Contratos

La factura de Interior en la OTAN: 2 millones en cámaras, escáneres y pistolas táser

El ministerio pagó por el procedimiento de urgencia varios contratos para poner a punto Madrid en la Cumbre que reunió 40 líderes internacionales

El balance de la Cumbre
El balance de la CumbreDavid JarLa Razon

El Ministerio del Interior preparó un despliegue de seguridad sin precedentes para que la capital española acogiera a finales de junio la primera cumbre de la OTAN en España con 5.000 asistentes y 40 líderes internacionales. Un desafío para las Fuerzas de Seguridad que salió según lo previsto y sin incidentes reseñables. El dispositivo fue público: Madrid se blindó. Pero la factura exacta hasta ahora era desconocida: más de 2 millones de euros destinados a cámaras, escáneres, cartuchos para pistolas táser y estancia para policías.

Concretamente, fueron (al menos) 2.098.063 euros, según la suma de los contratos que acaban de publicarse en el portal de contratación. Ese dinero fue licitado por la División Económica y Técnica de la Policía mediante procedimiento de urgencia. De esta forma, el Gobierno se ahorró toda la parte de anuncio y concurso -como requiere la legislación para las contrataciones públicas ordinarias - y pudo elegir directamente a las empresas que suministraron el material de seguridad a los 10.000 agentes que participaron. La operación de seguridad se bautizó como Eirene (la diosa griega de la paz) y fue asumida por la Comisaría General de Información, en colaboración con el CNI, cuerpos policiales de otros países miembros de la alianza, la Interpol, la Europol y la seguridad de la OTAN.

El departamento que dirige Fernando Grande-Marlaskahizo un paquete de contratación destinado a reforzar la seguridad de la entrada a los distintos edificios y eventos de la cumbre. La sede principal estuvo en Ifema, pero se desplegaron también dispositivos en todo el centro (Museo del Prado, Paseo de la Castellana, Palacio Real, etc) así como por fuera de céntricos hoteles como el Palace, el Four Seasons o el Intercontinental donde los días que se alojó la esposa del presidente estadounidense Jill Biden (y luego él) era visible todo un cordón de seguridad de coches policiales. Interior destinó 310.365 euros a la compra de arcos detectores de metales y otros 183.43 euros para escáneres de inspección de paquetería. Este contrato se lo llevó la empresa Telecomunicaciones electrónica y Conmutación SA.

A pesar de algunas amenazas como la manifestación convocada por el movimiento anti OTAN (que no reunió a más de 2.000 personas), los incidentes fueron despreciables. Por si acaso, el Gobierno estaba prevenido. Compró videocámaras por valor de 818.202 euros; sistemas de televisión por 298.348 y se gastaron algo más de 2.000 euros en infografías. Además, Interior aprovechó la reunión de la Alianza Atlántica para equipar a los policías por primera vez con pistolas eléctricas, la llamadas Táser, (se habían comprado pero no se habían utilizado). Un antiguo reclamo porque ya los Mossos d’Esquadra venían empleándolas desde hace años. Un total de 341.220 euros se destinaron a la compra de cartuchos inmovilizadores eléctricos para estas pistolas.

El incremento de agentes fue muy visible todos esos día en la capital. Los policías nacionales llevaron el peso del operativo (6.550 desplegados), si bien la guardia civil (2.400) también tuvo un papel fundamental, así como policías municipales, bomberos, Emergencia y Protección Civil, seguridad de la Casa Real, de la Presidencia y de Seguridad Privada. El Gobierno destinó 141.500 euros a los servicios para la estancia de personal de la Policía. Contrataron a la misma empresa que ya opera en la Escuela Nacional de Ávila donde fue alojado este personal para multiplicar las raciones de comida, así como el servicio de lavandería de sábanas y toallas. Según el anuncio que hizo el propio Ejecutivo cuando presentó la organización de la Cumbre de la OTAN el presupuesto total del que disponían rondaban los 37 millones de euros para adjudicar sin publicidad.