Diplomacia

El petróleo agita la nueva relación con Marruecos

La discrepancia en torno a las aguas territoriales se une a otros retos como la presión migratoria o la apertura de las fronteras de Ceuta y Melilla

Una plataforma petrolera
Una plataforma petroleraDreamstimeDreamstime

Cuando ya ha transcurrido un mes desde que se hiciera pública la carta remitida por el presidente del Gobierno Pedro Sánchez al rey Mohamed VI, que sellaba la normalización de relaciones tras un largo desencuentro, varios son ya los frentes abiertos para España –más los que comienzan a vislumbrarse en el horizonte- en su relación con Marruecos en el recién estrenado período de “relación estratégica bilateral”. La presión migratoria en las costas de Canarias, la normalización de las fronteras con Ceuta y Melilla –incluida la decisión sobre la integración o no de las dos ciudades autónomas en el espacio Schengen y la modificación de la ley de asilo- y los conflictos en las aguas territoriales se erigen como las grandes áreas de fricción.

Un prometedor comienzo

La primera decisión acordada por las dos administraciones –y recogida en la hoja de ruta pactada en Rabat el pasado 7 de abril en el curso de la visita del presidente del Gobierno al rey de Marruecos- fue el restablecimiento a comienzos de la semana pasada de las conexiones marítimas tras más de dos años de cierre, decretado por Rabat por razones sanitarias y mantenido en el tiempo por la crisis bilateral.

Después llegaría la confirmación, el viernes 15 de abril, por parte de la ministra para la Transición Energética marroquí, Laila Benali, de que el gas natural licuado que su Gobierno está ya adquiriendo en “los mercados internacionales” será regasificado en España para regresar al país magrebí vía el tubo Magreb-Europa (Argelia cerró el grifo del gas a Marruecos y España al no renovar el pasado 31 de octubre el contrato del proyecto). Además, Marruecos ha adjudicado a la sociedad española Maetel el mantenimiento del tramo marroquí del gasoducto Magreb Europa tras la liquidación de Metragaz -cuyo accionariado estaba formado por el español Naturgy (76,8%), el portugués Galp Energía (22,6%) y la Oficina Nacional de Hidrocarburos marroquí (0,68%).

Por otra parte, el ministro de Exteriores José Manuel Albarescoincidirá pronto de nuevo en Marruecos con su homólogo marroquí Nasser Bourita, concretamente el próximo día 11 de mayo en el marco de la reunión ministerial de la coalición contra el Estado Islámico –aunque desde Santa Cruz no se ha confirmado un encuentro privado entre ambos- de Marrakech. A la cita acudirá también el secretario de Estado de EEUU Antony Blinken, que mantuvo un encuentro ya con Bourita en Rabat una semana antes de la visita de Sánchez a Marruecos.

Presión migratoria en Canarias

Si bien desde que las dos administraciones sellaron la vuelta a la nueva normalidad la situación es de tranquilidad en las fronteras con las ciudades de Ceuta y Melilla –tras los saltos masivos de los días 2 y 3 de marzo en la segunda-, en las últimas semanas se siguen produciendo llegadas de migrantes irregulares desde Marruecos a las costas de Canarias.

Según datos del Ministerio del Interior, la entradas en suelo canario procedentes de las costas marroquíes de migrantes se incrementó un 115% en los tres primeros meses y medio de 2022 respecto al mismo período del año anterior, lo que se traduce en 5.552 inmigrantes este año frente a los 2.580 de 2021. No en vano, el fin de semana previo a la visita de Sánchez a Rabat se saldó con 289 llegadas a Canarias.

Uno de los puntos incluidos en el acuerdo bilateral del pasado 7 de abril, el sexto, es la reactivación de un “grupo de trabajo sobre delimitación de espacios marítimos en la fachada atlántica, con el objetivo de lograr avances concretos”. España, que solicita desde finales de 2014 la ampliación de su plataforma continental marina hasta las 350 millas, defiende la mediana como solución al desacuerdo en torno a las aguas entre Canarias y Marruecos, a lo que Rabat se opone. De hecho, Marruecos se dispuso a comienzos de 2020 a aprobar dos leyes para delimitar su mar territorial hasta 12 millas y la zona económica exclusiva de 200 millas marinas desde sus costas, delimitación que entraba en conflicto con la de las aguas territoriales españolas en el archipiélago.

Aguas territoriales España-Marruecos
Aguas territoriales España-MarruecosTeresa Gallardo

Por otra parte, aunque en su carta a Mohamed VI Sánchez manifestó su apoyo a la propuesta de autonomía marroquí para el Sáhara Occidental, que en la misiva se calificaba como“la base más seria, realista y creíble”para superar el conflicto, el Gobierno sigue considerando que la solución “satisfactoria para las partes” debe hallarse en el marco de Naciones Unidas y, por tanto, no reconocerá la soberanía de Rabat sobre la que fuera colonia española hasta 1975. A día de hoy, salvo nuevo cambio en la posición del Gobierno, las diferencias entre Marruecos y España en la negociación sobre la delimitación de las aguas canarias y saharauis son insalvables. Además, cualquier acuerdo hipotético entre Rabat y Madrid que incluya aguas saharauis no será reconocido internacionalmente.

Entretanto, en las últimas semanas Marruecos presume de importantes hallazgos de petróleo no lejos de las costas de Canarias. El pasado 13 de abril, en un informe interino, la sociedad británica Europa Oil & Gas –en posesión de un 75% de la concesión- anunciaba el descubrimiento de más de 1.000 millones de barriles de petróleo en la cuenca de Agadir, a unos 175 kilómetros de la isla de La Graciosa.

El miércoles pasado, además, la Oficina Nacional de Hidrocarburos de Marruecos daba cuenta de dos hallazgos más de crudo junto a las costas de Tarfaya e Ifni, ciudades situadas a las puertas del territorio del antiguo Sáhara español y cercanas a las costas del archipiélago canario, aunque sin precisar la fecha del descubrimiento ni el volumen de petróleo encontrado. Tanto el Gobierno central como el canario aseguran que ninguna de las prospecciones marroquíes se ha producido en aguas del archipiélago.

Presión sobre Ceuta y Melilla

A una semana de la fecha prevista para la apertura de las fronteras de Ceuta y Melilla –entre el 1 y el 3 de mayo- con Marruecos, ninguno de los dos Gobiernos acaba de confirmar el restablecimiento de los pasos transcurrido más de dos años desde el cierre por parte de Rabat en plena crisis sanitaria. Aunque el plan inicial del Ejecutivo de Sánchez era no volver a abrir mientras no estuviera resuelta la cuestión de la inclusión de las dos ciudades en el espacio Schengen ni la modificación de la ley de asilo, además de concluidas las obras de modernización del paso del Tarajal –la previsión era el mes de junio-, la precipitación de acontecimientos ha alterado los plazos.

Marruecos pretende la apertura de las fronteras de las dos ciudades españolas se produzca el domingo de la próxima semana, fecha que coincide además con el fin de Ramadán, y comenzar así a dar oxígeno a centenares de familias de poblaciones de las localidades limítrofes a Ceuta y Melilla -en una difícil situación económica y social- y permitir que los varios centenares de trabajadores transfronterizos atrapados en las dos ciudades autónomas puedan regresar a su país dos años después.

El Ejecutivo central, como expresó esta semana la delegada del Gobierno en Melilla, es partidario de un “apertura gradual” de la frontera, lo que se traduciría en el que en una primera fase solo podrían cruzarla los transfronterizos y ciudadanos marroquíes con visado. A pesar del deseo de los gobiernos de ambas ciudades, Sánchez no parece dispuesto a importunar a Marruecos en estos momentos tramitando el fin de la excepción Schengen para Ceuta y Melilla, que permite a los ciudadanos marroquíes de las provincias marroquíes limítrofes acceder a las dos ciudades sin visado.

Entretanto, el Gobierno sigue estudiando la modificación de la ley de asilo con objeto de que las peticiones que se registren en Ceuta y Melilla se tramiten en un máximo de diez días y, de esta forma, poder devolver con celeridad a quienes se les deniegue esta protección. Por último, también está pendiente ponerle fecha a la XII Reunión de Alto Nivel España-Marruecos, que fue suspendida sine die por decisión de Rabat en diciembre de 2020.