Inmigración ilegal

Jóvenes marroquíes saltan el vallado de Melilla para no hacer el servicio militar

Han logrado entrar 14 de los 80 que lo intentaron y los expertos creen que las iniciativas pueden ir en aumento

14 marroquíes, entre 17 y 20 años, han logrado entrar hoy en Melilla saltando por el puesto de Mari Guari, tras haber escalado por las instalaciones policiales que en ese lugar tienes las Fuerzas de Seguridad del país vecino. Según han informado fuentes de la Ciudad Autónoma a LA RAZÓN, se trata, al igual que una llegada que se produjo hace unos días por mar, de jóvenes que no desean realizar el servicio militar obligatorio que ha implantado Rabat. El intento de salto lo han protagonizado unos 80, pero sólo han logrado entrar esa veintena.

Por su parte, la Delegación del Gobierno ha señalado que los hechos han ocurrido sobre las 8.20 horas de la mañana y que la rápida actuación de la Guardia Civil ha conseguido contener la entrada del grupo, consiguiendo que la mayoría de los mismos desistieran del intento y retornaran hacia el interior de Marruecos.

Normalmente, las entradas ilegales son protagonizadas por subsaharianos pero, de un tiempo a esta parte, se ha detectado que son bastante los jóvenes que tratan de pasar a España con el fin de solicitar asilo.

Suelen aducir que son perseguidos en su país por su condición sexual, lo que está por demostrar, lo que genera un procedimiento que puede tardar en sustanciarse unos dos años. Durante ese periodo de tiempo, muchos de ellos son trasladados a la Península (en los últimos meses, la cifra de inmigrante ilegales trasladados es superior a los 500) y, en el caso, de que la petición resultara denegada no hay “manera de localizarlos”.

A esto hay que sumar, otro problema. Las fronteras están cerradas desde 2019 y algunos marroquíes, pese a los corredores que se establecieron para que pudieran volver a su país, optaron por quedarse en Melilla para que se cumplan, el próximo mes de marzo, los dos años, periodo en el que puede solicitar su permanencia en territorio español por razones de arraigo.

Todos estos asuntos se producen en un momento en que desde el país vecino se ha cuestionado, en cometarios publicados en prensa, la viabilidad económica de Ceuta y Melilla sin el contrabando que ejercían miles de marroquíes y que era conocido como “comercio atípico”. Las autoridades españolas y las del vecino país tienen en marcha proyectos para suplir los problemas económicos derivados de la desaparición de esta actividad que, en definitiva, era ilegal.

En las redes sociales se han insertado opiniones en el sentido de que la juventud española abandona las ciudades autónomas y que será sustituida por la marroquí, algo que en el caso del salto producido hoy responde a otras razones como las de desertar de un servicio que les requiere Marruecos para su defensa, en un momento especialmente conflictivo.