Opinión

Gregorio Ordóñez: un ejemplo siempre

Hay que mantener el espíritu y los valores que manifestó con valentía en San Sebastián durante tantos años

Un operario del Parlamento Vasco coloca un retrato de Gregorio Ordóñez en la sede de la institución en Vitoria el pasado enero
Un operario del Parlamento Vasco coloca un retrato de Gregorio Ordóñez en la sede de la institución en Vitoria el pasado eneroDavid AguilarAgencia EFE

Hoy 23 de enero se cumplen 27 años del terrible asesinato de Gregorio Ordóñez. Gregorio, aparte de gran líder dentro del Partido Popular vasco, fue una persona muy querida y muy odiada. Muy querida por los defensores de la libertad, de la democracia y de la unidad de España. Muy odiada por los enemigos de España, por los envidiosos y por la ultraizquierda representada antes por Batasuna-ETA –hoy día habría que añadir a Podemos–. Tuve la gran suerte y privilegio de recibir en 2010 el premio de la Fundación Gregorio Ordóñez en San Sebastián, y desde entonces comencé a saber quién fue y pudo haber sido el gran Gregorio Ordóñez.

Su legado no ha quedado en vano. Sus amigos –también amigos míos– me cuentan tantas proezas que mi admiración es cada día mayor. Algún día podré decir –no dentro de mucho– que Goyo Ordóñez acabó con ETA y sus jefes desde el otro mundo. Desde que lo mataron en 1995 se convirtió en el gran luchador y ejemplo para todos los que formamos la gran familia del Partido Popular.

Es cierto que, cuando Dignidad y Justicia ha luchado contra ETA, nunca se ha identificado con ninguna organización política y tampoco lo hará. También es cierto que, aparte de dirigir Dignidad y Justicia, tengo el gran privilegio de representar a una parte muy importante de los madrileños en la Asamblea de Madrid, gracias a Isabel Díaz Ayuso, gran presidenta, pero mejor persona. Isabel fue quien contó conmigo en 2019 en su lista electoral para defender la libertad en Madrid, algo que ha logrado con creces y a la que estoy muy agradecido. Es tal la libertad que ha dado a Madrid en estos tiempos difíciles de pandemia que se ha ganado ella sola –con su esfuerzo y humildad– el respeto de todos en el PP y también de sus adversarios políticos.

Ella tomó como ejemplo a personas como Gregorio Ordóñez, Miguel Ángel Blanco y tantos asesinados por ETA, para demostrar que Madrid seguiría ayudando y siendo motor social y económico de España en los momentos más duros de la pandemia. Mientras, además de los compromisos políticos que tenemos muchos, seguimos trabajando por la justicia en España. Casi 400 asesinatos sin resolver de ETA aún quedan pendientes.

Seguramente, pronto el Parlamento Europeo redactará un informe sobre esta injusta situación que esperemos remueva conciencias y haga posible que la Justicia emprenda nuevos caminos en la lucha contra el terrorismo. Hace poco más de un mes iniciamos en Dignidad y Justicia la llamada «vía Querol», que defiende que son igual de responsables los jefes de ETA que los autores materiales del asesinato. Se denomina la «autoría mediata por dominio del hecho u organización». Lo hemos aplicado no solamente al atentado del magistrado Querol y otras tres personas más, sino también al atentado en la T-4 de Barajas y, próximamente, a otros casos sin resolver de ETA.

Solamente buscamos hacer justicia a las víctimas de las que no se ha podido enjuiciar a sus asesinos materiales por la cobardía de ETA y sus miembros. El actual Gobierno de España se apoya en los herederos de ETA –Bildu– para aprobar los presupuestos generales del Estado y, por ello, no exige a los asesinos colaborar con la Justicia para esclarecer tantos asesinatos sin resolver.

Esta situación cambiará algún día, si mantenemos el espíritu y los valores que Gregorio Ordóñez manifestó con valentía en San Sebastián durante tantos años. Pero la valentía y la transparencia tuvo un precio que fue su vida. Aprendamos de su ejemplo siempre.