España, al frente de los 10.000 cascos azules del Líbano

Fue hace más de 15 años cuando 560 militares españoles desembarcaron en las playas de la localidad libanesa de Tiro. Era septiembre de 2006 y España había aceptado desplegarse con la Fuerza Interina de Naciones Unidas para el Líbano(UNIFIL, por sus siglas en inglés), después de que la situación en el sur del país hubiese empeorado y los ataques entre Hizbulá e Israel se hubiesen recrudecido. Desde ese momento, nuestro país ha sido uno de los mayores contribuyentes a esta misión de laONU en la que, además de estar al frente del Sector Este de la misma todo este tiempo, ostentó el mando de la operación entre los años 2010 y 2012, con el general de División Alberto Asarta (ahora diputado nacional de Vox). Una responsabilidad esta última que, diez años después, volverá a asumir España, pues desde mañana un general español estará al frente de los más de 10.000 cascos azules de 46 países que vigilan el cese de hostilidades en el área comprendida entre el río Litani y la tensa frontera sur del país, la «Blue Line», la cual patrullan y vigilan desde los 55 puestos de observación repartidos a lo largo de los más de 1.000 km2 de área de operaciones.

El elegido ha sido el general de División Aroldo Lázaro Sáenz, quien sustituirá en la jefatura de UNIFIL al general italiano Stefano Del Col. Y lo hará «en un momento delicado para la estabilidad y el futuro de ese país», tal y como explicó el Ministerio de Defensa nada más conocerse la noticia del nombramiento. «La ONU confía a España el mando de su misión de paz en Líbano», apuntó entonces el Departamento que dirige Margarita Robles, haciendo hincapié en que «Naciones Unidas reconoce la dura y especial contribución española a la misión en la que han fallecido 15 militares españoles».

Un mando que no sólo implica esa responsabilidad, sino también un aumento del número de efectivos españoles y de medios. Y es que al liderar UNIFIL, el contingente español pasará de los 620 efectivos actuales a unos 710, pues entre otros ha de cubrir una serie de puestos en el Cuartel General de la misión, situado en la ciudad de Naqoura (suroeste).

Nuevas capacidades

Además, las Fuerzas Armadas desplegarán nuevas capacidades en Líbano, concretamente una unidad de helicópteros para misiones de transporte de personal y material, aeroevacuación médica, vigilancia y escolta. Los elegidos han sido dos AB-212 del Batallón de Helicópteros de Maniobra VI (BHELMA VI) del Ejército de Tierra, con base en el acuartelamiento de Los Rodeos, en Tenerife. Un aparato que ya estuvo desplegado en la misión de Líbano durante el anterior mandato de España.

Se trata de unas aeronaves con cerca de 40 años en servicio, pero que han pasado una exhaustiva revisión de seis meses. Además, el Ejército de Tierra ha licitado este mismo mes un contrato –que preparaba desde septiembre– para el «mantenimiento y suministro de repuestos» a estos helicópteros durante dos años (prorrogables otros dos). En principio, se desplegarán en el Cuartel General de la misión.

Además de esta capacidad de transporte, España también tiene intención de sumar otras, como un equipo de Cooperación Cívico Militar (CIMIC), una unidad de Caballería o una de Defensa Anti-Aérea con un radar «Raven».

En cuanto al aumento de efectivos, se estima que serán entre 80 y 100 más, y la mayoría de los nuevos se desplegarán en Naqoura. Entre ellos habrá, además de los que conformen el destacamento de helicópteros, un treintena como apoyo al general en su Estado Mayor o una unidad de protección.

Base «Miguel de Cervantes»

El grueso de las tropas españolas seguirá estando en la localidad de Marjayoun, en la base «Miguel de Cervantes», desde donde España lidera el sector Este de la misión. La mayoría de este contingente está formado también por efectivos canarios, de la Brigada Canarias XVI, con base en Las Palmas, los cuales llegaron en diciembre bajo el mando del general de Brigada Ramón Armada.

Este liderazgo de la misión por parte de España durante dos años se oficializará mañana con el tradicional acto de transferencia de autoridad, al que asistirá la ministra de Defensa, Margarita Robles, y que llega después de dos intentos fallidos de liderar UNIFILen los últimos años: en 2016 y también en 2018. El general Del Col le cederá el mando de los 10.048 cascos azules, pero ya hace unos días le deseo «el mayor de los éxitos para mantener la seguridad y la estabilidad y crear las condiciones para una paz duradera».

En estos más de 15 años de participación de las Fuerzas Armadas en la misión de Líbano, más de 25.000 militares españoles han pasado por ella, de los que 15 han perdido la vida. El último, el cabo Francisco Javier Soria, en 2015, al ser alcanzado por fuego israelí cuando se encontraba en su puesto de observación.

Además, los efectivos han llevado a cabo más de 700 proyectos de cooperación e impacto rápido para la población local. En todo este tiempo, Defensa ha invertido más de 2.325 millones de euros en la operación.