de las que 14 son españoles) nos retrotrae o, al menos eso es lo que parece por el mensaje transmitido, a la situación generada por este grupo entre 1976 y 1981, con un balance de 289 atentados y 300 víctimas españolas, según expertos en la zona consultados por LA RAZÓN.
Tal y como informó este periódico, uno de los “jefes militares saharauis, Taleb Ammi Deh, anunció que “pronto trasladará los combates más allá del muro de la vergüenza, y considera legítimos todos los objetivos aéreos, marítimos y terrestres ya que el territorio está en guerra”. Por si había alguna duda, advirtió a todas las empresas extranjeras presentes en el Sáhara Occidental que la guerra incluiría todo el territorio del Sáhara Occidental, incluso dentro del territorio de Marruecos, que debían “marcharse de inmediato”.
Medios saharauis ya han tratado el asunto en varias ocasiones, con la publicación de la lista de empresas que trabajan en la zona, entre las que, además de las españolas, figuran nueve francesas y otras de diversas nacionalidades (Irlanda, Estados Unidos, Australia, Alemania, etcétera), a las que se acusa de dar “continuidad de la ocupación marroquí propiciando la represión sistemática contra los saharauis, y alargando la dura estancia de unos refugiados que viven en condiciones extremas en el desierto argelino”, por los campamentos de Tinduf.
La amenaza da a entender que dichas industrias se han convertido en objetivos, que pueden ser atacados por el Polisario o grupos afines, que, al actuar en el interior de lo que Marruecos considera como un territorio propio, deberán moverse en la clandestinidad.
Sin embargo, recuerdan los mismos expertos, la situación no es la misma que en el citado periodo y Rabat cuenta en la actualidad con un potencial bélico y servicios de inteligencia, apoyados, entre otros, por los Estados Unidos e Israel, que tratarán de evitar que las amenazas se concreten.
El “salto cualitativo” dado por el Polisario se relaciona, según las mismas fuentes, con la escalada de tensión entre Argelia y Marruecos. La muerte en una zona del Sáhara, por la que no deben transitar ni civiles ni militares, de tres camioneros argelinos provocó una respuesta oficial de las autoridades de ese país en el sentido de que habría “represalias” ya que se acusaba a Rabat de estar detrás del ataque.
Para los expertos la amenaza del Polisario, que cuenta con el apoyo militar y logístico de Argel, podría ser uno de las expresiones de dichas “represalias”, en el sentido de avivar el conflicto bélico con Rabat y cometer atentados contra intereses económicos extranjeros en la zona.
Marruecos ha desplegado un amplio plan de desarrollo económico del antiguo Sáhara español, con la implantación de todo tipo de empresas, construcción de carreteras y, recientemente, la de un super puerto en la antigua Villa Cisneros. En las recientes elecciones legislativas, fueron los habitantes de esta zona los que registraron el porcentaje más alto de votación de todo el país, lo que ha sido presentado por Rabat como el “mejor referéndum” que se puede hacer y que para resolver el conflicto la única vía es la de la negociación, como recientemente ha ratificado la ONU.
Si el Polisario lleva adelante las amenazas, dicho conflicto experimentará un giro absoluto dados los apoyos internacionales con los que cuenta Marruecos y las consecuencias que tendrían para los países que han invertido en la zona, entre las que figura en primer lugar España.
Cuando Argelia anunció “represalias”, Rabat contestó con llamadas a la conciliación y aseguró que no pretendía entrar en conflictos bélicos. Pero precisó que, en cualquier caso, no se iba a quedar con los brazos cruzados si se producían.
Durante la campaña de atentados del Polisario hasta 1986, uno de los más graves se produjo 22 de septiembre de 1985 contra el pesquero canario «El Junquito», cuando faenabafrente a la costa del Sáhara. La embarcación fue ametrallada desde tierra. Mataron al contramaestre Guillermo Batista Figueroa, de 63 años, casado y padre de tres hijos. Y hundieron el barco. Los seis pescadores de «El Junquito», que resultaron heridos, fueron capturados y llevados a Tinduf, en la frontera con Argelia, donde fueron liberados seis días más tarde junto con el cadáver del contramaestre.
Ese mismo día. mataron también al cabo de la fragata de la Armada “Tagomago”, José Manuel Castro Rodríguez, el navío que había acudido, en operación de salvamento, ante el SOS emitido por «El Junquito» antes de su hundimiento. El Gobierno de Felipe González ordenó la expulsión inmediata de todo el territorio nacional de «todas las personas identificadas como miembros del Frente Polisario» y el cierre de sus oficinas en España.El atentado contra el pesquero y el ametrallamiento del navío de la Armada fueron asumidos por el Polisario en llamadas a la prensa española.
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