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Moreno se resiste a las presiones y no convocará elecciones

El adelanto, según los gurús demoscópicos sería una oportunidad para dar una estocada a Sánchez

El presidente de la Junta de Andalucía Juanma Moreno Bonilla
El presidente de la Junta de Andalucía Juanma Moreno BonillaFERNANDO VILLAREFE

La filtración de los audios sobre la prórroga de los Presupuestos en Andalucía ha dejado al descubierto una vez más la descomposición de la formación naranja. Fragmentada territorialmente, en guerra interna por un poder que se diluye exponencialmente según pasa el tiempo, y sometida a esa utilización de las siglas, al servicio del interés del PP, que hacen en Génova con la ayuda imprescindible de Fran Hervías, quien fuera el «número dos» de Rivera.

La respuesta del PP andaluz, a un movimiento detrás del que, además, intuyen la mano de Génova para forzar un adelanto electoral, es reafirmarse en su intención de hacer todo lo posible para llevar la Legislatura, al menos hasta después del verano. «No vamos a convocar». El mensaje oficial suena más dirigido al PP nacional que a Vox, aunque, en este caso, son dos actores que pueden confluir en un mismo objetivo, por intereses distintos.

Vox quiere aprovechar el tirón que le ha dado la pandemia, su oposición a las restricciones, desde la libertad de no tener responsabilidades de gobierno. Las encuestas apuntan a una ligera mejoría, y, en cualquier caso, les dejan en una posición clave para condicionar el futuro gobierno andaluz, e incluso reclamar la entrada en ese gobierno para garantizar la estabilidad parlamentaria. Pero hay otro pulso paralelo, el de Génova con la resistencia de la organización regional a atender sus «consejos» para convocar elecciones en primavera. A Casado le interesa ese movimiento porque sus gurús demoscópicos están convencidos de que la confirmación de que el PSOE sigue fuera del gobierno de su principal bastión territorial será una estocada casi mortal para Pedro Sánchez, todavía mucho más desestabilizadora de lo que supuso la debacle socialista en las últimas elecciones autonómicas de Madrid. Es el trampolín desde el que Génova quiere «calentar» las autonómicas y municipales. Pero, al mismo tiempo, cuanto antes sean esas elecciones, antes tendrá que tomar forma el nuevo mecanismo de colaboración del PP con Vox. Ya no habrá opción de gobierno con Cs, y el partido de Abascal decidirá, estratégicamente, si le viene mejor mantener una colaboración exterior, como todavía ocurre en la Comunidad madrileña, o da el salto a reclamar responsabilidades de gobierno. Las dos opciones tienen sus pros y sus contras, peroen Génova temen que Abascal pueda dar el paso de pedir cuota de gobierno, y Andalucía les sirve como puente de plata para «blanquear» esa coalición y ensayar un nuevo sistema de relaciones que, salvo sorpresa máxima, tendrá que culminar en algún tipo de pacto tras las próximas elecciones generales, siempre que la suma de los dos partidos sea superior a la mayoría de la investidura que hoy sostiene a Pedro Sánchez.

Moreno está ejerciendo una gestión de centro, muy volcada en el ámbito económico y sin esos excesos ideológicos que son el «pan» del que vive Vox. «Lo vamos a pasar muy mal. Aguantar es difícil teniendo la presión del PSOE, de Vox, y de algunos de Madrid, pero tenemos un compromiso con los andaluces y vamos a intentar cumplirlo. No vamos a convocar y resistiremos todo lo posible», confirman fuentes de la dirección del PP andaluz.

Con Juan Marín, la relación del PP es buena, hasta el punto de que como éste confirmó ayer, en una entrevista con Carlos Alsina, en Onda Cero, tiene la intención de asistir al congreso del PP de Málaga, en el que también estará Moreno. Marín también acusó directamente a Hervías de filtrar su grabación, del pasado mes de julio, sobre la prórroga de los Presupuestos, lo que ha sido la excusa de libro para que el PSOE andaluz confirmase la presentación de una enmienda a la totalidad. La filtración ha hecho saltar por los aires el «juego» por el que se intentaba mantener la expectativa de una negociación con los socialistas que diera aire a la Legislatura. Un acercamiento que habría sido histórico, pero que no bendecían ni Génova ni tampoco Ferraz.

En su entrevista en Onda Cero, Marín afirmó que quien haya filtrado la grabación «se ha convertido en la muleta del PSOE en Andalucía para facilitarle una excusa para salir de la mesa de negociación de los Presupuestos». «Podría interpretarse que esta filtración es una maniobra del Partido Popular para forzar un adelanto electoral en Andalucía», sentenció.