Crisis diplomática
La ruta argelina: temor a un repunte de la migración irregular este verano
Con la suspensión del Tratado, se disparan las alarmas por un mayor flujo migratorio y un menor intercambio de información entre países
Si la presión migratoria fue el factor más relevante para Pedro Sánchez en su decisión de apoyar a Marruecos y resolver el desencuentro con Rabat, este mismo problema promete con convertirse en el principal quebradero de cabeza para las autoridades españolas en los próximos meses tras el desplante de Argel, que suspendió este miércoles el Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación suscrito con España en 2002.
La suspensión del Tratado, que establecía en su artículo 12 que Argel y Madrid “proseguirán su cooperación en materia de control de los flujos migratorios y de lucha contra el tráfico de seres humanos”, implicará previsiblemente la interrupción de dicha colaboración –empezando por el intercambio de información- en materia migratoria entre los dos países. No en vano, el desencuentro con Argel se ha traducido en que desde comienzos del pasado mes de abril no se han producido más repatriaciones de migrantes irregulares llegados a España por mar.
Pocas dudas hay entre los especialistas de que Argel puede jugar la baza migratoria a partir de este momento –llega además el verano y las condiciones en el Mediterráneo son las más favorables- para exhibir su indignación con la postura española en el conflicto del Sáhara Occidental. “Está muy claro que en los últimos años, especialmente desde la llegada de la epidemia, Argelia ha sido el principal país emisor de migrantes a España. Y con este nuevo desencuentro y la suspensión del Tratado de Buena Vecindad hay que tener en cuenta la posibilidad de que se produzca un aumento claro en las llegadas a España”, explica a La Razón el consultor en políticas migratorias José Carlos Cabrera Medina. “Y no hablamos del futuro: ya es una realidad”, zanja el especialista.
Por su parte, la profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense y especialista en temas argelinos Laurence Thieux estima “difícil hacer prospectiva sobre lo que va a emplear o no” el país magrebí. “Pero si Argelia decide no vigilar, candidatos para emprender hay y los habrá cada vez más dado el contexto de crisis económica que vive el país”, advierte a La Razón.
“La situación va a degradarse aún más entre Madrid y Argel. Y es muy posible que el régimen argelino, que está muy enfadado con el Gobierno de Pedro Sánchez, vaya a emplear la carta migratoria contra España”, avisa a este periódico el politólogo argelino Oualid Kebir. Entretanto, las autoridades argelinas no desaprovechan la ocasión de acusar, como lo hizo el enviado de Argel para el Sáhara Occidental y los países del Magreb Amar Belani este jueves, a Marruecos presionar a España mediante con “migraciones masivas”.
A diferencia de la ruta canaria, empleada principalmente por marroquíes y subsaharianos, en la argelina, mucho más desapercibida y desconocida que las que tienen como punto de partida las costas saharauis y el Estrecho, se embarcan solo nacionales. Los harragas argelinos pagan entre 3.000 y 4.000 euros por subirse a una embarcación. Los conocidos como taxi-boats son más sofisticados y rápidos que las pateras que suelen partir de las costas marroquíes.
Tendencia desigual
Aunque las cifras han venido fluctuando en los últimos meses, desde 2019, y en especial en el año más difícil de la pandemia del covid-19, 2021, las llegadas de migrantes irregulares desde Argelia a las costas españolas se han venido incrementando. Los principales puntos de destino de quienes se embarcan en esta ruta a través de las aguas del Mediterráneo son el archipiélago balear, la comunidad autónoma de Murcia y las provincias de Almería y Alicante.
En los cinco primeros meses de este año un total de 2.824 inmigrantes han llegado a las costas españolas, incluidas la Península y Baleares –en especial Cabrera, sur de Mallorca y Formentera-, convertida en primer destino de las redes criminales que operan en la ruta argelina. En el mismo período de 2021 alcanzaron suelo español 4.379 personas, lo que supone un 35,5% menos respecto al año pasado.
Una cifra que, según aseguraba este jueves el ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska, demuestra que España está a salvo de cualquier posibilidad de que se incrementen las entradas irregulares desde el país magrebí. En la misma línea que el titular de Exteriores, Grande-Marlaska insistía en su última comparecencia en elogiar al país norteafricano. “Argelia es un socio relevante e importante, un país vecino”, con el que se mantienen “relaciones transversales muy importantes”, aseguraba.
A pesar del optimismo del Gobierno, las llegadas contabilizadas por vía marítima hasta el archipiélago balear y la Península –vinculadas mayoritariamente a la ruta argelina- se han venido incrementando a lo largo de este año: 29 en marzo, 551 en abril y 609 en mayo.
Además, en la primera mitad de 2021, en cambio, más del 70% de los inmigrantes irregulares que llegaron a las costas españolas lo hicieron procedentes de Argelia. Coincidiendo –o casualidad- con el anuncio por parte de las autoridades argelinas de la suspensión del Tratado de Amistad y la congelación de los intercambios comerciales con España, llegaban el pasado miércoles a las costas baleares 113 personas a bordo de media docena de pequeñas embarcaciones. La mayor cifra en un día en lo que va de año.
Según datos de la ONG Caminando Fronteras recabados por EFE, en 2021 fallecieron 22 inmigrantes cuando trataban de alcanzar España a través de la ruta argelina. Otros 169 desaparecieron.
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