Dónde están las seis extremidades geográficas de España

La geografía de España guarda miles de curiosidades dentro de los límites del territorio. Gracias a las delimitaciones propuestas por las diferentes fronteras con las que cuenta el país se extienden todo tipo de relieves que provocan un enclave único en todo el mundo.

Así las cosas, todo lo que envuelve a España y sus diferencias en el mismo territorio han convertido al país en un referente turístico mundial. Cada año, dejando atrás los dos anteriores, España ha conseguido batir récords de visitantes luchando de tú a tú con otras naciones que reciben millones de turistas.

Dentro del territorio nacional podemos encontrar, así, todo tipo de paisajes distintos que consiguen deleitar a distintos tipos de curiosos. Obras de arte, paisajes paradisiacos o playas de ensueño son solamente tres ejemplos de todo aquello que el país esconde para disfrute de los interesados.

Un buen ejemplo de esta gran variedad es Cataluña. La Comunidad cuenta solamente en el campo de la geografía situaciones tan dispares como tener los Pirineos con sus elevadas montañas a escasos 150 kilómetros de Barcelona cuya ciudad se encuentra bañada por el Mediterráneo.

Cabe destacar, además, que España cuenta con territorio en la Península como en África y en el mar. Tanto las Islas Baleares y Canarias junto a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla componen todo el territorio que las fronteras españolas comprenden dotando al pais de una variedad única.

Por este motivo, España cuenta con enclaves extremos dentro de su geografía que consiguen cuyo pasado suele estar lleno de historia. Incluso, algunos forman parte de mitos gracias a paisajes donde en ocasiones el hombre no ha sido capaz de realizar grandes modificaciones.

Los lugares más extremos de España

Debido a la gran cantidad de territorio diferente con el que cuenta el país existen unos puntos que delimitan las fronteras. A continuación repasamos las localizaciones extremas que suponen aquellos lugares que marcan los confines naturales de España y que en algunos casos suponen historias antiquísimas.

Estaca de Bares, A Coruña (Galicia): este punto del norte de la Península supone el lugar más septentrional de todo el territorio. Ubicado en el cabo que lleva el mismo nombre supuso un lugar estratégico para controlar el paso de navíos donde todavía se conserva el faro más septentrional del país. Además, el lugar supone la línea divisoria entre el océano Atlántico y Cantábrico siendo un excelente enclave para poder visualizar aves migratorias y especies marítimas.

Isla Masa de Oro, Cap de Creus (Cataluña): en situación opuesta encontramos la isla que supone el punto más oriental de toda la Península. Su nombre se debe a que los pescadores de la zona llamaban así al lugar debido a que cuando amanecía el sol relucía como un chorro de aceite en el mar cuyos peces eran abundantes. Además, cabe destacar que se encuentra en el Parque Natural del Cap de Creus el primero de toda España.

Punta de Tarifa, Cádiz (Andalucía): llamada también Punta Marroquí gracias a su cercanía con el país vecino supone el punto más meridional de toda la Península. Ante el municipio de Tarifa encontramos, así, este lugar que consigue poner el límite entre el Mar Mediterráneo y el océano Atlántico.

Cabo Touriñán, (Galicia): otra vez en esta comunidad encontramos uno de los puntos más extremos de la Península, el occidental. El cabo Touriñán cuenta con un clima extremo cuyos temporales son conocidos gracias a su fuerza. Además, su costa, conocida como da Norte, cuenta con un historial importantes naufragios marítimos.

Punta Restinga, Isla de El Hierro (Islas Canarias): dejando la Península atrás encontramos el punto mas al sur de toda España, Punta Restinga. Así, esta pequeña localidad costera cuenta con esta distinción y otros atractivos como el submarinismo o ser Reserva Marina de Interés Pesquero desde 1996.

Punta del Esperó, Menorca (Islas Baleares): otra isla, esta vez Menorca, supone otro de los puntos más extremos del país. La punta del Espero es e lugar mas al este de España, concretamente en la Fortaleza de la Mola, que supone una de las entradas al puerto de Mahón y cuya misión fue defender el lugar de británicos y franceses a partir del siglo XIX.