Cumbre Hispano-alemana

Sánchez y Scholz refuerzan su entente para presionar a Francia con el MidCat

Alemania plantea la incorporación al escudo antimisiles europeo de España y el Gobierno dice no conocer la propuesta

España y Alemania siguen reforzando sus lazos de unión en una coyuntura de máxima incertidumbre económica. Con tambores de recesión en el horizonte y en puertas de un invierno que puede ser especialmente crudo por las consecuencias de la guerra de Ucrania, Pedro Sánchez y Olaf Scholz se reunirán hoy en A Coruña en el marco de la XXV Cumbre Hispano-Alemana. Un formato que llevaba ocho años sin producirse, pese a que la relación entre ambos países se ha estrechado en los últimos tiempos, y que busca trasladar un potente mensaje de frente común estratégico para encarar un futuro marcado por la dificultad. La última cumbre como tal, con participación de una nutrida representación de ministros –en esta participarán ocho por la parte española- databa de 2014. Antes sí se han celebrado reuniones entre los primeros ministros o actos de reconocimiento como la concesión a Angela Merkel del premio Carlos V en Yuste.

Este mismo año, sin ir más lejos, Scholz visitó España en el mes de enero y Sánchez asistió como invitado a finales de agosto al retiro en Meseberg del Gabinete de Ministros alemán para compartir la experiencia del Ejecutivo de España en la elaboración de su Estrategia de Seguridad Nacional. Además, entre el 16 y el 19 de este mismo mes de octubre está prevista la visita de Estado de los Reyes a Alemania, que coincidirá con un foro económico y en la Feria del Libro de Frankfurt –inmediatamente después- España será el país invitado.

Esto, consideran fuentes gubernamentales, demuestra que “las relaciones están en un momento fantástico” entre ambos países. El objetivo, por tanto, es proyectar esta “gran sintonía” con el canciller alemán para “relanzar y profundizar” en la entente hispano-alemana en la cumbre que se celebrará durante la jornada de hoy en el Palacio de Congresos (Palexco) y que tendrá como telón de fondo la cuestión energética. El canciller Scholz está alineado con los intereses de España (también Portugal) para finalizar impulsar el malogrado gasoducto Midcat. Ambos países reiteraron su apoyo al proyecto a finales del mes pasado, y ahora buscan presionar al presidente francés, Emmanuel Macron, que sigue resistiéndose.

Este será uno de los temas centrales de la cumbre, pero no el único, desde Moncloa explican que se va aprobar un Plan de Acción, anejo a la declaración política, en el que han trabajado, con la iniciativa de Exteriores, todos los ministerios en la elaboración de propuestas dentro de sus respectivas competencias. Además, se firmará un programa de Trabajo y Economía Sociolaboral, entre los titulares de Trabajo, y una declaración de intenciones sobre Educación Superior y Formación, ya que Alemania tiene una gran experiencia en la Formación Dual, que a España le interesa explorar. Lo contundente de la delegación española da muestra de la trascendencia que se da a la cita. El presidente del Gobierno acudirá acompañado de las tres vicepresidentas, Nadia Calviño, Yolanda Díaz y Teresa Ribera; el ministro de Exteriores, José Manuel Albares; la de Defensa, Margarita Robles; la titular de Industria, Reyes Maroto; el de Agricultura, Luis Planas y el de Universidades, Joan Subirats.

En el Ejecutivo defienden también el vínculo “muy estrecho” que existe entre ambos países en el ámbito económico, donde el comercio bilateral (importaciones y exportaciones) supera los 70.000 millones de euros. Estructuralmente, Alemania es el segundo cliente de España (por detrás de Francia). “En momentos importantes en el ámbito de la Unión Europea, España y Alemania tienen mucho que aportar”, señalan fuentes gubernamentales. Menos unidad existe en cuanto a las reglas fiscales europeas, donde chocan las posiciones. En Moncloa reconocen que es un “tema difícil” pero valoran como “un gran paso” que Alemania se haya abierto a reformarlas, como pide España, y se emplazan a “seguir trabajando” en este sentido. Tampoco hay consenso en cuanto a la incorporación de España al escudo antimisiles europeo. Alemania invita a nuestro país a sumarse, pero desde Moncloa aseguraron ayer a este diario que tal propuesta «no está en la documentación» y desmienten que hayan «recibido ninguna propuesta ni comunicación al respecto».

Tampoco son ajenos ambos países al reto que supone para los socialdemócratas la victoria de Giorgia Meloni en las últimas elecciones italianas, un factor que puede distorsionar la necesaria unidad europea para afrontar las sanciones y la respuesta a la crisis energética, como consecuencia de la guerra en Ucrania. La estructura de la cumbre se cimentará sobre reuniones bilaterales entre el presidente y el canciller y los ministros de cada ramo, posteriormente, tras las 16 reuniones, habrá una puesta en común en el plenario en el que irán tomando la palabra. Como colofón final, tras la firma de acuerdos y antes de la cena que cerrará el encuentro con un ambiente “más distendido”, se producirá la rueda de prensa entre Sánchez y Scholz.