Defensa

Más de 6.500 millones para cazas, fragatas, submarinos, blindados, misiles, drones...

A los 4.900 millones que Defensa destinará a los Programas Especiales de Armamento se suman otros 1.600 de préstamos de Industria

Un aumento del 26,3%. O 2.671,9 millones más. Es el aumento que experimentarán los fondos del Ministerio de Defensa en 2023, los cuales se han conocido hoy con motivo de la presentación del Proyecto de Presupuestos Generales del Estado para el próximo año y que, en el caso del Departamento que dirige Margarita Robles supera los 12.827 millones de euros. Unas cuentas en las que el Gobierno ha dado un importante impulso a los conocidos como Programas Especiales de Modernización (antes denominados “de Armamento”, en la que se incluyen más de una treintena de proyectos, entre los que están clásicos como las fragatas F-110, los submarinos S-80 o los blindados 8x8 y otros nuevos como los de los aviones de vigilancia, misiles contra carro o lanzacohetes. Solo a estos el Ejecutivo destinará 4.901.7 millones (no tienen impacto en el déficit público), un 72,1% más que en 2022, cuando se destinaron 2.848 millones. Pero además, a esta cantidad hay que sumar otros 1.601 millones en préstamos del Ministerio de Industria para la “financiación de programas de desarrollo de material militar”, los cuales, respecto a 2022 (708,2 millones) se han incrementado en un 126%. Sin estos planes de modernización, las cuentas de Defensa apenas habrían aumentado un 8,4%.

De esta forma, serán 6.502,7 millones los destinados a armamento militar, algo que se defiende en el Proyecto apuntando que la inversión en la modernización de las Fuerzas Armadas es “un instrumento esencial al servicio del fortalecimiento de la Base Industrial y Tecnológica de Defensa, como tractor del crecimiento económico y del empleo”. Además, añade que “numerosos estudios académicos han acreditado el impacto económico positivo del gasto de Defensa para nuestra economía”. Y para darle más importancia, ofrecen las cifras del sector: las 509 empresas registradas en Defensa producen un empleo total aproximado de 167.000 puestos de trabajo directos y unos 240.000 indirectos o inducidos.

Pero también destaca el Gobierno la importancia de invertir en Defensa en un contexto de guerra “cada vez más complejo, donde el papel de la innovación tecnológica adquiere una creciente dimensión e importancia”. De ahí que el propio Ministerio de Industria destaque que esos programas de armamento “son proyectos de extraordinario contenido industrial y tecnológico a través de los que se desarrollan tecnologías avanzadas e innovaciones de carácter estratégico que generarán nuevos activos industriales”.

Así que esa es la clave de estas cuentas para las Fuerzas Armadas de 2023: los grandes programas de armamento militares, muchos de los cuales comenzaron en la década de los 90 (fragatas F-100, blindados “Leopard”...) y otros hace apenas un año (el caza del futuro o los aviones de reabastecimiento en vuelo). Tal es la importancia que en las previsiones presupuestarias de 2022 se cifraba en 3.011 los millones a destinar en 2023 a estos programas, prácticamente 1.900 menos que lo que finalmente se ha decidido.

Los Programas de Armamento

Se trata de programas para la fabricación de equipos y sistemas de armas con los que “se pretenden satisfacer las necesidades de la modernización de nuestras Fuerzas Armadas, dotándolas de los mejores sistemas de armas, equipos e infraestructuras de apoyo para el cumplimiento de sus misiones”. En las cuentas de 2023 se incluyen 32, frente a los 25 de 2022. Estos son los diez que más fondos recibirán:

  • Cazas Eurofighter (619,9 millones): modernización, evolución y apoyo logístico de este avión de combate y sustitución de los F-18 de Canarias
  • Caza del futuro (525,6 millones): Desarrollo del Sistema del caza del futuro y del sistema de armas de nueva generación (FCAS/NGWS). Un programa que se desarrolla a partes iguales junto a Francia y Alemania y que en la actualidad está bloqueados por problemas con las empresas.
  • Fragatas F-110 (488,6 millones): Estas fragatas (se construirán cinco) se situarán entre las más modernas del mundo y sustituirán a las F-80, aún en servicio.
  • Helicóptero NH-90 para Tierra (444,6 millones): Modernización y nuevas versiones de este moderno helicóptero de transporte.
  • Avión de reabastecimiento MRTT (270 millones): Los tres nuevos aviones recién adquiridos Airbus A330 de Proyección Estratégica con capacidad de reabastecimiento en vuelo.
  • Avión A400-M (268,3 millones): Mantenimiento, actualización y pagos pendientes de este programa que arrancó en 2001 y por el que se adquirieron 27 aviones de transporte de Airbus, aunque Defensa solo se quedó con 14.
  • Submarino S-80 (200 millones): Financiación del programa que incluye la adquisición de cuatro modernos submarinos. El primero, el S-81 “Isaac Peral”, se entregará el próximo año a la Armada.
  • Blindado 8x8 “Dragón” (189,5 millones): Una de las principales prioridades del Ejército de Tierra para sustituir a los RG-31. Tras años de retraso, las primeras siete unidades de un total de 348 para la primera fase se entregarán antes de fin de año. El programa completo incluye la adquisición de mil de estos blindados.
  • Helicóptero NH-90 para la Armada (180 milones): Versión naval de esta aeronave de transporte.
  • Aviones de patrulla marítima (170 millones): Adquisición de cuatro aviones Airbus C295W, con los equipos y sensores necesarios para adaptarlos a la misión de patrulla marítima.

Pero también recibirán fondos otros 22 programas, entre ellos la modernización de los helicópteros “Chinook”, el futuro Buque de Rescate Subacuático, un nuevo dron de largo alcance “Sirtap”, la modernización de las baterías “Patriot”, el lanzacohetes de alta movilidad “Silam” o los helicópteros H-135. Incluso se destinan fondos para la sustitución de los aviones “Harrier” de la Armada, cuyo único reemplazo posible es el F-35 estadounidense.