Operación emperador

La Audiencia sienta en el banquillo a Gao Ping, Nacho Vidal y cien personas más por blanqueo y fraude fiscal

El juez Calama da diez días de plazo al supuesto líder de la organización criminal para pagar una fianza de 103 millones de euros

Gao Ping, supuesto líder de la organización criminal, el día de su detención en 2012
Gao Ping, supuesto líder de la organización criminal, el día de su detención en 2012larazon

Gao Ping y otros 101 procesados a raíz de la “operación emperador”, entre ellos el ex actor de cine X Nacho Vidal, se sentarán en el banquillo, por formar parte supuestamente de una macroorganización criminal que habría llevado a cabo entre 2010 y 2012 una “actividad sistemática” de fraude fiscal y blanqueo.

Así lo ha decidido el juez de la Audiencia Nacional José Luis Calama, quien ha acordado la apertura de juicio oral y ha impuesto fianzas que en algunos casos -el propio Gao Ping y los otros dos principales investigados, Lizhen Yang y Weizhen Yang, superan los 103 millones de euros y a las que deberán hacer frente antes de diez días. De lo contrario, advierte, se ordenará el embargo de sus bienes.

Todos ellos serán juzgados, tal y como solicitaron tanto la Fiscalía como la Abogacía del Estado, por delitos de organización criminal, cohecho, amenazas, detención ilegal, blanqueo, fraude fiscal, falsedad en documento mercantil, tenencia de moneda falsa y contra la propiedad industrial.

En el auto de transformación a procedimiento abreviado (equivalente al procesamiento), el juez señalaba la existencia de “indicios racionales para considerar que los encausados forman parte de una compleja macroorganización criminal de carácter internacional”, encabezada por Gao Ping y compuesta “de sucesivos grupos y escalones perfectamente estructurados y jerarquizados, cuyo único y común propósito es llevar a cabo una actividad sistemática de fraude fiscal y blanqueo de capitales, constituyendo al efecto un entramado de sociedades pantalla, al frente de las cuales se sitúa a diferentes testaferros, y confeccionando los correspondientes documentos mercantiles (facturas) y públicos (pasaportes) que resultan necesarios para dar soporte a estas actividades delictivas”.

El epicentro, el polígono Cobo Calleja

El instructor apuntaba además que una de las vías que utilizaba la trama para el blanqueo y el fraude fiscal era la recogida de dinero centralizada en polígonos de Cobo Calleja (Fuenlabrada) que posteriormente se enviaba al extranjero “fuera de los cauces legalmente establecidos”.

En su resolución, Calama explicaba que la investigación ha acreditado la existencia de una presunta macroorganización bajo el “liderazgo absoluto” de Gao Ping que, de forma permanente y sistemática, habría defraudado durante años a Hacienda, blanqueando las ganancias obtenidas a través de una panoplia de sociedades donde cada investigado tenía distribuidas “de forma milimétrica y perfecta” sus funciones y cometidos.

Entre los procesados figuran el conocido exactor de cine porno Ignacio García Jordá, “Nacho Vidal”, y miembros de la Guardia Civil y de la Policía, empleados de banca, empresarios, y hasta joyeros expertos en diamantes que colaboraban supuestamente en el lavado de activos.

Cinco millones el mes blanqueados

La presunta organización criminal utilizaba a ciudadanos chinos afincados en España para importar a gran escala unos 1.000 contenedores anuales de artículos de bazar fabricados en su país y que distribuían a través de 39 sociedades meramente instrumentales, con dos contabilidades paralelas, para eludir el pago de impuestos.

Con ese objetivo, registraban un número menor de los artículos que entraban en realidad en los contenedores y declaraban productos distintos a los reales. Ese material posteriormente se centralizaba en naves industriales como las del polígono de Cobo Calleja y en la localidad toledana de Seseña, y de ahí era distribuido a sus clientes que estaban repartidos por toda España. A través de esta operativa la organización transfería cada mes a cuentas bancarias en el extranjero entre cuatro y cinco millones de euros.

Pero, además, las mercancías se cobraban en efectivo, lo que la organización tenía en sus manos “una inconmensurable cantidad de dinero en metálico” que posteriormente enviaba a China “fuera de los cauces legalmente establecidos, a fin de evitar su oportuna declaración y el consiguiente pago tributario”. Lo hacía mediante “envíos masivos de dinero camuflado en falsas remesas de inmigrantes”, sirviéndose del transporte por carretera para trasladar el dinero a través de países “con menor control respecto al blanqueo” o utilizando la vía aérea para sacar de nuestro país capitales sin declarar.