En campaña
PSOE y Podemos usan la reforma laboral como arma arrojadiza
Iglesias les acusa de ser «troyanos» por el pacto con Cs y Sánchez ataca al PP por «blanquear el transfuguismo»
La polémica votación para la convalidación de la reforma laboral, que fue aprobada por solo un voto a favor tras el «error» de un diputado del PP ha inundado la recta final de la campaña electoral en Castilla y León. En este escenario enfangado, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el exvicepresidente Pablo Iglesias se encontraban ayer a tan solo tres kilómetros en León, desde donde arropaban a sus respectivos candidatos, del PSOE; Luis Tudanca y de Unidas Podemos; Pablo Fernández. Es la segunda vez que el exlíder morado pisa la comunidad autónoma este año para tratar de recuperar al elector morado menos movilizado. Por su parte, Pedro Sánchez es la cuarta vez que acude para acompañar a su candidato.
En el contexto político, Sánchez e Iglesias, que no se vieron, echaron mano de la reforma laboral como arma arrojadiza, sobre todo por la parte morada. Iglesias aprovechó para hacer campaña contra su socio de Gobierno, al que trató de endosar la culpa del daño que ocasionó la votación del jueves en el Congreso de los Diputados a la alianza de izquierdas independentistas que los morados armaron a su llegada a Moncloa. Iglesias advirtió de que con la «geometría variable» –en referencia a la alianza PP y PDeCAT para salvar la votación– solo se consiguió que «fuerzas de izquierdas se pelearan entre ellas» y que «un tamayazo hubiera dado un golpe sin precedentes a la izquierda» en referencia al voto en contra de la reforma de los diputados de UPN Sergio Sayas y Carlos García Adanero,.
En sus críticas, el exlíder morado calificó al PSOE como «compañeros troyanos», que, a su juicio, «no han terminado de entender» que pactar con la derecha «es aceptar caballos de Troya» en referencia al «golpe sin precedentes» que habría dado a la izquierda el «tamayazo» en la votación de la reforma laboral, informa Ep. «La izquierda se salvo de milagro porque hubo uno del PP se equivocó», ha recordado sobre el voto a favor de la reforma del diputado Alberto Casero, que los populares han achacado a un error informático pero que decantó la balanza a favor de la reforma.
Mientras, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se refirió a las críticas por negociar con el resto de grupos parlamentarios en el Congreso, que llegan desde la bancada de la izquierda y de la derecha. «La pregunta es por qué el PP, desde su oposición negacionista, vota en contra», dijo. No quiso, sin embargo, entrar a valorar el delicado escenario que se abre con sus socios de investidura, para evitar el debate, y prefirió trasladar sus críticas al PP, ante la ofensiva que prepara el grupo parlamentario con el fin de anular la votación.
El también líder del PSOE aseguró que en la Cámara Baja se vio el jueves que «el verdadero rostro de una derecha que blanquea el transfuguismo, deslegitima el voto democrático en el Parlamento y vota en contra de un acuerdo bueno para España». Sánchez explicó las bonanzas de la normativa aprobada por el Gobierno que es «un canto al crecimiento y al acuerdo que consolidará la creación de empleo digno». Cree que es por eso que el PP no quería que saliese, «incluso utilizando a tránsfugas».
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