Marruecos reconoce un muerto entre sus Fuerzas de Seguridad durante el asalto a Melilla

Marruecos ya reconoce un muerto entre sus fuerzas de seguridad durante los incidentes habidos en los alrededores de Melilla el pasado viernes. Según publica el diario “Al Ahdath Al Maghribia”, en el “último informe, hecho público por las autoridades locales, reporta 23 muertos entre subsaharianos ilegales; un miembro de la policía y 18 agresores aún bajo supervisión médica”. Es decir, la cifra oficial de fallecidos sería de 24, aunque asociaciones de derechos humanos elevan la cifra casi a la cuarentena.

Según el citado rotativo, “el asalto protagonizado por inmigrantes ilegales contra la valla que separa Melilia de Nador fue preparado de antemano, cuidadosamente planificado y ejecutado con una violencia sin precedentes”.

Subraya, además, que “el viernes por la mañana, las autoridades marroquíes y españolas se vieron sorprendidas por la llegada, a la altura del “Barrio chino”, de un gran número de inmigrantes ilegales, en su mayoría de países del África subsahariana (…) protagonizaron un intento de asalto en grupo contra la valla metálica, empleando métodos muy violentos, provocando una gran estampida y caídas mortales desde lo alto de la valla”. “Antes de actuar, habían comenzado a reunirse hace varias semanas en un área vecina”.

Armados con piedras, porras y objetos cortantes, los que pretendían entrar en Melilla opusieron una gran resistencia a la policía, que se vio sorprendida por la violencia de este ataque que no esperaba. Esto es lo que probablemente explica la gran cantidad de heridos entre la policía, agrega.

“Sin embargo, los elementos de la policía y la gendarmería, así como los miembros de las fuerzas auxiliares movilizados mostraron firmeza, pero también alta profesionalidad, durante su intervención para hacer frente a estos actos temerarios de los inmigrantes ilegales. Sin esto, el número de víctimas, sin duda, habría sido mucho mayor”, subraya.

No hay duda de que esta operación fue organizada, bien preparada y planificada con antelación. El día de su lanzamiento fue cuidadosamente elegido, contando con la relajación de la vigilancia a causa de la oración (de la mañana).

Como señuelo, los inmigrantes ilegales prendieron fuego al bosque de Gurugú donde se habían asentado durante mucho tiempo. Querían desviar la atención de la policía para desaparecer en la naturaleza antes de reaparecer en gran número en la entrada del Barrio Chino, cogiendo a todos por sorpresa.