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Josep Ramon Bosch: «La solución (en Cataluña) no pasa por mesas de diálogo o más competencias»

El historiador y expresidente de SCC Josep Ramon Bosch presenta «Cataluña, la ruta falsa»

Josep Ramon Bosch (dcha.), en la presentación de su libro "Cataluña, la ruta falsa" con el ministro de Cultura, Miquel Iceta, y el exconsejero Santi Vila
Josep Ramon Bosch (dcha.), en la presentación de su libro "Cataluña, la ruta falsa" con el ministro de Cultura, Miquel Iceta, y el exconsejero Santi VilaEnrique CidonchaLa Razón

Josep Ramon Bosch (Santpedor, 1963), expresidente de Sociedad Civil Catalana (SCC) y promotor del partido catalanista Lliga Democràtica, ha presentado este jueves acompañado por el ministro de Cultura, Miquel Iceta, en Madrid su último libro, «Cataluña, la ruta falsa» (Deusto). Una obra con la que trata de desmontar el relato independentista en el que continúa instalado una minoría catalana bajo el mantra de que «Cataluña es una nación» o de que «España es el enemigo».

El también historiador ofrece una invitación para volver a construir un «proyecto común» del que asegura que sí existen posibilidades porque «no hay un problema catalán» sino un «problema separatista», según reflexiona en declaraciones a LA RAZÓN. Para el autor, «no hay España y Cataluña, sino Cataluña y resto de España». De hecho, desecha la idea de que haya un grupo de «unionistas» porque, defiende, «no hay nada que unir», sino que existe «un pequeño grupo de catalanes ideologizados que utilizan el populismo surgido de la crisis económica, institucional y moral del 2008, para avanzar su agenda ideológica». Con el mismo argumento descarta que debamos «encajar Cataluña», sino «superar el separatismo en el Estado de Derecho».

El autor recuerda que «la falsa ruta», título de su libro, ya la emprendió el nacionalismo en 1934 y que después «se repitió» en 2017. Lamenta que «cuando puedan, lo volverán a repetir». Ante la posibilidad de que el Gobierno convoque la mesa de diálogo entre Gobierno y Govern, el ex presidente de SCC cree que «la solución al pleito político» no pasa por este foro ni «por otorgar a Cataluña más competencias». Recomienda «trabajar en la mejor tradición del catalanismo político». El autor expresa como deseo que la división «llegue a su fin», así como que «la amenaza de ruptura de nuestro Estado cese» y que el «desafío a la legalidad termine».

Sus propuestas

Con una mirada amplia, Bosch disemina a lo largo del libro una serie de propuestas con el fin de poner fin de abordar el desafío separatista. Augura, eso sí, que «no hay solución, a corto plazo, una vez constatado que el diálogo es difícil y que la aplicación exclusiva de medidas legales no asusta al soberanismo». Como propuestas, además de que vuelva el «impero de la ley», pide que los catalanes sean invitados a ser de nuevo «coautores y coprotagonistas» del horizonte de futuro. Cree que lo ideal sería conseguir el retorno de empresas a Cataluña para lo que es necesario «crear seguridad jurídica» y «fijar los incentivos fiscales suficientes para fijar su retorno». Ve acertada una estructura de gestión descentralizada en diferentes niveles para la mayoría de comunidades, así como el reconocimiento de País Vasco y de Cataluña en la Constitución con el reconocimiento de competencias exclusivas en materia de cultura, lengua y educación. También plantea el reconocimiento de la «nación cultural catalana» o evaluar la posibilidad del traslado del Senado a Barcelona y otras instituciones a otros territorios, así como la titularidad de la capitalidad de Barcelona junto a Madrid. Pide, entre otras cuestiones, la participación de todas las comunidades en los órganos constitucionales. Acentuar la presencia de la Guardia Civil y del Ejército en la comunidad, porque «lo que no se conoce, no se quiere».También apuesta por incentivar la presencia de las obras del museo del Prado en Barcelona para «desinflamar odios».