Protesta

«Bombas flotantes» en Gibraltar, la amenaza que suponen para España los submarinos nucleares

Dos sumergibles han atracado en el Peñón provocando una protesta del Gobierno y la denuncia ecologista: «Ponen en riesgo a nuestras familias y a nuestro entorno»

Los submarinos de propulsión nuclear «USS Georgia» y «HMS Audacious», en el puerto de Gibraltar
Los submarinos de propulsión nuclear «USS Georgia» y «HMS Audacious», en el puerto de GibraltarA.Carrasco RagelAgencia EFE

Con el recuerdo del escándalo que supuso la prolongada estancia del «Tireless» en Gibraltar, la amenaza de los submarinos nucleares persiste en el Peñón. Dos sumergibles –uno de ellos hasta ayer en aguas vecinas– acaban de provocar una protesta del Gobierno de España y la denuncia ecologista, que los considera peligrosas «bombas flotantes», riesgo que se acrecienta por el contexto internacional de la guerra en Ucrania.

Moncloa presentó una denuncia ante EE UU después de que el submarino nuclear «USS Georgia» se detuviera el miércoles 13 en Gibraltar y no en la cercana base de Rota. El sábado por la tarde, un segundo submarino de propulsión nuclear, esta vez de bandera británica –el «HMS Audacious»–, llegó también al Peñón, provocando la queja del grupo conservacionista Verdemar Ecologistas en Acción. Suceso que evoca la polémica del «HMS Tireless», que se marchó de Gibraltar en 2001 tras once meses de estancia reparando su reactor nuclear. Ahora han sido dos los sumergibles de este tipo atracados en la bahía de Algeciras, en el caso del británico uno de los más eficaces en combate del mundo. La joya de última generación de la Corona inglesa, con un coste de 1.492 millones de libras esterlinas y un peso de casi 8.000 toneladas.

El Ministerio de Exteriores confirmó la protesta diplomática ante Estados Unidos por la llegada del «USS Georgia», el mismo quesufrió en 2004 un accidente nuclear en la base de Bangor (Washington). Las autoridades españolas transmitieron su malestar por la elección de Gibraltar para la escala, ya que dispone, a poca distancia, de las facilidades que le ofrece la base naval de Rota, donde precisamente el «USS Georgia» fondeó en agosto de 2020, según la web The Diplomat.

Exteriores indicó a las autoridades de EE UU que podían haber recurrido a la base de Rota, de uso estadounidense y más adecuada para este tipo de contingencias.

La situación hizo que se activaran los protocolos habituales para velar por que este tipo de escalas se produzcan con las máximas garantías de seguridad. Según Exteriores, España no puede impedir que se lleven a cabo, por mucho malestar que provoquen. El puerto de Gibraltar, con sus aguas interiores, fue cedido por España al Reino Unido en virtud del Artículo X del Tratado de Utrecht de 1713.

Mientras, Verdemar Ecologistas en Acción denunciaba el domingo la parada en el Peñón por parte del submarino británico «HMS Audacious», de la clase «Astute». Según Verdemar, «estos submarinos son auténticas bombas flotantes y ponen en riesgo a nuestras familias y a nuestro entorno. No aceptamos operaciones de submarinos en el Mediterráneo, apostamos por la denuncia de estas entradas en todos los países ribereños».

Se desconocen los motivos de la escala en la colonia británica del submarino norteamericano, que ayer abandonó por fin el puerto. Por su parte, el sumergible inglés salió del Peñón el miércoles y antes pudo ser visto cargando misiles Tomahawk –según indicó en su perfil de Twitter Navy Lookout–, un armamento capaz de atacar objetivos terrestres.

Verdemar calcula que, desde que se reparara el «HMS Tireless», han pasado por Gibraltar más de cien submarinos de propulsión nuclear. El caso más reciente lo protagonizó en 2016 el sumergible nuclear inglés «HMS Ambush», cuyo comandante, Justin Codd, se declaró culpable de arriesgar el submarino en un curso de entrenamiento en aguas próximas a Gibraltar. Su negligencia a punto estuvo de causar un desastre nuclear en España. El «Ambush» violó los protocolos internacionales al navegar sumergido pues la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar prohíbe a los submarinos desplazarse bajo superficie en las dos millas del mar territorial.

Por su parte, en 2012, el submarino nuclear estadounidense «USS Oklahoma City» chocó contra una embarcación de superficie, un petrolero propiedad de una compañía naviera noruega, cuando se elevaba a la profundidad de periscopio cerca de Gibraltar en aguas jurisdiccionales españolas. Y el mismo «USS Georgia» de actualidad ahora tuvo un accidente nuclear en 2003 con un misil nuclear Trident que tuvo un corte de 9 pulgadas que dañó el cono y estuvo a punto de golpear una de sus ojivas.

La Directiva 89/618/Euratom del Consejo de la Unión Europea, de 27 de noviembre de 1989, establece el derecho a la información de la población sobre medidas de protección sanitaria y comportamiento a seguir en caso de emergencia radiológica. Por ello, el abogado Guillermo Rocafort ha solicitado al Consejo de Seguridad Nuclear, dependiente del Ministerio de Industria, información y documentación sobre el último episodio en la Roca y sus precedentes: «Tenemos derecho a saber a lo que nos exponemos», asegura.

«Alto riesgo de accidente nuclear»

Una Resolución del Parlamento Europeo sobre la avería del «HMS Tireless» y el riesgo de contaminación nuclear en la bahía de Algeciras y el Campo de Gibraltar es elocuente sobre la gravedad del problema. El suceso dio lugar al «vertido de más de 200 litros de agua contaminada al mar y a un momentáneo sobrecalentamiento del reactor, lo que provocó un alto riesgo de accidente nuclear» en un puerto e instalaciones que «no cumplen los requisitos técnicos necesarios ni los de seguridad para la población exigidos por la ley británica para reparaciones de submarinos nucleares, (...) ni los de ubicación de estas instalaciones, demasiado próximas, en este caso, a un número elevado de poblaciones y ciudadanos (a menos de 500 metros)».
Lamentaba la propuesta que se hubiera «sometido a la población de la zona, a las autoridades locales y autonómicas, al Parlamento Europeo y a la Comisión Europea a una absoluta falta de información y, posteriormente, a informaciones difusas y a menudo contradictorias (...) por parte de las Autoridades Militares de la Roca y del Gobierno británico, que más que informar oportunamente y de la forma adecuada, han provocado preocupación y alarma entre la población del Campo de Gibraltar». La resolución europea instaba «al Gobierno de Reino Unido a que la calificación del puerto de Gibraltar vuelva a ser Z, es decir, no apropiado para la reparación de buques de propulsión nuclear», además de pedir «a todas las naciones que posean submarinos nucleares que reconsideren los peligros de este tipo de sistemas de propulsión, no sólo por los riesgos ecológicos que entrañan, sino también por la amenaza que estos sistemas de armamento suponen para la paz mundial».