Cambios

El PSOE critica el «cálculo electoral» de Podemos con la ley trans

Moncloa quiere «mejorar» la ley para sortear futuros recursos ante el TC y los morados presionan directamente a Sánchez: «Que ponga orden»

La ley trans abrió una herida en el Gobierno de coalición que todavía supura. El conflicto que se vivió durante su formulación en el seno del Ejecutivo, bajo el liderazgo del Ministerio de Igualdad, se reproduce ahora con la tramitación parlamentaria. El movimiento del PSOE de ampliar el plazo de enmiendas, que supone –de facto– una dilación en su aprobación, ha demostrado que el conflicto se cerró en falso en su día. Las acusaciones cruzadas y las deserciones amplifican un «ruido» que los socialistas lamentan porque creen que finalmente «quedará en nada». «Hay más ruido que sustancia», dicen sobre la polémica. Sin embargo, no se puede obviar el mar de fondo político y la división que la ley trans ha generado dentro del propio PSOE, con la férrea oposición del feminismo clásico.

Fuentes socialistas critican el «cálculo electoral» que ha rodeado al diseño de esta y otras leyes bandera de Igualdad. La búsqueda de hacer coincidir la aprobación de la ley del «solo sí es sí» con el 8 de marzo o la propia ley trans con el Día del Orgullo LGTBi son solo una muestra de las «prisas» que desde Unidas Podemos quieren imprimir a los tiempos para utilizar la legislación como palanca en la reivindicación. «Se piensan que todo es inmediato», aseguran las citadas fuentes, que ponen como ejemplo los seis meses que tardó la Ley de Educación en ver la luz o las 60 enmiendas que Podemos ha presentado a la ley de vivienda después de pactarla en el seno del Gabinete.

Desde el PSOE niegan cualquier maniobra perniciosa y recuerdan que se trata de una norma «del Ejecutivo al completo» y que salió de la mesa del Consejo de Ministros. «Es una ley de todo el Gobierno, no solo de Podemos», señalan, reivindicando que los socialistas tienen «un recorrido» innegable en la defensa de los derechos del colectivo. En el ala socialista defienden así el papel del poder legislativo, durante el trámite parlamentario, para «mejorar» la ley y aportar «todo lo positivo» que se pueda. Una puerta abierta para limar algunas cuestiones que quedaron pendientes en el diseño de la norma por parte del Ejecutivo ante la presión que existía. «Es una oportunidad para mejorar la ley», insisten.

«La seguridad jurídica debe ser total»

En el Gobierno apuestan por armar una «ley sólida», que debe de «estar bien hecha», porque se da por seguro que acabará recurrida ante el Tribunal Constitucional. «La seguridad jurídica debe ser total», aducen fuentes consultadas por este diario, que ya anticipan que «PP y Vox van a sacar toda la artillería para tumbarla». «Lo que sabemos seguro es que va a acabar en el TC y hay que ver con calma si se puede mejorar cuestiones para dar una mayor seguridad jurídica», insisten. En este punto, cabe reseñar que el Gobierno ignoró las apreciaciones que hizo el Consejo General del Poder Judicial sobre la ley trans. Entre ellas, proponía elevar a los 18 años la edad mínima para que una persona pudiese solicitar por sí misma el cambio del sexo en el registro, la norma ubica en los 16 años la solicitud de «la autodeterminación de género» sin requisitos y en el caso de los niños, a partir de los 14 años, si tienen el consentimiento de los tutores. Por unanimidad, el CGPJ también pidió modificar la expresión «mujeres no transexuales» y sustituirla por «mujeres» a secas.

En Podemos se toman este retraso en la ley como un «desafío» personal por parte de su socio y así se entiende el nivel de presión que ejercerán en los próximos días y que cuenta, incluso, con el respaldo de la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, que en muchas ocasiones ha servido como mediadora y pacificadora en el espacio, frente a los órdagos lanzados por los morados contra el PSOE. «La ley trans ha de salir adelante», zanjó la ministra de Trabajo desde Bruselas.

El nerviosismo en el espacio ante la posibilidad que decaiga la ley, tal como fue redactada, es tan evidente que ha llevado a los morados a pedir al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que especifique personalmente su posición sobre la ley. «Que ponga orden» y «las cosas en su sitio», lanzó ayer el jefe del grupo parlamentario de Unidas Podemos, Jaume Asens. Un órdago directo al presidente con el que buscan presionar en Moncloa para que se desdiga de su grupo parlamentario. Podemos señala directamente a la ex vicepresidenta Carmen Calvo como urdidora del plan para retrasar la ley y especulan con que Sánchez podría no estar al corriente de la decisión del PSOE en la Cámara Baja. Algo, que, sin embargo fuentes gubernamentales, descartan por completo.

Podemos no aceptará cambios

A la par, Podemos llama a la movilización en la calle contra el PSOE. Amenazan incluso con que no aceptarán en el trámite parlamentario ni un «retoque» en la norma que venga por parte del PSOE y, ya en visión electoral, alertan de que llegar a la fiesta del Orgullo del próximo año sin una ley trans, les pasará factura. Recuerdan que la ley ya fue pactada y avalada por parte del Consejo de Ministros, por lo que no entienden que ahora el PSOE busque cambios. El sentir es que su socio busca retrasar «sine die» la ley y ello preocupa en el partido donde ven que en 2023, por el escenario electoral, será difícil legislar.

En el cuartel general morado hay una sensación de hartazgo ante el PSOE al reflexionar que muchas de las leyes más sociales que se promueven desde sus ministerios se encuentran siempre con «resistencias». Ven, además, una incongruencia haber pactado que tanto la ley trans como la ley del aborto fueran tramitadas en el Congreso por el trámite de urgencia y que la primera se someta ahora a tantas revisiones. «Ellos tienen que explicarlo», sentencian en el ala morada.