Dimisiones

La mañana en la que Casado se fue quedando solo

El abandono del grupo parlamentario marcó el punto de no retorno para el presidente del PP y su número dos

El de ayer fue, sin duda, el día más amargo de Pablo Casado como líder del PP desde que tomó las riendas de la formación en 2018. La cascada de renuncias, de señalamientos públicos, de abandonos y de críticas a su liderazgo, muchos de ellos protagonizados por sus colaboradores más cercanos, le dejaron sin capacidad de maniobra y abocado a una hoja de ruta cuyos detalles se conocerán en las próximas horas.

La última de las renuncias de su equipo más próximo fue la de Andrea Levy. Una dimisión que resume de alguna manera el culebrón en el que se ha visto envuelto el PP: ella era presidenta del Comité de Garantías del PP y, como tal, era la encargada última del expediente abierto a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. El adiós de Levy cerraba el círculo. En su perfil de Twitter la concejala en el Ayuntamiento de la capital aseguró, tras presentar su renuncia, que el lunes pidió a Casado la celebración de un congreso extraordinario. «¿A qué se está esperando? Lamento con mucho dolor y tristeza el espectáculo dado estos días. No lo merecen nuestros afiliados ni nuestro país». Si Levy protagonizó la última renuncia del día, Belén Hoyo fue la que abrió la veda. Renunció como presidenta del Comité Electoral tras solicitar sin éxito en la maratoniana reunión del lunes en Génova la marcha del secretario general del PP, Teodoro García Egea, y la convocatoria de un congreso extraordinario.

Egea y tres apoyos más

Aunque no llegó en forma de dimisiones, el elemento que marcó un antes y un después se concretó con el escrito firmado por la dirección del grupo parlamentario en el Congreso. Dejando clara su lealtad al PP así como su respeto al presidente Casado, los siete diputados que están al frente de la bancada popular manifestaron su respaldo a lo manifestado el lunes por Cuca Gamarra, portavoz en el Congreso, y Ana Pastor, vicepresidenta en el Congreso. Esto es, «poner fin de manera inmediata al proceso de fragmentación interna en el que ha quedado sumida nuestra organización a consecuencia de actuaciones que nunca deberían haberse producido». Fueron Guillermo Mariscal, Pablo Hispán, Carlos Rojas, Adolfo Suárez Illana, José Ignacio Echániz, Sandra Moneo y Mario Garcés exigieron, «detener urgentemente» lo que está ocurriendo y reclamaron «la destitución inmediata» de García Egea. Y a juicio de todos ellos, también apoyados por Gamarra y Pastor, esa solución pasa por un Congreso Extraordinario: «se solicita, de manera urgente, y por los cauces previstos en los estatutos, se convoque un congreso extraordinario en el que se elijan las personas que deberían dirigir este partido y, por consiguiente, que estarán llamadas también a liderar el cambio necesario que demanda el Gobierno de nuestro país». Gamarra se posicionaba en redes sociales: «Pensemos todos en el PP y en España. Nos necesitan y se lo debemos». «Lo necesita el PP y lo necesita España», añadió Maroto.

Estos posicionamientos dejaron a Casado y a García Egea en una situación de franca debilidad, incrementada por el posicionamiento de los barones territoriales en apoyo de la tesis expuesta por el presidente gallego y por el goteo constante de cargos públicos, presidentes regionales y provinciales, diputados y alcaldes de todo el país exigiendo un Congreso extraordinario y dimisiones inminentes– y con el único respaldo de Pablo Montesinos, Ana Beltrán y Antonio González Terol.

El adiós del portavoz

Antes que el duro golpe llegado desde la Carrera de San Jerónimo, se concretó la renuncia del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, como portavoz del partido a nivel nacional, tal y como avanzó LA RAZÓN la semana pasada. El regidor de la capital llevaba ya un tiempo barajando esta decisión, debido al solapamiento entre este cargo y la Alcaldía de Madrid.

El presunto caso de espionaje a Díaz Ayuso habría precipitado la decisión, después de las informaciones que vinculaban a Ángel Carromero con la supuesta trama. «Tras mantener una conversación con Pablo Casado, acabo de anunciar que dejo la portavocía nacional del PP para dedicarme en exclusiva a mis responsabilidades como Alcalde de Madrid», señaló Almeida, que aprovechó su comparecencia ante los medios para agradecer la confianza y generosidad que ha tenido Casado con él para compatibilizar ambos cargos.