Futuro

Yolanda Díaz regresa a su escucha sin certezas de su camino político

El espacio confederal busca que se apresure y mete presión ante la duda de que llegue a las generales

Sumar es uno de los retos que tiene por delante en este curso la vicepresidenta Yolanda Díaz, que compaginará junto a su trabajo en el Gobierno, marcado por la negociación de la subida del Salario Mínimo Interprofesional, donde la ministra de Trabajo se ha posicionado claramente con los sindicatos, liderando una ofensiva contra la patronal.

Aglutinar el espacio político a la izquierda del PSOE, un espacio que según ella misma asegura se le queda «pequeño», pero al que aspira liderar después de recoger las propuestas de la ciudadanía y de establecer un «contrato social» para un «proyecto de país» para la próxima década es una de sus principales premisas. Pero este no es su único examen, sino que su incursión en la vida política pondrá a prueba la relación con su principal «hermano», Podemos, que tras observar el hermetismo de la líder de Unidas Podemos, actúa con cautela y ya no habla de fundirse en su plataforma, sino de negociar con ella, como su principal «aliada». Así, el futuro de la izquierda de cara a 2023 tiene hoy más incógnitas que certezas.

Entre tensiones y falta de información entre los actores políticos de izquierda inicia la vicepresidenta hoy su segunda gran «escucha» por el país, en su gira que tiene por objeto recorrer todo el país de aquí a finales de año. Retoma hoy su actividad política tras el parón vacacional para pulsar las sensaciones de la ciudadanía a la que busca apelar. En este nuevo acto con la ciudadanía, Díaz se centrará en el mundo rural, en la sierra de O Courel (Lugo), una zona muy afectada por los incendios acontecidos este verano. En su primer acto en Madrid, la vicepresidenta ya dio pistas de cómo quiere forjar su proyecto. «Sumar no va de partidos, ni de siglas», dijo ante cerca de 5.000 personas.

La vicepresidenta deberá en tan solo cuatro meses construir un proyecto que superará las siglas de Unidas Podemos y el resto de partidos de izquierda, a la par que el PSOE se rearma con una «escucha» similar liderada por el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

En este camino, la vicepresidenta quiere aislar a los partidos de su proyecto personal, es decir, minimizar la influencia de partidos que considera desgastados y desconectados de las necesidades cotidianas de la sociedad, según ha deslizado ella misma en varias ocasiones. Será en diciembre cuando ponga forma a su idea política, es decir, cuando decida si se presenta a las elecciones generales de 2023 como candidata. Podemos y el resto de partidos como IU, Más País, Comunes o Compromís –entre otros– solo contemplan la opción de que Díaz dé el paso adelante. Sin embargo, según fuentes del espacio confederal, gustaría tener más información sobre su proyecto. Cunde, además, el temor de que «pueda retrasarse de cara a las generales», según trasladan en privado, como ha ocurrido con las municipales y autonómicas. Algo que en su equipo desdeñan, aseguran que el proyecto estará listo, sea quien sea quien lo lidere. Será entonces cuando el espacio confederal, liderado por Podemos, deberá negociar con Yolanda Díaz, la medida en la que los partidos estén presentes en la coalición, un extremo que la líder de Unidas Podemos quiere rebajar al máximo al considerar su proyecto un “movimiento ciudadano”. Pero indudablemente, deberá convertirse en proyecto político.