En juego
13-F: una carrera en Castilla y León con vistas a las generales
El PSOE busca evitar otro 4-M, Mañueco es la clave para consolidar al PP y orillar a Vox, que busca ser la llave. Cs se enfrenta a su supervivencia. Podemos, a su crédito territorial. La España Vaciada aspira a ganar a la ley D’Hont
La carrera ya ha empezado. Este jueves, los partidos en Castilla y León dieron el pistoletazo de salida con la meta puesta en el 13 de febrero. Son las primeras elecciones de 2022 y con ellas arranca el ciclo electoral. Del resultado electoral podrá interpretarse la fuerza autonómica con la que parte cada partido. El escenario de elecciones generales aún es lejano pero la fotografía que deje febrero será aprovechada en los cuarteles generales de cada formación para comenzar a dibujar sus estrategias electorales.
PSOE: Sánchez se conjura contra el «efecto contagio» del 4-M
Las elecciones en Castilla y León sorprendieron al PSOE con el pie cambiado. Sin opciones de forzar una moción de censura por el nulo entendimiento con Ciudadanos, los socialistas se rearmaban para 2023. Sin embargo, el adelanto perpetrado por Alfonso Fernández Mañueco coloca a los socialistas en una posición comprometida. Incapaces de revalidar el excelente resultado de 2019, cuando ganaron los comicios, el PSOE aspira a conseguir una mayoría lo suficientemente solvente con el resto de partidos de izquierdas para poner en un brete a Mañueco para obligarle a definir su relación con Vox.
En clave interna, existe preocupación por el hecho de que otra derrota, unida a la de la Comunidad de Madrid y a la que también se augura en Andalucía en los próximos meses, consoliden la idea de que el PSOE es una marca electoral a la baja, lo que lastraría las opciones de los socialistas de cara al ciclo electoral del próximo año, donde se jugarán su poder territorial y La Moncloa. Con todo, Sánchez se conjura contra el «efecto contagio» del 4-M para evitar el «cambio de ciclo» que vaticina el PP.
PP: Casado busca su «trampolín» a La Moncloa
Los populares fían a Alfonso Fernández Mañueco su suerte como un espejo de cara las próximas elecciones generales. Esperan reeditar el «efecto Ayuso» del 4-M y consolidar el cambio de tendencia que se ha producido desde entonces y que también vienen apuntando la práctica totalidad de las encuestas demoscópicas.
En el terreno autonómico, ganar sin depender de Vox es su máxima de cara al 13-F. Un gobierno en solitario confirmaría la solidez que el PP busca de cara a las próximas generales. Asumir el apoyo de los de Santiago Abascal, según el análisis del PP, puede lastrarles de cara a la posición de centro en la que se reivindican. Necesitan, al menos, tener más apoyos que la suma de todas las izquierdas. Así, estas elecciones son el revulsivo perfecto y así se entiende la campaña electoral que han preparado. La presencia de Pablo Casado será continua, así como la de los principales barones autonómicos con el fin de mostrar un PP unido y sólido como única opción de gobierno. Mañueco contará también con el apoyo de los expresidentes José María Aznar y Mariano Rajoy.
Ciudadanos: Los de Arrimadas se juegan ser o desaparecer
Se juegan el ser o no ser. Con un partido en caída libre, y tras haberles colgado la etiqueta de «no son de fiar» después de haber formado parte de gobiernos autonómicos derrocados por deslealtades, se juegan la supervivencia. Buscarán ser imprescindibles/llave para con ello cobrarse a modo de «vendetta» la ruptura del pacto de gobierno.
La campaña de Cs está centrada en ganar la batalla del relato frente a la «traición» de Alfonso Fernández Mañueco. Limadas las asperezas con la dirección general, el vallisoletano centra su discurso en presentar al partido como el del progreso y el único capaz de transformar.
En el plano nacional, de su «performance» dependerá el futuro de la formación, que durante el año pasado fue desalojada de los gobiernos autonómicos de Murcia, Madrid y Castilla y León. Es la primera prueba de fuego, a la que posteriormente, seguirá Andalucía. Un mal resultado en estas dos comunidades supondría que los naranjas lleguen a las próximas elecciones generales y autonómicas en una posición muy débil, sin apenas peso institucional y al borde de la desaparición.
Podemos: El primer examen de Belarra: robustecerse en los territorios
Son los primeros comicios que se sucederán bajo el mandato de Ione Belarra. La nueva era en Podemos tras la dimisión de Pablo Iglesias pasa por fortalecer su implantación en los territorios donde el partido no logra el respaldo de la militancia a la hora de introducir el voto en la urna. Tras desaparecer del mapa gallego, mermar a la mitad sus resultados en el País Vasco, y revalidar por la mínima su presencia en Madrid, los morados han diseñado una hoja de ruta decidida a enraizar Podemos a nivel territorial y a plasmar la pulsión de crecimiento en las elecciones autonómicas y municipales para estar preparados de cara a las próximas generales.
En Castilla y León, Unidas Podemos cuenta tan solo con un único procurador, Pablo Fernández. Los morados aseguran que en estos comicios podrán sumar con el PSOE para desbancar a Mañueco. Las encuestas le dan entre dos y tres escaños, o entre tres y cinco, según el CIS. Unidas Podemos cree que el debate que se ha generado alrededor de la polémica de las macrogranjas les favorecerá y seguirán explotando en campaña. Ven que el PSOE les ha dejado el terreno abierto. La presencia de Belarra, de Irene Montero reforzarán su campaña. Mientras que la vicepresidenta Yolanda Díaz solo pisará la comunidad en una ocasión.
Vox: consolidar el «plan Abascal»: apoyar la investidura o gobernar
La estrategia es similar a otros comicios. Ser la llave maestra imprescindible para que Mañueco pueda gobernar. Marcándole. Los de Santiago Abascal necesitan ser decisivos en estas elecciones para así poder introducir sus propuestas o bien convirtiéndose en el apoyo clave de la investidura del PP o entrando en el gobierno autonómico. Cualquiera de estos dos escenarios les haría adquirir peso, consolidarse territorialmente y también les otorgaría un espaldarazo de cara a los próximos comicios andaluces . Se fijan en el modelo catalán en el que Ignacio Garriga sorprendió derribando la puerta del Parlament de cero a once escaños.
Como el resto de los partidos, los líderes nacionales de Vox se volcarán en una comunidad en la que han apostado por un candidato desconocido hasta hace unos días, Juan García Gallardo. La presencia de Santiago Abascal en varias ocasiones está garantizada para apoyarle. Les veremos juntos este fin de semana en Ávila y Soria, pero también pisarán las tierras del norte dirigentes nacionales como Macarena Olona o Javier Ortega Smith.
La España Vaciada: La verdadera prueba de fuego del movimiento ciudadano
La comunidad castellano leonesa es la primera cita electoral para la España Vaciada. El resultado que obtenga en los comicios guiará los siguientes pasos de la plataforma que aspira a convertirse en una opción en las próximas citas electorales a nivel autonómico y nacional. Se presentan en cinco de las nueves provincias y el adelanto electoral las sorprendió con poco margen para prepararse. Por lo tanto, de la capacidad que tengan de movilizar en un territorio amplio, despoblado y envejecido dependerá su resultado el próximo 13-F.
Se presentan en Soria, Burgos, Palencia, Valladolid y Salamanca. Son dos hombres y tres mujeres. Los hay novatos en la política y otros rebotados de otros partidos como Cs y Podemos. Siguiendo la estela marcada por Teruel Existe, aspiran a tener un papel decisivo a la hora de facilitar la gobernabilidad e igual que ya hizo Tomás Guitarte aseguran no tener etiquetas y que si llegan a las Cortes apoyarán a cualquier formación que les garanticen la lucha contra la despoblación y la apuesta por la cohesión territorial.
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