El reto de Yolanda Díaz: luchar contra la fragmentación de la izquierda

¿Cuál es el objetivo del proceso de escucha?

La vicepresidenta testará su fuerza real y conocerá de la mano de la sociedad civil los problemas que preocupan a la ciudadanía. Movilizar al votante de izquierdas, pero también al de centro y atraerlos a su proyecto, es la base en la que fundamentará su plataforma.

¿Qué se puede obtener de esta experiencia?

Según José Pedro Marfil, experto en comunicación política, se trata de «procesos interesantes porque te ayudan a configurar la agenda, siempre que el proceso de escucha sea real». «Si lo que quieres es mantener reuniones con colectivos para vender tu moto, harás trampas, pero puede servir para configurar su agenda, es decir detectar que temas pueden ser de mayor interés para los grupos o de qué temas puedes obtener más réditos, visibilidad o eficiencia en términos políticos electorales». El experto cree que la vicepresidenta «ha aprendido de Podemos y Más País, que en su día hicieron proyectos similares».

¿Tienen cabida en España estas plataformas?

Para Eduardo González Vega, experto en Comunicación Política en la UCJC, estas plataformas «pueden funcionar pero hoy lo tienen muy difícil» porque, pronostica, que en las próximas elecciones volverá a abrirse paso la «utilidad del voto» que, «perjudicará a estos movimientos, al igual que a la España Vaciada». Recuerda que Más País también se planteó ser una alternativa como la que ahora construye Yolanda Díaz.

¿Cuál es el reto de la vicepresidenta?

Para Marfil «aunar los intereses de la izquierda a la izquierda del PSOE. Es el principal reto porque a mayor atomización de voto, mayor penalización en el reparto de votos», analiza. González Vega cree que las próximas elecciones será un duelo entre Sánchez y Feijóo. «Cambio contra continuidad». Cree que ello dificulta el proceso» que quiere liderar la vicepresidenta. «Se enfrenta a esa fragmentación de la izquierda que el sistema electoral penaliza y a la utilidad de voto, que ayudará a Sánchez en el bloque desde el centro hasta la izquierda». Recuerda, que aún así, «con más o menos representación, puede ser incluso más decisiva». De hecho, Podemos entró en el Gobierno con 35 diputados, su marca más baja desde que se presentaron a las primeras elecciones en 2015.