Ofensas
Las polémicas campañas y ataques de Irene Montero contra jueces y policías
La ministra de Igualdad ha tachado de “racistas, xenófobos y machistas” a los agentes. Además, acusa a los jueces de “oponerse y ser un obstáculo” para que las mujeres accedan a sus derechos
La Justicia es“patriarcal” y supone un “obstáculo”para el acceso de las mujeres a la garantía de todos sus derechos. El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) “se ha opuesto a todas las leyes que han supuesto avances significativos para los derechos de las mujeres”. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado son“racistas” y “xenófobos”. “Cuandouna mujer denuncia una agresión sexual en comisaría se le pregunta si iba vestida con una minifalda” y se le dice que “iba provocando y por eso un hombre ha pensado que tenía el derecho”... Todas y cada una de estas afirmaciones han salido deIrene Montero o del ministerio que dirige, el de Igualdad.
Ataques contra jueces, policías y guardias civiles, que jamás han ido acompañados de una mínima rectificación o disculpa pese a la lluvia de críticas o denuncias por sus graves acusaciones. Ayer mismo, el Ejecutivo balear se vio obligado a retirar un dibujo que formaba parte de una exposición, avalada por el Ministerio de Igualdad, tras las denuncias de varias asociaciones de jueces. La viñeta en cuestión mostraba la imagen de un magistrado diciéndole a una mujer maltratada, con heridas y un brazo roto, que “no la cree porque está viva”.
Las cuatro asociaciones judiciales mayoritarias mostraron su indignación por lo que consideran un cartel «difamatorio y desincentivador» de las denuncias. O lo que es lo mismo, un cartel, que lejos de ser “humorístico”, como defendían desde el Instituto Balear de la Mujer, tacha a los jueces de machistas y provoca que las mujeres no vayan a denunciar. “No denuncies, no te harán caso, te humillarán”, ese es el mensaje que transmite ese dibujo, denunciaba en sus redes sociales la magistrada Natalia Velilla.
Pero este ataque al sistema judicial español no es nuevo. Irene Montero ya arremetió contra los jueces el pasado mes de enero durante su intervención en los desayunos jurídicos del Colegio de Abogados de Madrid. Allí, aseguró que “los sistemas judiciales y los ordenamientos jurídicos siguen siendo ciegos, en muchas ocasiones, a la desigualdad estructural que existe entre hombres y mujeres”. Argumentó que la Justicia es “patriarcal” y toma los prejuicios y estereotipos de género como la norma, lo que provoca “decisiones sesgadas que contribuyen a la impunidad de los agresores y a la revictimización”.
Desde la judicatura,la Asociación Judicial Francisco de Vitoria (AJFV) no dudó en denunciar en Europasus “ataques al sistema judicial con fines políticos”. Críticas que solo persiguen controlar a los jueces y su “descrédito social”, señalan, y que responde a una “estrategia coordinada”, que se ha “intensificado” en los dos últimos años.
Policías “machistas” y “racistas”
Y si sus ataques a los magistrados han sido controvertidos, su obsesión con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado es más que evidente. En diciembre de 2020, se hacía pública una campaña para combatir la discriminación racial y étnica bajo el epígrafe de “¿Qué puedes hacer si sufres una agresión o discriminación racista?”, el ministerio que dirige Irene Montero exhibía un glosario de situaciones de la vida cotidiana y qué hacer ante ellas. En una de esas imágenes, la más polémica,tachaba a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de “racistas” y “xenófobos”. En ella se veía a un joven de raza negra con el siguiente testimonio: “Me han identificado por mi color de piel u otros rasgos físicos sin una razón objetiva”.
Tanto las asociaciones de la Guardia Civil como los sindicatos policialesrechazaron de plano las insinuaciones del ministerio que dirige Irene Montero y denunciaron que acusaba “veladamente a la Policía de realizar prácticas arbitrarias”. Asimismo, aseguraron que los agentes son los “garantes de Estado de Derecho” y son precisamente ellos quienes atienden a diario las denuncias por “discriminación racial o étnica, como se denomina desde Igualdad”, por lo que esta acusación era “ultrajante”.
Pero, a su juicio, lo más grave era que esta “difamación” llegara, una vez más, desde una de las instituciones del Estado y de la dirigente de Podemos. La misma que meses antes, en febrero, había tachado a los policías de “machistas” al asegurar que “cuando una mujer denuncia una agresión sexual en comisaría se le pregunta si iba vestida con una minifalda”. Acto seguido, explicaba, se le dice que “iba provocando y por eso un hombre ha pensado que tenía el derecho”. Y añadía: “En nuestro sistema judicial falta mucha perspectiva de género. Se nos cuestiona si éramos muy busconas o si estábamos bailando de forma muy provocativa”.
Policías y guardias civiles exigieron a la ministra Irene Montero que rectificara sus afirmaciones sobre la atención que reciben en comisarias y cuarteles las mujeres que denuncian agresiones sexuales. “Nadie les pregunta si visten con minifalda”, reiteraban. Asimismo, pidieron su dimisión, ya que, al igual que en otras ocasiones el mensaje que se traslada a las mujeres es que “están solas” y no pueden fiarse de aquellos que deben protegerlas. A su juicio, estas palabras obedecían “a la ignorancia, a un discurso rancio y al desconocimiento absoluto” de la labor que realizan a diario las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
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