Investigación
La Campaña Antártica cumple 35 años
Militares y científicos convivirán durante cien días para llevar a cabo todo tipo de investigaciones en condiciones extremas
El próximo viernes, 3 de diciembre, arrancará una nueva edición, la XXXV, de la Campaña Antártica española, considerada la más antigua de las misiones que lleva a cabo el Ejercito de Tierra en el exterior y cuyo objetivo es apoyar la labor investigadora que científicos de diferentes países realizan en la base “Gabriel de Castilla”, en Isla Decepción. Ése día, unas 60 personas, entre militares y científicos, pondrán rumbo al continente helado, donde permanecerán unos cien días, coincidiendo con el verano austral.
Se trata de una expedición científico-militar que se desarrolla a unos 1.000 kilómetros del lugar poblado más próximo y a 13.000 de España, y se considera un ejemplo de cooperación entre diferentes instituciones públicas y privadas al servicio de la I+D+i, tal y como explicaron esta misma semana durante la presentación de la misma en la Universidad de Málaga (UMA). Durante el tiempo que permanezcan en la citada base (una de las dos que nuestro país tiene en la Antártida, la otra es la “Juan Carlos I”), llevarán a cabo una serie de investigaciones coordinadas a través de los Programas Estatales del Plan Estatal de Investigación Científica, Técnica y de Innovación del Ministerio de Ciencia e Innovación.
Pero no sólo los científicos, pues los militares también aprovechan su estancia en la Antártida para realizar proyectos de interés, principalmente en las áreas de transmisiones, Medio Ambiente, Sanidad, bromatología o vestuario y material de campamento, todo en condiciones extremas.
Eso sí, una de las principales misiones de los 13 efectivos del Ejército de Tierra que se desplegarán es la de mantener la presencia de España en el territorio antártico y proporcionar apoyo logístico a la investigación científica, como por ejemplo dándoles seguridad en sus desplazamientos, tanto por el mar como por tierra.
“Un laboratorio único”
Y es que, según explicaron los responsables de la Campaña Antártica, la base “Gabriel de Castilla”, gestionada por la División de Operaciones del Estado Mayor del Ejército de Tierra, “constituye una digna representación de España en este lejano continente y un símbolo de las capacidades de nuestras Fuerzas Armadas para desempeñar misiones a gran distancia, en condiciones climatológicas extremas, y en cooperación con investigadores científicos y universidades de toda España”. De hecho, tal y como apuntó el jefe de la base española, comandante Víctor Mariño, “Isla Decepción es un laboratorio excelente y único para la investigación”.
Y para estar preparados, esos 13 militares elegidos (de más de 200 voluntarios) se han entrenado durante nueve meses para esta nueva expedición, en la que afrontarán duras condiciones meteorológicas durante el verano austral. Unos uniformados con una media de edad de 41 años y 20 de experiencia militar en, al menos, cuatro destinos diferentes. Además, para la misión han tenido que adaptarse a las nuevas necesidades y restricciones derivadas de la pandemia. No hay que olvidar que en la anterior edición el buque oceanográfico “Hespérides” se vio obligado a cancelar su participación en la Campaña Antártica por un brote de coronavirus que afectó a casi el 60 por ciento de su dotación.
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