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Gesto de Sánchez para cerrar la crisis con Marruecos

El Gobierno acepta el plan de autonomía marroquí sobre el Sáhara para abrir una «nueva etapa». Visitará Rabat para ratificar la hoja de ruta

Giro histórico en la posición de España respecto al Sáhara Occidental. El Gobierno ha tomado partido y se ha posicionado a favor del plan de autonomía de Marruecospresentado en 2007 para que el Sáhara sea considerada una provincia autónoma del país vecino.

Hasta ahora, España se había alineado con las resoluciones de Naciones Unidas en la búsqueda de una solución al conflicto de un territorio pendiente de descolonización. Es por ello que se había evitado apoyar a Marruecos o al Frente Polisario, que son las dos partes enfrentadas al reclamar la soberanía del Sáhara.

«España considera la iniciativa marroquí de autonomía como la base más seria, realista y creíble para la resolución del diferendo sobre el Sáhara marroquí». Así arrancaba el comunicado firmado por la Casa Real marroquí publicado ayer. Un texto que se hacía, a su vez, eco de una carta remitida por el presidente del Gobierno Pedro Sánchez al Rey de Marruecos, Mohamed VI.

Una misiva histórica que sella una crisis bilateral que había arrancado en 2020 con la solicitud por parte del entonces vicepresidente Pablo Iglesias de un referéndum de autodeterminación para el Sáhara, consolidado tras el reconocimiento de la Administración estadounidense de la marroquinidad del territorio y agravado en la primavera del año pasado con la hospitalización en Logroño del líder del Frente Polisario Brahim Ghali, a la par que por la grave crisis migratoria en las fronteras de Ceuta. Este es el gesto que una y otra vez desde Marruecos se había pedido desde hacía meses para superar la crisis diplomática.

En la misiva, tres adjetivos – «seria», «realista» y «creíble»– que calcan los términos en que Estados Unidos y Alemania se habían manifestado recientemente para expresar su apoyo a Rabat en su plan de autonomía para la que fuera colonia española hasta 1975. Rabat había anunciado en 2007 el desarrollo de un proyecto de regionalización avanzada –inspirado sobre el papel en las autonomías españolas– para el conjunto de su territorio que por el momento ha tenido un desarrollo limitado.

Según el comunicado real, el presidente destacó en su misiva al monarca alauita «los esfuerzos serios y creíbles de Marruecos en el marco de las Naciones Unidas para encontrar una solución mutuamente aceptable». Además, Sánchez hizo hincapié en que «los dos países están indisolublemente unidos por afectos, una historia, una geografía, intereses y una amistad compartida» .

Moncloa confirmó después esta «nueva etapa de la relación con Marruecos». Además, da por cerrada la crisis con Marruecos en un momento que considera clave en un contexto de desafío por el conflicto en Ucrania. Este nuevo camino estará marcado «por el respeto mutuo, el cumplimiento de los acuerdos, la ausencia de acciones unilaterales y la transparencia y comunicación permanente», según el comunicado enviado por el Gobierno. Un nuevo camino que cuenta con el rechazo del Frente Polisario que ha cargado contra el Gobierno por «sucumbir» ante la presión y el chantaje» de Marruecos.

El Ejecutivo español da este paso después de seguir con preocupación los últimos sucesos ocurridos en la frontera con Marruecos. Y es que este mismo mes se produjo otro masivo asalto a la frontera de Melilla por 2.500 personas. Es por ello que Moncloa creen que el acuerdo con Rabat puede poner orden en la cuestión migratoria. Así, ven que esta «hoja de ruta clara y ambiciosa» permitirá garantizar «la estabilidad, la soberanía, la integridad territorial y la prosperidad de nuestros dos países». Así, en el Ejecutivo apuestan con «determinación» para «afrontar juntos los desafíos comunes, especialmente la cooperación en la gestión de los flujos migratorios en el Mediterráneo y en el Atlántico, actuando siempre con un espíritu de total cooperación, y restablecer la plena normalidad en la circulación de personas y bienes, en beneficio de nuestros pueblos».

Así lo refrendó también el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, que reiteró que el acuerdo «redunda en la estabilidad, la integridad territorial y la prosperidad» de ambos países, así como en el «respeto mutuo» y la «ausencia de acciones unilaterales». Anunció que viajará el 2 de abril al país vecino y fijará la fecha de la visita oficial de Pedro Sánchez. También comparecerá a petición propia en el Congreso de los Diputados, en la Comisión de Exteriores, para dar explicaciones. El PP reclamó, de hecho, la comparecencia del presidente del Gobierno, al considerar “intolerable” que este cambio de posición política se haya hecho sin informar al principal partido de la oposición y sin el “consenso tradicional”

Albares defendió que el cambio en el Sáhara no debilitará la relación energética con Argelia. «Es un socio muy fiable y estratégico» para España, aseguró. «Mantengo una comunicación fluida con mi homólogo del Ejecutivo de Argelia y esa asociación estratégica está llamada a perdurar en el tiempo», zanjó.

En Marruecos, posteriormente, la noticia fue valorada muy positivamente. En declaraciones a LA RAZÓN, el consejero diplomático marroquí Samir Bennis, aseguró que «con esta decisión histórica España no sólo ha asumido su papel histórico en conflicto con respecto a Marruecos y el pueblo marroquí, sino que ha dado un paso en firme para reestablecer sus relaciones bilaterales con Marruecos».

«Después de la grave crisis diplomática desatada el año pasado, Marruecos dio muestras de que el restablecimiento de las relaciones entre ambos países debería hacerse sobre bases más sólidas cuyas piedras angulares son el respeto, la lealtad y el cumplimento de los compromisos», afirmó Bennis. «El jefe del gobierno español, tras un largo periodo de análisis y de introspección se ha dado cuenta de que el interés en España radica en estrechar sus relaciones bilaterales con Marruecos y abandonar la ambigüedad y la ambivalencia que han caracterizado la posición de España sobre el conflicto», zanjó.

Para Ceuta, este gesto es bien recibido también. Ell presidente del Gobierno de la Ciudad de Ceuta, Juan Vivas, conversó con el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, y apreció la “nueva etapa” en las relaciones con Marruecos para “garantizar la estabilidad, la soberanía, la integridad territorial y la prosperidad de nuestros dos países.