8 años de cárcel

Condenados tres hermanos yihadistas de Badalona que enviaron a un vecino a luchar a Siria con Daesh

La Audiencia Nacional considera acreditado que formaban parte de una célula de captación y adoctrinamiento islamista que “exaltaba, promovía y justificaba la yihad”

Combatientes del Daesh en Siria
Combatientes del Daesh en Sirialarazon

Tres hermanos de origen marroquí residentes en Badalona (Barcelona) han sido condenados a ocho años de prisión por un delito de integración en organización criminal por formar parte de una célula del grupo islamista radical Hizb Ut Tahrir al Islami dedicada a la captación y adoctrinamiento islamista. La sentencia de la Audiencia Nacional da por probado que llegaron a enviar a un vecino a combatir con Daesh a Siria, donde falleció en un bombardeo.

El tribunal, presidido por el magistrado Francisco Javier Vieira, considera que Khalid, Ben Gacem y Hicham L., de 49, 60 y 46 años, respectivamente, se dedicaban a adoctrinar a personas residentes en Badalona y en localidades cercanas para, una vez radicalizadas, enviarlas a zonas de conflicto “a cometer, si así fuera necesario, todo tipo de acciones violentas y terroristas” con el objetivo de “implantar con carácter universal el califato islámico bajo la única ley del islam, la sharía”.

Esa labor, asegura la Sala, se llevaba a cabo a través de reuniones periódicas en los domicilios de los condenados o de personas ligadas al Partido de Liberación Islámica (HUT), “al que estaban fuertemente vinculados”, así como en lugares públicos como el parque del Sol o el pasaje de Peius Gener de Badalona.

Los tres hermanos poseían material de contenido yihadista radical y participaban en diversos foros donde “se exaltaba, promovía y justificaba la yihad islámica”.

Objetivo: instaurar el califato islámico

Los magistrados sostienen que a través de esa labor de adoctrinamiento captaron a un vecino suyo de Badalona, Mohamed K. de 39 años y también de origen marroquí, que se había iniciado en el ideario yihadista en la cárcel Modelo de Barcelona. Ya fuera de prisión, fueron los tres hermanos quienes a lo largo de 2009 continuaron ese proceso de radicalización, “hasta el punto de indicarle la necesidad de viajar a Siria para combatir junto con organizaciones terroristas con la finalidad de instaurar el califato islámico”.

Finalmente, Mohamed K. viajó a Marruecos en octubre de 2012 junto a Yassin T., también adoctrinado por los condenados, y tras obtener el visado se desplazó a través de Turquía a Siria, donde falleció “tras ser víctima de un bombardeo” según se tuvo conocimiento a través de su familia.

Los agentes hallaron en el domicilio de los tres hermanos varios archivos digitales de contenido yihadista radical, entre ellos un mensaje de audio intervenido a Khalid L. enviado a Abdelelah B., hermano de dos personas que combatieron en Siria, donde uno de ellos se dejó la vida, y que “viajaron a la zona de conflicto tras su estancia en Badalona”. Además, entre las búsquedas de otro de los hermanos, Ben Gacem, figuraban las efectuadas el 2 de febrero de 2020 sobre “cómo se hace un gatillo de arma de fuego” o “cómo fabricar pólvora”, esta última el 14 de abril de 2020.

El testimonio clave de un testigo protegido

Entre las pruebas en las que la Sala sustenta su condena destaca la declaración de un testigo protegido a quien los agentes dieron “absoluta credibilidad” y cuyas revelaciones impulsaron las vigilancias policiales sobre los tres hermanos. El tribunal considera razonable que tardara tiempo en acudir a la Policía (no lo hizo hasta noviembre de 2018) para denunciar los hechos y da por buenas sus explicaciones de que no lo hizo “por miedo y por el temor a que le sucediera algo” porque, según dijo, los condenados “tienen muchos contactos y podría pasarle algo”.

Para la Audiencia, su testimonio es “ciertamente importante” al probar que los condenados “hicieron una labor de adoctrinamiento y de convencimiento a lo largo del tiempo” respecto de Mohamed k. para que viajara a Siria a combatir.

Según relató el testigo protegido, que conocía a Mohamed K. desde pequeño, éste se reunió con los hermanos entre 2004 y 2011. Él mismo presenció, según relató, cómo los condenados intentaban captar a jóvenes mostrándoles “libros y vídeos sobre la yihad”. Incluso se refirió a que un día “le enseñó un vídeo de un buen musulmán porque mataba a los americanos”.

“Le prepararon para morir”

Al salir de prisión, explicó, “se juntaba más con los hermanos que fueron los que le prepararon para morir”. Además, señaló a otros dos hermanos, “que están desaparecidos”, y a otra persona que “se fue a Siria” a los que los condenados habrían adoctrinado también en el yihadismo radical.

Otra de las pruebas que ha tenido en cuenta el tribunal es la agenda personal del fallecido Mohamed K. (entregada a la Policía por el referido testigo protegido), en la que figuran “notas manuscritas evocando el ideario violento y extremista en el que se sustentan las organizaciones yihadistas”.

Unos apuntes en el que “justifica la acción violenta y la lucha armada para conseguir la instauración del califato islámico” y que según la Sala “concuerdan con la mentalidad de un combatiente yihadista” y son un exponente del proceso de radicalización al que fue sometido.