Investigación

“Ni un mes sin acción”: las consignas que delatan a los exjefes de ETA

Un informe policial rescata las actas de la Zuba en las que la cúpula etarra decidía sobre el “diseño” de la estrategia “militar” y las “campañas” de atentados

"Mikel Antza", en la imagen, es uno de los seis exjefes de ETA investigados por el atentado contra la casa cuartel de Santa Pola (Alicante) en agosto de 2002
"Mikel Antza", en la imagen, es uno de los seis exjefes de ETA investigados por el atentado contra la casa cuartel de Santa Pola (Alicante) en agosto de 2002Ricardo RubioEuropa Press

«Ni un mes sin acción». La consigna a los «comandos» por parte de la dirección de ETA en noviembre de 2002 con vista a una «campaña» de atentados en enero del año siguiente era clara. Así consta en el acta de esa reunión de la Zuba o comité ejecutivo de la banda terrorista que incorpora un informe de la Comisaría General de Información del pasado 28 de julio que la Policía ha remitido al juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón en la causa en la que investiga a seis exjefes de ETA por el atentado contra la casa cuartel de la Guardia Civil en Santa Pola (Alicante) el 4 de agosto de 2002, en el que fueron asesinadas dos personas, una de ellas una niña de seis años.

En ese informe de inteligencia de una veintena de páginas –en el que se desgranan los indicios para responsabilizar de la acción criminal a Ramón Sagarzazu, exresponsable del «aparato internacional» de la banda criminal y uno de los exdirigentes etarras contra los que se querelló Dignidad y Justicia– la Policía recurre a las actas de los comités ejecutivos de ETA de agosto y noviembre de 2002 para sustentar ante el juez el «papel decisorio» que los integrantes de la cúpula etarra tenían en el «diseño de la estrategia política y militar» de la banda criminal.

El acta de la reunión de la Zuba (acrónimo de Zuzendaritza Batzordea o comité directivo en euskera) de agosto de 2002 se encontraba en un diskette incautado en la operación en la que en diciembre de ese año fue detenido en Tarbes (Francia) Juan Fernández de Iradi, «Súsper», hasta ese momento responsable del «aparato militar». En ese documento, la cúpula de ETA incluye en el apartado «cara al futuro de la acción política y militar» un apunte sobre «algunas acciones que podrían hacerse» y apuesta por llevar a cabo «una concreta planificación militar de cara al futuro: objetivos, medios materiales y humanos». «Las campañas, ¿cuándo?», se pregunta la dirección de ETA.

“Una pequeña campaña en enero”

Para la Comisaría General de Información, todo ello «es indicativo de que en el seno del máximo órgano de dirección de ETA se tomaban decisiones generales sobre el tipo de atentados que llevar a cabo y sus objetivos, medios materiales y humanos».

«Todo militante de ETA –se señala en el informe– dependía de un responsable y ése de otro en una cadena piramidal y, además, todos conocían la existencia del comité ejecutivo». Las órdenes de cada responsable, subraya la Policía, «se acataban en la convicción de que no se trataba de una orden personal, sino que respondía a un plan elaborado por la cabeza de la organización».

En el acta de la reunión de la Zuba de noviembre de 2002 –también intervenida a «Súsper» y posterior, por tanto, al atentado de Santa Pola pero indicativa del papel que jugaba ese comité directivo en ETA–, se consignan las apuestas de «cara al futuro» y el «planteamiento concreto de la vía militar» y se hace referencia a «escoltas» y a «estructurar el frente de makos» (cárceles). «Ni un mes sin acción», ordena a los «comandos» la cúpula etarra, que también apuesta por «cortar el transporte (vías férreas, aeropuertos». «Internacional, explosivos, turismo y una pequeña campaña en enero», refleja ese archivo que según el informe policial revela la intención de la dirección etarra de impulsar «una campaña de atentados y acciones en el ámbito internacional contra el turismo».

El turismo, objetivo

Pero esa campaña, recuerda, comenzó en realidad en diciembre de 2002 cuando ETA envió una oleada de cartas a embajadas acreditadas en Madrid en las que advierten a los extranjeros de «los riesgos de viajar como turistas a España».

Para los agentes, ese apunte «tiene su trascendencia» puesto que al igual que la Zuba «diseña los aspectos generales de una campaña como ésta, también es el órgano con capacidad para diseñar otras campañas tradicionales de ETA», como la «campaña de verano» en el marco de la cual se cometió el atentado «en un lugar tan turístico y veraniego como Santa Pola» (entre el 21 de junio y el 9 de agosto, el «comando» responsable de la acción criminal cometió otros cinco atentados en localidades costeras de Málaga y Alicante).

El informe de inteligencia hace referencia a un tercer documento interno de la banda terrorista que explica pormenorizadamente la composición de la Zuba. Incautado en la operación en la que en octubre de 2004 fueron detenidos en Salies de Béarn (Francia) Mikel Albisu, «Mikel Antza», y Soledad Iparraguirre, «Anboto» –también investigados por este atentado–, el archivo se titula «Funcionamiento de Zuzendaritza Batzordea».

Dos tipos de Zuba: “Handia” y “Txikia”

En él se detallan las dos modalidades de la Zuba: la normal o amplia y la «Txikia» o «Zubatto». A esta última (identificada como «Tx» o «Txk» por la palabra «txikia», pequeña en euskera, o también como «ZUBAdinamika») solo asistían, normalmente una vez al mes, tres de los integrantes del comité ejecutivo que únicamente abordaban temas de menor calado y no tomaba decisiones definitivas.

Pero a la Zuba normal iba toda la cúpula en pleno (que se reunía cada cuatro o cinco meses). Se la denominaba en clave como «H» (inicial de «handia», grande en euskera) y era la encargada de acordar «las grandes líneas estratégicas» de ETA de forma «solidaria y colegiada».

Entre las funciones de la Zuba que recoge ese documento se alude a las «iniciativas de todo tipo tomadas por la organización desde la reunión anterior: acciones, comunicados, otros».

Esas actas, recuerda la Policía, «se difundirán al resto de responsables y militantes para que conozcan las decisiones tomadas» y lo que cada uno «debe cumplir en el ámbito de sus funciones/competencias».