Memoria Histórica
Cataluña ha retirado desde 2010 más del 54% de los símbolos del franquismo
Prevé eliminar la totalidad de lo que queda pendiente en el plazo de dos años
Borrar los restos del pasado franquista es un objetivo no exclusivo del Gobierno central. En Cataluña, el mismo empeño ha conseguido desde 2010 la retirada del espacio público de más del 54% de los símbolos del régimen de Franco pero está previsto que, una vez aprobada la futura Ley de Memoria Histórica que prepara el departamento de Justicia, se elimine la totalidad que queda pendiente en dos años.
Según informó ayer el departamento de Justicia catalán, la actualización y ampliación del censo de simbología franquista ha permitido concluir que, desde 2010, el 65,3% de los símbolos que había en el espacio público hayan sido intervenidos, mientras que un 54,3% se han retirado y en un 11% de los casos han sido modificados. En concreto, de los 3.934 elementos franquistas detectados en Cataluña hace más de una década, 2.056 han sido retirados y otros 417 se han alterado o reinterpretado.
La mayoría de los símbolos franquistas recogidos en este censo son placas de viviendas, monumentos, tumbas y lápidas, relieves, inscripciones, rótulos de calles o cruces a víctimas del bando franquista, entre otros. La retirada de las numerosas y célebres placas –reconocibles por el yugo y las flechas de la Falange– se ha subvencionado por la empresa pública ADIGSA, que pertenece al Departamento de Vivienda.
Cataluña fue pionera en 2010 en la creación de este censo de símbolos franquistas en el espacio público, que en una primera fase incluyó solo a los ubicados en las capitales de comarca, en los municipios de más de 10.000 habitantes o en poblaciones de especial interés histórico. Como resultado, 185 ayuntamientos colaboraron aportando datos de 3.647 símbolos.
En 2019, el censo se amplió a los municipios de entre 3.000 y 10.000 habitantes, y con la nueva norma que elabora el departamento de Justicia y que incluirá a los municipios con menos población se prevé que pueda suprimirse toda la simbología franquista, según la consellera, Lourdes Ciuró. Esta ampliación ha permitido detectar 287 nuevos elementos franquistas.
En 2010, la Generalitat presentó el primer censo oficial de vestigios del franquismo, que cifró en los citados 3.934 los símbolos hallados fuera de Barcelona, y que se sumaban a los cerca de 4.000 que se localizó el ayuntamiento de la capital catalana en un estudio similar. El área metropolitana, las capitales de provincia y las Terres de l’Ebre –donde tuvo lugar la célebre batalla en 1938– eran las zonas con mayor presencia de referencias a la dictadura. En el estudio, que costó 200.000 euros, se recomendaba retirar o señalizar el 97% de las estatuas y símbolos.
Por municipios, los 10 que contaban con más restos identificados, sin contar Barcelona, eran L’Hospitalet de Llobregat (426), Lleida (358), Reus (227), Banyoles (202), Girona (195), Tarragona (192), Sabadell (176), Palamós (172), Figueres (133) y Cornellà de Llobregat (128).
Pero el mayor vestigio franquista que pervive en Cataluña es el monumento a la batalla del Ebro en Tortosa, cuya retirada paralizó la Justicia el verano pasado a petición de Corembe (Colectivo para la Reinterpretación del Monumento de la Batalla del Ebro), con el objetivo de evitar que sufriera daños irreparables. Según su abogado, Alejandro Hernández, su «descatalogación patrimonial es totalmente arbitraria» y «la Ley de Memoria Histórica no es de aplicación, ya que a partir de 1985 el conjunto no tiene simbología franquista». Su destino final está pendiente de los tribunales.
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