19-J
El PSOE acusa la falta de implicación de los alcaldes
El partido evita dar la imagen de «pinchazo», sin actos masivos y se enfoca en movilizar para sortear «la debacle»
Que «la victoria tiene cien padres y la derrota es huérfana» es una máxima que debe tener interiorizada Juan Espadas en esta campaña. El vigor del socialismo andaluz es una sombra de lo que fue. El partido ha pasado del velódromo a una caseta de feria. De llenazos en Dos Hermanas a discretos actos, con aire intimista y un puñado de fieles. El ánimo de los socialistas es tan bajo como el perfil de sus mítines, porque el objetivo es evitar trasladar la imagen de «pinchazo», en la línea de lo que arrojan todas las encuestas. A juzgar por esta dinámica parece increíble que, precisamente, el reto fundamental que tenga el PSOE de cara a estos comicios sea movilizar al electorado progresista e indeciso para que elijan su papeleta el próximo 19 de junio.
Juan Espadas contaba con el municipalismo como la principal fuerza tractora de su campaña, confiaba en el impulso de los alcaldes para llegar en volandas a San Telmo. Para pasar del millón de votos que lograron los socialistas en las andaluzas de 2018 al 1.430.000 que obtuvieron en las municipales un año después, cuando consiguiendo alcaldías en el 76% de los pueblos y ciudades de la comunidad y seis de las ocho diputaciones provinciales. Sin embargo, el balance que ha dejado la precampaña es de «falta de implicación». Así lo aseguran fuentes socialistas que consideran que el partido no está enchufado. Las malas perspectivas electorales hacen que algunos cargos estén mirando de reojo a 2023 y midan al máximo su participación en la campaña para evitar el «efecto contagio» en sus próximas convocatorias electorales.
El contexto no es fácil. A una crisis económica y una inflación disparada, que está generado un empobrecimiento de la sociedad, se suma la debilidad de la marca PSOE, que viene lastrada por el desgaste del Gobierno y de Pedro Sánchez. Espadas es un candidato desconocido, pero quienes le conocen también recuerdan que vino tutelado por Ferraz para sustituir a Susana Díaz. Afrontar la campaña desde la oposición, por primera vez en casi 40 años, tampoco supone el mejor revulsivo para un partido que tuvo que digerir una amarga victoria en 2018 que no se tradujo en mantener el gobierno. Este clima adverso ha calado hasta los huesos, pero desde el partido llaman a revolverse contra la resignación y dar la batalla. «Hay que poner toda la carne en el asador», señalan, ante la apatía que ha caracterizado la precampaña.
En este sentido, señalan que no hay que tener una mirada miope sobre las elecciones andaluzas porque lo que ocurra el 19-J será clave para el devenir del partido en el ciclo electoral de 2023, municipales y autonómicas, que culminará con las elecciones generales. «Hay que evitar una debacle», señalan. Andalucía es un territorio clave para el PSOE, no solo por su valor simbólico como feudo histórico del socialismo, sino porque es la comunidad que más diputados reparte en el Congreso de los Diputados –61 de los 350–. Las dos patas de la victoria del PSOE en las generales han sido tradicionalmente Andalucía y Cataluña y si la primera está coja, en manos del PP, Sánchez puede tener problemas para revalidar la Moncloa. Por ello y para evitar proyectar la sensación de «cambio de ciclo» en puertas de las municipales y autonómicas, donde los socialistas pondrán a prueba su músculo territorial, la implicación de la maquinaria gubernamental está siendo mayor que en otras elecciones.
El desembarco de ministros es total, algo habitual también en otras campañas, como la de Castilla y León, donde llevaron el peso de la misma. También habrá presencia de los presidentes autonómicos, que se reunirán en un acto en Córdoba el próximo 12 de junio para dar un espaldarazo a Espadas. Sin embargo, en esta ocasión la implicación del propio Sánchez está siendo mucho mayor que en otras contiendas. Ha participado en tres actos de precampaña (Granada, Jaén y Sevilla) y está previsto que lo haga en otros tres durante la campaña (mañana en Almería, el día 11 en Málaga y el cierre en Sevilla). Solo en Cataluña, en previsión de los buenos resultados, el presidente multiplicó sus actos, pero suele ser habitual que rehúya su presencia para que no se personifique en él un mal resultado.
En esta ocasión hay mucho en juego. En lo interno, porque Espadas fue la apuesta personal de Sánchez para dar por finalizada la etapa de Susana Díaz al frente del PSOE andaluz. En clave nacional, por el rearme que supone para el PP conquistar el fortín socialista. En el partido hacen hincapié en que, pese a haber perdido la Junta hace cuatro años, entonces se ganaron las elecciones. «No es lo mismo perder en escaños. Es Andalucía», destacan.
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