Terrorismo
“Nada se movía en ETA sin que “Mikel Antza” diera la orden, entre ellas la de asesinar a Ordóñéz”
Un informe de la Guardia Civil aporta evidencias de la participación del cabecilla en la toma de decisión del asesinato del político popular
“Nada se hacía, nada se movía en ETA que no fuera conocido, coordinado, dirigido u ordenado, y, en la mayoría de los casos, autorizado, por su Comité Ejecutivo”. De esta manera, resume el Servicio de Información de la Guardia Civil (SIGC) la responsabilidad de Miguel Albisu Iriarte, “Mikel Antza” , en el asesinato del teniente alcalde del Ayuntamiento de San Sebastián y presidente del PP de Guipúzcoa, Gregorio Ordóñez. “Antza”, que era el jefe del “aparato político” de la banda en el momento del crimen, prestará declaración el próximo martes ante la Audiencia Nacional. La Asociación Dignidad y Justicia ha pedido que se adopten medidas cautelares para evitar que este individuo pueda abandonar el territorio nacional y evitar así las acciones judiciales que se pudieran derivar contra él.
En el informe de la Benemérita, al que ha tenido acceso LA RAZÓN, se indica que, tras la detención de los integrantes de la cúpula de Bidart, en marzo de 1992, ETA hizxovarios intentos de reorganizar su “dirección” (fallidos, ya que los designados fueron también arrestados), hasta que logró consolidar una ejecutiva de la que formaban parte, entre otros Ignacio Gracia, “Iñaki de Rentería y Bruno”; y el propio “Antza”, que también utilizaba los alias de “Kala, Poeta u Chupa Chups”. Junto a ellos, se encontraba José Javier Arizcuren, “Kantauri”, que fue el encargado (tras la decisión colegiada de los otros) de ordenar al “comando Donosti” el asesinato de Ordóñez.
Durante 1993, estos nuevos cabecillas “pusieron en marcha una serie de sucesivos debates internos para tratar de determinar una nueva estrategia con la que recuperarse del descalabro de la operación policial de Bidart y tratar de poner a ETA otra vez en vanguardia, tratando de mostrar al Gobierno español que había logrado recuperar de nuevo su poder para generar violencia y terror, con el objetivo de desestabilizar al Estado español y forzar al mismo a una hipotética negociación”, señala el informe.
“Para adoptar esta nueva estrategia que supusiese un salto cualitativo en su actividad terrorista, y una vez finalizados los debates dentro de la militancia, el “Comité ejecutivo” de ETA tomó la decisión de forma colegiada de llevar a cabo acciones terroristas contra militantes y dirigentes del Partido Popular y del Partido Socialista Obrero Español”.
Contra políticos y concejales
Para el “Comité ejecutivo” de ETA, el hecho de atentar contra los políticos y concejales comenzó a ser un objetivo prioritario de la banda a partir de julio de 1993. La acción terrorista llevada a cabo contra el teniente alcalde de San Sebastián estaba enmarcada dentro de la nueva línea oficial de la banda terrorista y por consiguiente de la “estrategia de la desestabilización” diseñada por su “Comité Ejecutivo” en la que se determinaban qué acciones terroristas había que cometer en ese momento”.
“Tanto la selección del objetivo contra el que atentar, como la orden expresa de · materializar esa acción cuando se dieran las circunstancias propicias, habrían sido decisiones dadas desde Francia y trasmitidas por José Javier Arizcuren (jefe del “Aparato Militar” a los “liberados” del “comando Donosti” sobre el que ejercía la responsabilidad: Javier García Gaztelu y Juan Ramón Carasatorre. Las informaciones iniciales, así como los medios materiales para atentar contra Ordóñez fueron suministradas al “comando” por la “Dirección” de ETA desde Francia a través de “Kantauri”, quien las habría hecho llegar a los integrantes del citado comando, para que por parte estos fueran comprobadas y verificadas”.
“Antza” formó parte del “Comité ejecutivo” de ETA en el periodo comprendido entre mediados de 1994, fecha en la que adquiere la responsabilidad del “Aparato Político”, y el 3 de Octubre de 2004, fecha de su detención. “Como integrante del “Comité ejecutivo” habría participado en la toma de decisión de asesinar a Gregorio Ordóñez.
El “Comité ejecutivo”, se indica también en el informe, ha sido tradicionalmente el máximo órgano directivo de ETA, la “Cúpula” de la banda terrorista. Esta estructura de dirección era la encargada de controlar y dirigir toda la actividad de la banda a través de una red de enlaces encargados de transmitir sus directrices.
Los integrantes de dicho “Comité” no han estado “física y personalmente en cada uno de los movimientos, acciones, atentados terroristas, etc. que realizaban los miembros de la banda terrorista. Sin embargo, dentro del propio funcionamiento de ETA, el “Comité ejecutivo” fue el órgano encargado de diseñar la estrategia y de dirigir y coordinar todos los medios para llevarla a cabo”.
“Esta estructura se ha mantenido durante la mayor parte de la historia de ETA sin cambios especialmente significativos, con una forma de actuar y decidir siempre colegiada. A su vez, ha existido un reparto de funciones entre sus componentes, de modo que cada uno de ellos se hacía cargo de un conjunto de responsabilidades sobre materias concretas relacionadas entre sí, que la propia ETA englobaba bajo el nombre de “Aparato”, que a su vez estaba dividido en “subaparatos” subordinados.
“Cada integrante de un “comando” o de cualquier estructura obedecía las órdenes que les transmitía su enlace o responsable, porque era consciente que detrás de esa orden estaba la “Dirección” de ETA, su “Cúpula”, su “Comité ejecutivo””.
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