Estrategia
Sánchez prepara el relato para sobrevivir a la crisis de Ucrania
El presidente dibuja un adverso escenario económico y pide a los suyos hacer pedagogía sobre la “exitosa” gestión del Gobierno
«No se puede decir que el Gobierno lo haya tenido fácil, pero hemos tratado de estar a la altura y lo vamos a seguir intentando». Estas palabras de Pedro Sánchez ante el Comité Federal del PSOE reunido este domingo en Ferraz ponen de manifiesto el estado de ánimo del Ejecutivo y anticipan la estrategia que se va a seguir en adelante para parar el golpe de la crisis económica provocada por Putin. La invasión de Ucrania ha supuesto un auténtico mazazo para las expectativas de Moncloa, que esperaba encauzar la –hasta ahora renqueante– recuperación a partir del segundo semestre del presente ejercicio. Ahora, todas las previsiones han saltado por los aires y lo que se auguraba como un escenario de consolidación económica de cara a la última mitad de 2022, vuelve a estar marcado por la inestabilidad y la incertidumbre que ya protagonizaron la pandemia de la Covid-19. En este contexto, en el Gobierno ya se pertrechan de argumentos y preparan el relato para sobrevivir a una coyuntura en la que revalidar la Moncloa se jugará en el terreno de la gestión económica.
El discurso que prepara el Ejecutivo tiene varias líneas argumentales. Por un lado, el victimismo, presentándose como un Gabinete diana de las adversidades más inimaginables: «Una pandemia como el mundo no conocía, tormentas (Filomena) que paralizaron las ciudades, la erupción volcánica más grave, una crisis de refugiados en Afganistán y, ahora, una guerra en suelo europeo, que amenaza la paz», enumeró Sánchez, haciendo inventario de las catastróficas desdichas que ha sufrido en estos escasos dos años de legislatura. Por otro, la estrategia se orienta en anticipar un horizone económico adverso, porque «esta guerra nos traerá muchas dificultades» y cualquier mejora o éxito conseguido se percibirá como un logro supino. En último lugar, reivindicando al Gobierno como el único salvavidas ante esta incierta amenaza, que no detendrán «su rumbo ni las reformas que necesita nuestro país».
Sánchez ha pedido a los suyos que hagan un ejercicio extraordinario de pedagogía en sus ámbitos de influencia –desde los territorios hasta los centros de trabajo, llegó a decir– para poner en valor las «exitosas reformas» que el Ejecutivo ha impulsado en estos dos años «difíciles» de legislatura y que, lamentan, no están teniendo la visibilidad que les gustaría. Desde el PSOE se lanzó en vísperas las elecciones en Castilla y León la campaña «Cumplimos» para vender gestión, ante el escaso rédito de las iniciativas gubernamentales. Sin embargo, en el Ejecutivo son conscientes de que más allá de las pensiones, la reforma laboral, la subida del Salario Mínimo o la ley de eutanasia, entre otras, todo su «crédito electoral» se medirá en la capacidad de consolidar la recuperación económica «justa» a la que se han comprometido. Ahora, este desafío se complica. «Mientras empezábamos a consolidar la recuperación económica se ha desatado el más atroz de los escenarios», lamentan, pero añaden: «Hemos hecho crecer ese crédito en situaciones difíciles y lo vamos a seguir haciendo».
En esta línea, desde el Gobierno se reivindican como un valor de «estabilidad» y la «mejor apuesta para que «España siga avanzando». «Salir de la crisis no va a ser fácil ni rápido», auguran, pero este Ejecutivo es garantía de que «la recuperación va a continuar y se van a seguir ampliando derechos y oportunidades para todos», anticipan. En este punto, se recuerda que, «la Comisión Europea ha reconocido a España que, a pesar de todas las dificultades, estamos haciendo lo correcto y eso se nota en las cifras de empleo y económicas». En este sentido, los socialistas se reivindican como «la única fuerza política capaz de liderar una posición así en España», frente a la oposición «más virulenta, faltona y crispada» y la «amenaza de una ultraderecha que crece». «Necesitamos que la derecha deje de una vez por todas de coquetear con la ultraderecha», demandó Sánchez a la nueva dirección que se hará cargo del PP tras el congreso extraordinario.
Sin embargo, la unidad que se demanda de puertas para afuera el Gobierno no la consigue dentro del Ejecutivo, con sus socios de Podemos. La fractura en el ala morada entre Yolanda Díaz y las ministra Ione Belarra e Irene Montero es total. En el PSOE minimizan esta crisis e ignorar los pronunciamientos cada vez más altisonantes de sus socios, a quienes demandan «altura de miras» y que dejen de «mirarse el ombligo». «Bastante tenemos en el contexto actual, como para estar pendientes de Belarra», señalan fuentes socialistas, que prefieren poner el foco en lo importante: la crisis que se avecina y con la que tendrá que lidiar el Ejecutivo para revalidar el poder.
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