Inmigración ilegal

2.500 sudaneses se encuentran en las proximidades de Melilla para intentar un nuevo salto masivo

A diario, unas 25 personas, algunas de ellas menores, intentan entrar a nado en la Ciudad Autónoma

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Cuando ha pasado poco más de un mes del salto del vallado de Melilla, que se saldó con la muerte de varias decenas de inmigrantes y agentes de la seguridad marroquíes, unos 2.500 sudaneses se encuentran ya en las proximidades de la Ciudad Autónoma a la espera de que las mafias les den las consignas para intentar una nueva entrada masiva e ilegal.

Según han informado a LA RAZÓN fuentes conocedoras del asunto, los sudaneses están distribuidos en dos grupos, en las proximidades del monte Gurugú y la zona de Uixan (antiguas Minas del Rif).

Llegados hasta estos puntos, los inmigrantes no tiene otra “salida” que la entrada ilegal a Europa a través de Melilla salvo que sean conducidos por las Fuerzas de Seguridad marroquíes a puntos alejados de la frontera. Han pagado mucho dinero y realizado un recorrido muy largo como para dar marcha atrás.

La presencia de las mafias para dirigir estos flujos migratorios ha quedado acreditada por los testimonios prestados por inmigrantes detenidos durante los graves incidentes del pasado mes de junio, que incluso dieron nombres de los cabecillas en territorio argelino y los que se ocupan de organizar los satos desde las cercanías de Melilla.

Asimismo, se destacaba la formación militar de los inmigrantes y la extrema violencia con la que debían emplearse, siempre según las instrucciones de los responsables de las mafias, tanto contra los agentes marroquíes como contra los españoles.

Según dichas declaraciones, en el recorrido desde Sudán y a su paso por Argelia, existe un entramado liderado por un tal “Boss”, un maliense que les facilita la llegada a las montañas de Nador, cerca de Melilla. Así se recoge en el sumario que se instruye en los juzgados de Nador contra los inmigrantes detenidos el 24 de junio, del que informaba Efe.

Según relatan los propios inmigrantes, una vez en los montes cercanos a Nador, se organizan en los campamentos en los bosques esperando el momento para saltar la valla, en una estructura jerárquica con un líder máximo y subgrupos comandados por una docena de jefes.

Antes de llegar a los bosques de Nador, atraviesan miles de kilómetros desde Sudán, país en conflicto, a través de dos rutas: una pasando por Libia y Argelia, y otra por Chad, Níger, Mali y Argelia.

Muchos de los emigrantes coinciden en que la coordinación y comunicación entre los diferentes miembros de la red de “Boss” se hace a través de aplicaciones de mensajería y de un grupo cerrado de Facebook, donde deciden cómo y cuándo cruzar la valla de Melilla.

Por otra parte y aprovechando el buen tiempo y la temperatura del agua, son constantes los intentos de entrada a Melilla a nado –unos 25 al día, algunos de ellos menores-- de los cuatro o cinco lo consiguen, según las fuentes consultadas por este periódico. Es un flujo pequeño, pero permanente.

En cualquier caso, las Fuerzas de Seguridad y militares marroquíes mantienen un férreo control en los alrededores de Melilla (también en Ceuta, donde ya se han realizado varias operaciones con detenciones) para evitar los saltos de los vallados y los incidentes registrados en junio.