Marlaska abre la puerta a extender a la Guardia Civil el uso de dispositivos de grabación unipersonal

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha dejado la puerta abierta a extender a los agentes de Guardia Civil el uso de Dispositivos de Grabación Unipersonal (DGU) para grabar sus intervenciones, cámaras que tendrán a su disposición los efectivos de Policía Nacional desde este lunes, 8 de agosto.

“Todo llega”, ha asegurado el ministro en una entrevista en TVE, recogida por Ep, al ser preguntado acerca de si estos dispositivos también llegarán a la Guardia Civil después de que así los hayan reclamado.

El ministro considera “absolutamente importante” la inversión en medios para Policía Nacional y Guardia Civil y, en concreto, ha señalado que la utilización de cámaras personales beneficiará tanto a policías como a los propios ciudadanos.

En este sentido, ha explicado que las cámaras “son de utilización bajo los protocolos establecidos en materia de seguridad ciudadana y para poder controlar todo lo acaecido en caso de que sea necesaria en una operación”.

Además, Grande-Marlaska ha recordado las medidas que se han ido aprobando en esta legislatura, como la reducción de la velocidad máxima -a 90 kilómetros por hora- en las carreteras convencionales, o a 30 kilómetros por hora en vías urbanas de un solo sentido. Además, ha destacado la revisión, después de 15 años de vigencia, del carné por puntos, entre otras iniciativas legislativas.

Del mismo modo, ha señalado la “importancia de la educación” y como ejemplo ha señalado que, después de “tantos años” teniendo como uso obligatorio el cinturón en los vehículos, “entre el 10% y el 15% de los fallecidos en siniestros de tráfico” no llevaban el cinturón”.

Este hecho, junto al alcohol, el uso del móvil o las distracciones al volante son, según ha apuntado el ministro del Interior, los principales motivos de fallecimientos en siniestros de tráfico.

“Sumisión”

Fernando Grande-Marlaska, aseguró que siguen trabajando para determinar a qué obedece la oleada de “pinchazos” en locales de ocio nocturno que se ha intensificado este mes de julio, todo ello para esclarecer si esas prácticas buscan la sumisión química o “amedrentar” a las mujeres para echarlas de los espacios públicos. “Hay que concretar si hay sumisión química tradicional con el fin de someter la voluntad de una persona dirigida a la comisión de ese delito, o si hay otra voluntad detrás como la de intentar trasladar una situación de seguridad como amedrentar a un colectivo con ese discurso machista de tratar de sacar a las mujeres del espacio público”, ha explicado.