Cónclave

Génova convoca la «cumbre de León» para exhibir unidad frente a Ayuso

Reúne al “ejército” de presidentes provinciales que emanan del nuevo PP

El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, junto a José Luis Martínez Almeida y Teodoro García Egea, en un desayuno informativo de Nueva Economía Fórum
El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, junto a José Luis Martínez Almeida y Teodoro García Egea, en un desayuno informativo de Nueva Economía FórumEnrique CidonchaLa Razón

La renovación provincial del PP de Pablo Casado ha terminado, y la dirección nacional utilizará dentro de dos fines de semana a ese «ejército» del poder territorial para presumir de unidad y exhibir músculo, interna y externamente. Ha sido un proceso congresual costoso, porque los barones vieron en él una injerencia de Génova en el orden natural de los cónclaves, primero tienden a ser los regionales y, después, los provinciales. ¿El motivo que se maliciaron? Segarles el camino y recortarles poder orgánico.

Las tensiones han ido amainando, e incluso la relación de Génova con algunos de los poderes autonómicos ha mejorado notablemente, y pese a todo. No es una balsa de aceite, pero Génova se siente ahora en condiciones de validar su estrategia de renovación interna frente al PSOE, que todavía tiene que acometer ese proceso, pero también frente al pulso orgánico que mantiene con el equipo de Isabel Díaz Ayuso.

Es otra foto más que creen que puede servir para dejar el mensaje de que el PP es un partido unido, donde la única que supuestamente se sale del guion, «sin respetar las reglas ni mantener las formas», es la presidenta madrileña. Un «victimismo», a juicio del equipo de Ayuso, que «la hace más grande».

La «cumbre de León» será la primera reunión de todos los presidentes provinciales que se ajustan al modelo del PP de Casado. Génova lo presenta como una señal de que están ocupados en la «España real», en lo importante, que es preparar las próximas elecciones municipales, «tras un proceso que ha reactivado al partido, como se vio en el Congreso de Valencia». Tienen razón cuando plantean que internamente el partido está ahora más tranquilo, salvo por la crisis de Madrid, pero ésta es de tal envergadura que ocupa todos los titulares y amenaza con seguir echando fuego hasta que se celebre el congreso regional, allá para la próxima primavera.

Casado presidirá esta cumbre provincial, después de que la dirección del PP decidiera empezar a dar la vuelta a las «abandonadas» estructuras territoriales desde abajo, «por las bases». Ese control de las bases y de las provincias le da más capacidad para intentar tener su espacio en los poderes territoriales, heredados de Mariano Rajoy, y que también ha ido revisando, salvo aquellos casos en los que el PP está en el gobierno autonómico.

El PP ha empezado además a abrir relaciones con el PNV y con otras formaciones del Congreso. Salvo Bildu. El margen de colaboración es prácticamente nulo en tanto exista la mayoría de investidura que sostiene a Pedro Sánchez, y también, por otra parte, mientras Vox meta presión por la derecha y condicione tanto la oposición del Partido Popular como la postura de los demás partidos. Pero Génova ha empezado a normalizar relaciones, discretamente, y a buscar canales de comunicación y hasta de negociación que no trascienden a la opinión pública porque no interesa a ninguna de las partes.

De acuerdo con las encuestas que hoy se manejan, es un trabajo de abonar, en cierta forma a fondo perdido, porque pase lo que pase en esta Legislatura, la intención de todos los socios de Sánchez es mantener este Gobierno tras las próximas elecciones generales.

La alternativa implica a Vox, lo que hace imposible que partidos como el PNV entren en la ecuación, y no ya tanto por los nacionalistas vascos, que siempre imponen la vía pragmática, como porque se da por hecho queel partido de Santiago Abascal fijará como condición excluyente de cualquier tipo de entendimiento con el PP que se comprometa a no llegar a acuerdos con los nacionalistas vascos. De hecho, la formación de Abascal ha llegado a defender en alguna ocasión la ilegalización del PNV.

Casado también está buscando ampliar su red entre el empresariado y la elite económica y financiera. Mientras no se vea una alternativa clara, todas estas prospecciones se quedan en labores diplomáticas, y, de hecho, no hay ni siquiera una alianza articulada entre PP y la patronal en la negociación de la reforma laboral y de pensiones.

Pero todo esto queda opacado por la tensión entre Génova y Sol. Además, las perspectivas confirman que Madrid está llamada a ser protagonista de la recuperación económica, y cada día es un foco más atractivo para la inversión nacional, además de la extranjera. Esto ofrece a Ayuso una plataforma fortísima para erigirse en la alternativa al Gobierno de Sánchez, con más fuerza que el líder de su partido porque tiene un Presupuesto y un boletín desde el que ofrecer medidas concretas y el resultado de su gestión.