Sáhara
Mil euros para los reclutas de la guerra de Ifni por su «sacrificio»
Defensa cumple la disposición novena de la Ley de la Carrera Militar en vigor desde 2008
La última guerra de España la libraron reclutas de reemplazo en las arenas del Sáhara que el Gobierno de Pedro Sánchez acaba de entregar a Marruecos. Con la mirada puesta en aquellos días oscuros, el Ministerio de Defensa quiso premiar el año pasado «como una medida de reconocimiento» a su «entrega y sacrificio» a los que, «cumpliendo el servicio militar obligatorio, estuvieron integrados en unidades expedicionarias de las Fuerzas Armadas destacadas en el territorio de Ifni-Sáhara y participaron en la campaña de los años 1957 a 1959».
La medida cumplía la disposición final novena de la Ley de la Carrera Militar, en vigor desde el 1 de enero de 2008, que pretende resarcir a casi 3.000 beneficiarios directos o a los herederos de aquellos soldados que rondan o superan los 80 años, aunque muchos ya han fallecido. Lo normal será que sus hijos o nietos brinden en su memoria gracias a un donativo más bien simbólico que salda una deuda que llega con un retraso de más de 60 años. Un gesto que se lleva a efecto ahora, según Defensa, tras el «apoyo a actos y jornadas de reconocimiento y los constantes contactos con las asociaciones de veteranos de Sidi Ifni».
Una orden ministerial amplía en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la concesión de ayudas prevista en un real decreto de mayo de 2021. El propio BOE hizo oficiales el pasado 11 de octubre esas ayudas que fueron convocadas por Defensa –por importe de 1.000 euros– para 374 beneficiarios. La cantidad a pagar por el ministerio ascendió a 366.555,52 euros a los interesados que acreditaran su derecho a ello.
El BOE elevó en noviembre a 2.636 los beneficiarios, con un gasto de 2.549.133,25 euros, cantidad que sumados todos los solicitantes hasta esa fecha –3.010– supone 2.915.688 euros.
Un mes después, la orden fue extendida para conceder la recompensa a otros nueve solicitantes, aunque la Dirección General de Personal del Ministerio de Defensa, como órgano competente para instruir el procedimiento, recibió cinco peticiones más, unas ayudas que el pasado martes recogía el BOE y que añaden otros 5.000 euros a repartir entre los cinco solicitantes, con cargo a la aplicación presupuestaria 14.01.121M2.481 «Fondo reconocimiento servicios prestados en Ifni-Sáhara». En total, la cifra asciende a 2.920.688 euros.
¿Pero qué ocurrió para que aquellos jóvenes se encontraran en un destino en llamas que –emulando a Bob Hope y Marilyn Monroe en la Segunda Guerra Mundial– fue animado por Carmen Sevilla y Gila –nadie más apropiado en aquel conflicto surrealista– en las navidades de 1957?
Siguiendo la estela de Francia, que concedió a Marruecos la independencia en marzo de 1956 y tras recibir en abril en Madrid al rey Mohamed V, Franco dio la autonomía al Protectorado español del norte alauita, lo que llevó por cierto a la disolución de su emblemática Guardia Mora. Pero en lugar de acometer una completa descolonización, continuaron bajo administración española la zona sur (Villa Bens, hoy Tarfaya), Ifni y el Sáhara, donde no tardó en prender la mecha de la insurrección por parte del irregular Ejercito de Liberación Marroquí.
Fue un conflicto que involucró a un ejército con material obsoleto –el que había proporcionado EE UU no se podía usar porque era aliado de Marruecos– que se cobró alrededor de 800 bajas –198 muertos, 574 heridos y 80 desaparecidos– por parte española y un número indeterminado en las filas del enemigo, con Sidi-ifni, territorio español desde 1860, como epicentro. El fin de las hostilidades llegó con el Tratado de Angra entre España y Marruecos el 1 de abril de 1958. Sidi Ifni sería declarada provincia española hasta 1969,cuando fue entregada a nuestros vecinos.
Las consecuencias de aquel choque minusvalorado por el ejército español y silenciado por el régimen franquista causaron «conmoción» en los soldados de reemplazo –jóvenes de pueblos y ciudades de provincia en su mayoría– y sus familias, algunos de cuyos integrantes –también oficiales entonces– vuelven cada año en los viajes que organiza la Asociación Amigos de Ifni.
El deseo de uno de ellos, Josep Nogues Masso, del Grupo de Tiradores de Ifni, era hace poco que «de una vez por todas se nos haga justicia y nos sea aplicada la Ley de la Carrera Militar que los ministros de turno han ido posponiendo». «Soy de los pocos que debemos quedar, por ley de vida, de los chicos que nos vimos, sin comprar ningún boleto, con un Mauser en la mano o, en mi caso, al volante de un flamante camión Ford K, envueltos en los llamados ‘sucesos de Ifni’, que no fue sino una auténtica guerra».
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