Cita en Madrid
Cumbre de la OTAN: España se la juega ante una cita “histórica”
Nuestro país confía en ganar prestigio y convencer a la OTAN de que mire más al Sur, donde Rusia gana influencia. A cambio, deberá aumentar su gasto militar
A partir de mañana, en dos de los trece pabellones de Ifema se ultimará un documento clave para la seguridad colectiva de los próximos años: el nuevo Concepto Estratégico de la OTAN, que llevará como apellido «de Madrid». De ahí que España se haya volcado con una Cumbre que durante dos días convertirá a Madrid en la capital del planeta. Porque los líderes mundiales marcarán la hoja de ruta ante las nuevas amenazas sin olvidarse de las clásicas, pues se reunirán en un contexto de guerra tradicional. Nuestro país quiere dejar su huella en ese documento y confía en que sus insistentes reivindicaciones queden reflejadas, sobre todo la de que los aliados no descuiden el flanco Sur pese a la amenaza de Putin en el Este... porque Rusia también avanza por África sin control.
Y es que España se juega mucho con este cónclave que reunirá a jefes de Estado y de Gobierno de más de 40 países, no solo de la Alianza o de la UE. Así que nuestro país ha de ser más que el mero anfitrión y aprovechar para ganar prestigio, voz y peso, justo cuando se cumplen 40 años del ingreso en el club Atlántico. Y eso pasa por mostrar aún más compromiso que hasta ahora.
Por un lado, España lleva años alertando de las amenazas que llegan del Sur. Pero la respuesta hasta ahora no ha sido la esperada y pareció desvanecerse tras la invasión de Ucrania. Sin embargo, el Ejecutivo ha cambiado su discurso para alertar de una realidad que está muy cerca de Europa y entre los riesgos que emanan del polvorín africano ha empezado a destacar uno para llamar más la atención de socios y aliados: la presencia de Rusia, ya sea a través de su propio Ejército o del grupo mercenario Wagner.
Vecindad Sur
A las clásicas amenazas del terrorismo yihadista, la inmigración o los tráficos ilícitos se une ahora la influencia de Moscú en el área, por lo que en el Gobierno están convencidos de que el nuevo Concepto Estratégico hará una referencia clara al flanco Sur. De hecho, durante la Cumbre habrá una sesión dedicada a esa vecindad Sur, una cena a nivel ministros de Exteriores centrada en sus amenazas y estará presente, entre otros países, Mauritania, actor clave en la zona. Tanto la ministra de Defensa, Margarita Robles, como el de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, se mostraron la pasada semana muy confiados en que la OTAN no pasará de puntillas sobre este asunto y se hará una referencia clara y contundente en el documento que aprobarán los aliados.
Y dentro de los riesgos que brotan del continente africano (aunque también de otros frentes), el Ejecutivo español también quiere que la Alianza tenga en cuenta y afronte las amenazas híbridas, centradas, además de en los ciberataques, en la utilización de la inmigración o el chantaje energético como armas de presión política.
Peticiones claves para Europa, pero más si cabe para nuestro país, el único europeo con frontera con África. En este sentido, se ha reavivado el debate sobre si Ceuta y Melilla estarían protegidas por la Alianza ante un ataque, con muchas voces pidiendo una mención expresa a ellas. Sin embargo, en las cumbres que han ido celebrándose en los últimos años, los estrictos límites geográficos para la aplicación del artículo 5 se han ido difuminando y ya en el Concepto Estratégico de 2010 (Lisboa) se hablaba de la Alianza como «un todo», sin delimitación territorial. Incluso el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha repetido en los últimos meses que «cada centímetro de los territorios de los aliados está perfectamente garantizado por la solidaridad de todos los miembros».
Gestos de España
Pero para que estas peticiones de España se cumplan, nuestro país ha de dar un paso al frente para confirmarse como un socio fiable y comprometido. Y eso pasa, por un lado, por aumentar el presupuesto de Defensa y dejar de ser el penúltimo aliado que menos invierte. Sánchez ya ha anunciado que alcanzará el objetivo del 2% del PIB en 2030, seis años después de lo comprometido en la Cumbre de Gales de 2014. Sin embargo, se espera que en la Cumbre anuncie un crédito extraordinario para este año y una hoja de ruta para ir aumentando los fondos hasta, básicamente, duplicar los actuales. Eso sí, llega con mal pie al cónclave, pues en las previsiones de la Alianza para 2022 hechas públicas ayer España baja del 1,03% al 1,01, manteniéndose como el penúltimo que menos gasta.
Y, por otro, por aumentar la presencia militar tanto en las misiones de disuasión en el Este como en las Fuerzas de Reacción Rápida que la propia Alianza quiere reforzar.
La contribución a las misiones ha sido siempre la baza que ha esgrimido el Ejecutivo (en la época del PP o con el PSOE) para compensar la poca inversión en Defensa. Sin embargo, ahora es más necesaria que nunca y es el momento de demostrar ese compromiso.
De momento, desde que comenzó la guerra España ha ido reforzando sus contingentes en el Este, ha añadido nuevos teatros de operaciones y ha adelantado y reforzado también su presencia en las Fuerzas Navales Permanentes aliadas.
Los militares españoles comenzaron patrullando los cielos de Bulgaria con cazas para después –y continúan– hacer lo mismo en Lituania como parte de las misiones de Policía Aérea de la OTAN. A finales de agosto, otros cuatro aviones de combate se desplegarán junto a Alemania en Amari (Estonia).
También España ha desplegado tres buques en agrupaciones navales aliadas en el Mediterráneo: la «Blas de Lezo», el «Cantabria» y el «Meteoro» (los dos primeros acaban de terminar su misión). Y hasta julio la fragata «Reina Sofía» patrulla el Mediterráneo en el marco de la operación «Sea Guardian».
Pero la misión en la que más ha reforzado España su contingente ha sido la Presencia Avanzada Reforzada (eFP) en Letonia. A principios de año había 350 efectivos y 80 blindados, entre ellos carros de combate «Leopard» y «Pizarro». En marzo se amplió con 150 efectivos y obuses autopropulados, y esta semana lo ha vuelto a hacer con 85 efectivos y una batería de misiles. Eso, en lo que se refiere a misiones de disuasión, porque España también tiene efectivos en Irak o en Turquía.
España se la juega y en Madrid ha de demostrar al resto de aliados que está a la altura.
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