Dolores Delgado recupera su plaza en la Fiscalía de la Audiencia Nacional

La hasta hace unos días fiscal general del Estado, Dolores Delgado, ha solicitado su reingreso en la carrera para volver a su plaza como fiscal en la Audiencia Nacional. El Boletín Oficial del Estado (BOE) publica este viernes su reincorporación en el servicio activo después de que renunciara a ser la cabeza del Ministerio Público por “motivos de salud”. Fuentes cercanas a Delgado explican a LA RAZÓN que según los plazos previstos, de reincorporarse, no lo hará al menos hasta finales de septiembre.

Delgado ha estado dos años y medio al frente de la Fiscalía General del Estado, cuando fue nombrada por el Gobierno de Pedro Sánchez directamente desde el Ministerio de Justicia. Esta fue una de las losas que tuvo que sostener sobre su espalda durante todo su mandato que no estuvo exento de polémica dentro de la carrera por sus nombramientos a compañeros de la asociación a la que ella pertenecía, la Unión Progresista de Fiscales (UPF). Ayer su sucesor en el cargo, Álvaro García Ortiz, agradeció en el Congreso de los diputados los años de Delgado al frente del Ministerio Público.

Antes de todo este paso por cargos públicos, Delgado dedicó parte de su vida al terrorismo como fiscal en la Audiencia Nacional. Si bien tras su renuncia se ha especulado con los cargos a los que ahora aspira, el paso más inmediato que ha dado ha sido pedir su despacho en el lugar desde el que salió en 2018. Una vez anunciado su cese, la fiscal tenía 10 días para solicitar salir de los “servicios especiales” que es la condición a la que acceden los funcionarios cuando se les nombra para este tipo de cargos discrecionales.

Las fuentes consultadas en el entorno de Delgado explican que su intención es tomar posesión de nuevo, pero que previamente se marchará de vacaciones. Además, el Estatuto Fiscal contempla unos 20 días para volver a incorporarse en la carrera por lo que estos sumados al periodo vacacional coloca el horizonte de la toma de posesión “al menos a finales de septiembre”.

Otras salidas para Delgado

Con la salida de la exministra de la calle Fortuny, sede del Ministerio Fiscal, no fueron pocas las voces que vaticinaron otros destinos que el Gobierno podía estar preparando para ella. Algunas fuentes hablan de un puesto entre los nuevos magistrados del Tribunal Constitucional, si bien otros creen que esto sería inviable a tan corto plazo porque perjudicaría la imagen de imparcialidad que debe transmitir el órgano.

Destino distinto es el que el nuevo fiscal general del Estado pueda estar preparando para la que hasta hace nada era su jefa. Delgado apostó por García Ortiz para colocarlo en su círculo de absoluta confianza y le encargó la dirección de la Secretaría Técnica de la Fiscalía que es uno de los departamentos de apoyo de la Fiscalía General. Él no esconde el agradecimiento que le tiene -así comenzó ayer su intervención en el trámite del Congreso para ser nombrado- y, como muestra, podría situar a Delgado en alguna de las Fiscalías de Sala y, de paso, ascenderla.

El ascenso que planeaba el PSOE para ella, escondido a través de una enmienda en otra ley, fue frustrado cuando los partidos de la oposición se negaron a aprobar la Ley Concursal si se incluía que todos los fiscales generales pasaran al Tribunal Supremo una vez finalizaran su mandato. Hay bastante consenso en la carrera con que esta medida es necesaria, que quien haya sido fiscal general no deje ya nunca de estar en el generalato de la carrera, pero la forma en la que el partido de Pedro Sánchez intentó aprobarlo parecía más un favor a Delgado que algo consultado con todos los fiscales.

Ella misma desde la Jefatura ascendió a su antecesora María José Segarra que volvió a la Fiscalía de Sevilla en 2020. Poco después, Delgado la impulsó a la Fiscalía de Sala para la Protección de Personas con Discapacidad y Mayores, cargo que ostenta actualmente. Entre las vacantes que ahora García Ortiz puede asignarle para ser fiscal de Sala está la recién creada Fiscalía de Memoria Democrática, por ejemplo, que algunos ven como anillo al dedo para la exministra que estuvo presente en la exhumación de Franco.