Congreso
Contradicción del Gobierno con “Pegasus”: admite ahora los peligros de revelar los ciberataques al Estado
Moncloa reconoce que desvelarlos puede dar a conocer los “puntos débiles” de España tras haber informado públicamente de los ataques que sufrieron los móviles de Sánchez y varios ministros
El Gobierno ha querido proyectar que hizo público los ataques con “Pegasus” a los móviles de Pedro Sánchez y los ministros Margarita Robles, Fernando Grande-Marlaska y Luis Planas como ejercicio de transparencia. Sin embargo, tal y como ha señalado en las últimas horas buena parte de la oposición, fue o bien una “torpeza” del ministro de Presidencia, Félix Bolaños, o bien una maniobra que buscaba difuminar la crisis abierta con el independentismo por el espionaje a los dirigentes políticos (entre ellos, Pere Aragonès).
En este sentido, una respuesta parlamentaria ha puesto al descubierto el enredo y contradicción del Gobierno: el 2 de mayo, Bolaños compareció para desvelar que Sánchez y los ministros habían sido espiados; y, ocho días más tarde, el 10 de mayo, responden a Vox que no se pueden revelar los ciberataques a organismos públicos porque puede dar a conocer los “puntos débiles” de España en materia de seguridad. “Hacer públicos los nombres de los organismos públicos que han sufrido ciberataques críticos implica dar a conocer los puntos débiles que favorecen la ejecución con éxito de nuevos ciberataques”, señala en la respuesta dada por Moncloa.
Es decir, una contradicción bastante evidente que da muestras claras de que el Gobierno se equivocó revelando los ataques que habían recibido algunos de sus miembros. “Queremos que se conozca todo”, afirmó Bolaños, nada más desvelarlo. Lo cierto es que desconcertó a los independentistas, que sospecharon desde el primer momento con aquella maniobra, y desató una crisis interna en el propio ejecutivo, ya que propició un choque entre el ministro de Presidencia y Robles sobre qué Ministerio tenía la responsabilidad de velar por la seguridad de los teléfonos móviles.
Vox ha preguntado por escrito al Gobierno por los 62 ciberincidentes calificados como “críticos” por el CNI que fueron registrados en 2020, cuando se contabilizó un aumento del 192% de los ataques con respecto a 2019 (se pasó de 42.997 a 82.530). En cambio, el Gobierno ha eludido revelarlos. Tampoco hace público el documento completo del Plan Nacional de Ciberseguridad (PNCS) que desarrolla las 65 medidas contempladas en la Estrategia Nacional de Ciberseguridad (ENCS) porque podría comprometer la seguridad. “El PNCS es un documento cuya difusión completa podría comprometer la estructura de ciberseguridad de nuestro país, especialmente en lo referente a su conocimiento por parte de actores extranjeros hostiles”, señala Moncloa.
Es decir, en la respuesta, todo son cautelas para evitar mostrar las debilidades del Estado, una crítica que han hecho los partidos de la oposición cuando Bolaños salió a desvelar los ataques con “Pegasus”. De hecho, este jueves, Sánchez compareció en el Congreso para dar explicaciones sobre el espionaje a los independentistas y la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, fue bastante incisiva en sus preguntas al presidente del Gobierno, reclamando saber si la información sustraída puede “poner en peligro la seguridad de España el material sustraído”. “¿Es información sensible que le puede comprometer a usted? A estas alturas, los españoles no saben si tienen un presidente libre en sus decisiones o atado de pies y manos”, afirmó.
Sánchez dejó con su comparecencia a todo el mundo descontento, también a sus socios de Esquerra. Lo cierto es que “Pegasus” se ha ido envenenando y el Gobierno se está mostrando incapaz de salir del enredo, aunque sí es cierto que muchas voces reconocen que la crisis se va desinflando. No obstante, las relaciones con Esquerra continúan muy deterioradas y las explicaciones que ha dado Sánchez hasta ahora no han convencido ni sirven para estrechar posiciones.
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