Elecciones Castilla y León
PP y Vox, obligados a pactar
El PP gana las elecciones lejos de la mayoría absoluta e iniciará ronda de diálogo con todos. El PSOE pierde la primera posición y con la caída de Podemos apuntala el batacazo de la izquierda
El PP ganó las elecciones de anoche, pero con un resultado tan ajustado que abre una complicada negociación postelectoral que tendrá, además, consecuencias en clave nacional. Vox es uno de los ganadores de la jornada electoral y las próximas semanas las marcarán las exigencias que plantee Santiago Abascal para facilitar que continúe el PP al frente de la Junta. Abascal ya adelantó anoche que quieren la vicepresidencia del Gobierno . El objetivo son también consejerías de alta carga ideológica y presupuestaria. La izquierda pierde, en votos y en escaños, y Ciudadanos firma su defunción.
La candidatura de Alfonso Fernández Mañueco (PP) consiguió 31 escaños, dos más de los que ya tenía, confirmándose así que la campaña se hizo larga para los populares. Al inicio, las encuestas les situaban al borde de la mayoría absoluta, que está en los 41 procuradores. El PP gana, mejora sus resultados con respecto a las elecciones de 2019, aunque no ve cumplirse su sueño de tener una mayoría lo suficientemente amplia, por encima de los 33 escaños, para no depender demasiado de Vox. De hecho, tampoco consigue el importante objetivo de sumar más que PSOE y Unidas Podemos juntos, más algunas de las candidaturas provinciales. Esto ni siquiera abre la puerta a que Mañueco pueda ser investido con la abstención del partido de Abascal. Necesita obligatoriamente su voto afirmativo, y para ello tendrá que pactar coalición, pacto de apoyo parlamentario, o ceder ante una repetición electoral. Mañueco adelantó anoche que abriría una ronda de contactos con todos los partidos. Tal y como quedaron anoche los resultados, el diputado que consigue la plataforma de Por Ávila, que son PP escindidos, pierde relevancia. Tampoco es determinante la decisión que tome el único representante que consigue Ciudadanos en las Cortes regionales: Francisco Igea ha salvado su escaño por Valladolid, y en campaña anunció que nunca más volvería a pactar con el PP después de cómo gestionó Mañueco la ruptura de la coalición. Ahora llega el momento de la verdad, después de los discursos de campaña e Igea tendrá que retratarse en el uso que hace de su acta parlamentaria.
La dirección naranja apuesta por el entendimiento de nuevo con los populares porque es la única salida que les deja todavía cierto espacio a nivel nacional como oposición al Gobierno de Sánchez. Desde las elecciones de 2019 este partido se ha dejado 10 puntos en apoyo. Las elecciones confirman que su caída no tiene marcha atrás. En cuanto a Vox, el PP ha hecho una campaña con un discurso muy agresivo hacia ese partido, al que, por cierto, puso matices la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que defendió el entendimiento con esta formación para impulsar las políticas que les unen programáticamente.
El partido de Abascal alcanza los 13 escaños, y su crecimiento respecto a las elecciones autonómicas de mayo de 2019 es muy significativo. Entonces se quedó en el 5,5 por ciento de los votos, con un solo diputado. De hecho, el PP no gana más votos que en las anteriores elecciones.
Con nueve provincias en las que es necesario alcanzar el 5 por ciento de los votos como mínimo para tener representación, en cuanto un partido consolida su presencia en toda la región puede llegar fácilmente a los nueve diputados, uno por cada circunscripción.
PP y Vox juntos suman juntos los 44 procuradores, tres por encima de la mayoría absoluta. Los dos partidos están condenados a hablar y a pactar.
El bloque de la izquierda lo lidera el PSOE, que, con una fuerte caída, pierde la primera posición que consiguió en las elecciones autonómicas de 2019, cuando alcanzo los 35 diputados, pero consiguió gobernar el pacto entre PP y Cs que llegó a los 41. Los socialistas pierden hasta siete procuradores. Su líder amagó ayer con abandonar el cargo.
En marzo del año pasado el líder socialista, Luis Tudanca, presentó una moción de censura para desbancar al PP, pero 11 de los 12 diputados de Ciudadanos se mantuvieron fieles al pacto con Mañueco. Éste justificó la disolución de las Cortes a finales del año pasado en el argumento de que PSOE y Cs preparaban esta vez otra moción de censura que tenía visos de prosperar
El PSOE cuenta como principal aliado con Unidas Podemos, partido al que la polémica de las macrogranjas le han permitido simplemente sobrevivir y mantener un representante. PSOE y UP pueden intentar sumar en su bloque a Cs, a Unión del Pueblo Leónes, que son como el PNV en Castilla y León y pactarán con quien más les ofrezca, y con Soria Ya. Pero esto no oculta su caída en votos.
Una de los interrogantes de estas elecciones era el alcance de la irrupción de formaciones localistas. Destaca la victoria de Soria Ya en su circunscripción, que se convierte en la primera fuerza política en su provincia al ganar tres de los cinco procuradores que aporta a las Cortes regionales. En León, el partido ganador es el PP, pero Unión del Pueblo Leonés también mejora su resultado al pasar de uno a tres escaños. Por Ávila, escisión del PP, mantiene el único representante que ya consiguió en la pasada legislatura.
El anticipo electoral de Mañueco tenía también como objetivo frenar la irrupción de las candidaturas provinciales, y éste es el mapa que deja un movimiento dirigido a dejarlas sin margen de reacción para tener totalmente engrasada su maquinaria electoral. Por delante queda un largo camino hasta las elecciones generales, pero, sin duda, seguirán dando que hablar como nuevos agentes de la política nacional.
Estas elecciones dejan lecturas a nivel nacional en los dos principales partidos y tendrán recorrido en sus decisiones. Sobre todo en el ámbito del centro derecha, ya que eran unos comicios que inicialmente parecían destinados a confirmar el liderazgo indiscutible del PP dentro de este bloque.
Sin embargo, los populares vuelven a sentir el aliento en la nunca de la formación de Santiago Abascal, y del 13-F saldrá un nuevo marco de relaciones postelectorales entre los dos partidos. Asimismo, en la medida que tenga margen para hacerlo, el PP andaluz retrasará hasta después del verano su llamada a las urnas, a la espera de ver cómo se aclara ese marco de relaciones con Vox y en qué formato se confirma la nueva investidura de Mañueco. Los intereses de Génova y Mañueco pueden no coincidir, y en la dirección nacional cuentan con la presión de otros barones, como el andaluz Moreno, para que el PP en Castilla y León no ceda con Vox a costa «del interés nacional del PP».
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