Inmigración

Marruecos frena otro intento de asalto a la valla, ahora en Ceuta

Rabat reconoce ya 23 fallecidos en Melilla el viernes, que las ONG elevan a 37, aunque la cifra puede ser mayor

Un tramo del vallado perimetral que separa España de Marruecos, en Ceuta Antonio Sempere / Europa Press
Un tramo del vallado perimetral que separa España de Marruecos, en Ceuta Antonio Sempere / Europa PressAntonio SempereEuropa Press

Los trágicos sucesos acaecidos el viernes pasado en Marruecos, cerca de Melilla no han disuadido a las mafias que manejan los movimientos de los inmigrantes subsaharianos en su camino para entrar ilegalmente; continúan con su trabajo, que les ofrece pingües beneficios.

Hoy mismo, agentes de la prefectura de Policía de Tetuán, en coordinación con los servicios de la Dirección General de Vigilancia del Territorio (DGST), desbarataron un plan para organizar un salto, en este caso al vallado de Ceuta. Fueron detenidas 59 personas, entre las que pueden estar algunos de los miembros de las redes mafiosas.

Los arrestados tenían ya los objetos y equipos de hierro «especialmente fabricados para ser utilizados en operaciones de intrusión y escalada del vallado», según fuentes marroquíes. Esos «objetos» no son otros que los utilizados para agredir a los miembros de las Fuerzas de Seguridad. Hachas, machetes, ganchos, barras, ácidos corrosivos, etc.

Por lo que respecta a Melilla, no se descartan nuevos intentos de salto, una vez que las mafias logren reunir a los inmigrantes que, tras los sucesos del viernes, permanecen escondidos en bosques y otros lugares, en campamentos improvisados en los que están sometidos a la disciplina de los cabecillas de dichas redes delictivas.

De momento, Marruecos ha procedido a alejar, a poblaciones situadas a más de 500 kilómetros, a los inmigrantes detenidos el viernes, cerca de 1.000. Pero lo cierto es, según las citadas fuentes, que en los incidentes que se han producido a lo largo de la semana pasada ha sorprendido que subsaharianos que habían sido alejados recientemente de la zona se encontraban de nuevo en la misma, a la que habían vuelto «con una sorprendente celeridad y, según todos los indicios, con una aparente disponibilidad de medios para hacerlo».

El entrenamiento militar de que han hecho gala los que protagonizaron los referidos incidentes, en su mayoría sudaneses, está siendo objeto de investigación, así como las rutas empleadas para llegar a las proximidades de Melilla.

Hay que tener en cuenta que en el plazo que va del 18 al 25 de este mes, más de 350 agentes de las Fuerzas de Seguridad y militares han tenido que ser atendidos en los hospitales de la zona, principalmente de Nador, y algunos permanecen en unidades de cuidados intensivos dada la gravedad de las heridas sufridas.

Rabat no reconoce ninguna baja mortal, pero otras fuentes consultadas por este periódico hablan de cinco y las Asociaciones de Derechos Humanos, de dos. Marruecos, como demuestra la operación de ayer en las proximidades de Ceuta, va a mantener la plena colaboración con España en la lucha contra la inmigración ilegal.

En los incidentes de la semana pasada, que culminaron con el intento del salto de Melilla por parte de 2.000 subsaharianos, 200 lo lograron, de los que 70 fueron devueltos en frontera y 133 consiguieron entrar en tierra española, lo que suscita una pregunta obligada: ¿a quién beneficia este clima de intranquilidad e inseguridad en un momento en que las relaciones diplomáticas entre España y Marruecos se hallan en su mejor momento? ¿Actúan las mafias empujadas, y financiadas, por intereses espurios que tratan de que esas relaciones se enturbien o dar razones a los que las han criticado desde el primer momento? Las preguntas están sobre la mesa con la comprobación de que a los responsables no les importa nada la vida de los inmigrantes, sino su utilización para enriquecerse o para fines políticos.

Por otra parte, hoy continuaba la «guerra» de cifras sobre el número de muertos que se produjeron el viernes. Marruecos reconoce oficialmente 23, Asociaciones de Derechos Humanos, 37; y las fuentes consultadas por LA RAZÓN apuntan que 31 personas han fallecido en los hospitales de la zona por los enfrentamientos. La cifra puede ser mayor, si se tiene en cuenta que algunos pudieron perecer sobre el terreno, pero, de momento, se mantienen estas discrepancias que, en cualquier caso, son una prueba de la tragedia que ha ocurrido.