Congreso

Sánchez reivindica su giro con el Sáhara y pide a Podemos evitar “ofensas” a Marruecos

El presidente del Gobierno marca perfil frente a sus socios en materia exterior, con una defensa de la OTAN y la necesidad de continuar prestando ayuda militar a Ucrania

Pedro Sánchez ha comparecido este miércoles en el Congreso, forzado por la oposición, para dar explicaciones sobre la última cumbre del Consejo Europeo para abordar la Guerra de Ucrania y sobre el giro histórico que ha emprendido con el Sáhara y, de paso, ha aprovechado para marcar perfil propio en algunos asuntos de política exterior frente a sus socios de Podemos. En este sentido, ha lanzado tres mensajes directos: ha asegurado que continuará la ayuda militar a Ucrania; ha dejado claro su posicionamiento a favor de la OTAN y la necesidad de reforzar la política común de defensa; y, ha pedido evitar las “ofensas” a Marruecos con el Sáhara.

Así las cosas, frente a las críticas de Podemos contra las ayudas militares enviadas para frenar la invasión rusa, el presidente del Gobierno ha asegurado que la “legítima defensa de Ucrania” es “sinónimo de defensa de la paz”. Los morados siempre se han opuesto al envío de armas y abogan por una inviable diplomacia, ya que Putin tampoco se aviene a negociar. Podemos también ha dejado claro su postura en contra de la OTAN y Sánchez ha querido mostrar su apoyo a la organización y la necesidad de “profundizar la política común de seguridad”. En este sentido, ha citado un informe de la Comisión Europea que pone de manifiesto el “prolongado déficit de inversión en defensa de los últimos años”, en un momento en que el Gobierno ha sumado como nuevo caballo de batalla el aumento del gasto en Defensa (la aspiración es llegar al 2% del PIB en 2030, aunque la previsión es incrementar ya la cantidad en los próximos Presupuestos).

En el turno de replica y tras el rechazo mostrado por Podemos a la OTAN, Sánchez ha respondido que lo considera un “error” y un debate pasado de la izquierda y ha asegurado que nunca ha habido “guerras entre democracias”. “Europa tiene que reforzar sus capacidades de disuasión. ¿Realmente Ucrania era una amenaza bélica para Rusia? Sin duda, no”, ha aseverado. “Lo que tenemos que hacer es tomar nota y ser conscientes que tenemos una amenaza real. Por tanto, Europa tiene que abrir los ojos y aumentar su capacidad de disuasión, no de ataque”, ha señalado.

Sobre Marruecos, Sánchez ha evitado explicar el porqué del giro dado a las relaciones con Rabat, más allá de sostener que tras 47 años, es momento de “mover posiciones” para “desencallar” el conflicto del Sáhara. En todo caso, en las nuevas relaciones con el país árabe, Sánchez ha explicado que se ha comprometido a mantener un “canal de diálogo” para que haya “transparencia” para evitar “malentendidos”; se ha reafirmado en la “vigencia de todos los acuerdos” entre ambos países (entre ellos, los mecanismos de cooperación o los que fijan las fronteras); y, se ha sellado un acuerdo de “respeto mutuo” entre países para evitar “ofensas” de una a la otra parte, en un mensaje claramente dirigido a Podemos. Sánchez ha dicho, en este punto, que no aceptará que se diga Ceuta y Melilla son “ciudades ocupadas” porque son “territorio español”, aunque también, sin citarlo, busca frenar el apoyo de los morados al derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui.

Sánchez ha defendido su acuerdo con Marruecos de apoyar un plan para convertir el Sáhara en un territorio autonómico bajo los dominios de Rabat y lo ha hecho asegurando que también otras naciones occidentales lo respaldan, como Estados Unidos, Francia, Alemania o Países Bajos. En este sentido, ha dicho que el balance es “positivo” hasta ahora porque, según ha dicho, se ha regresado a la colaboración en materia de inmigración (tras la ola que obligó al Ejército a actuar hace unos meses) y se han reactivado grupos de trabajo, como el relativo a la delimitación de las aguas territoriales o el relativo a la inmigración. También ha destacado la reapertura gradual del Paso del Estrecho y de las fronteras de Ceuta y Melilla. “España no se ha desentendido de la causa del pueblo saharaui, sino hemos situado el debate donde tiene que estar”, ha afirmado, en un discurso en el Congreso de poco más de 45 minutos en el que tampoco ha hablado de las consecuencias de su acuerdo con Marruecos, que perjudica las relaciones con Argelia, uno de los principales suministradores de gas.

El presidente del Gobierno, en su respuesta al PP, también ha insistido mucho en cuál es la posición de los populares sobre esta cuestión, un intento por evitar quedarse aislado ya que ni los grupos de la oposición ni los socios de la mayoría de la investidura han quedado satisfechos con la comparecencia.