Polémica

El Gobierno asume que la ley trans no salió pulida del Consejo de Ministros

Moncloa intervino para frenar el «espectáculo» en el PSOE y denuncia «voces interesadas» que buscan «azuzar el enfrentamiento»

La ley trans va camino de convertirse en el gran quebradero de cabeza del PSOE y se maniobra a marchas forzadas para tratar de cerrar cuanto antes la vía de agua abierta. En concreto, Moncloa ha intervenido para poner fin a lo que consideran un «espectáculo» en el partido y, además, en una cuestión muy sensible y que ha generado «una polémica dolorosa», porque atañe a derechos de colectivos que forman parte de los valores socialistas. A ello se suma el conflicto generado dentro de la coalición gubernamental, donde Igualdad rechaza cualquier retoque en una norma que fue aprobada en verano en el Consejo de Ministros, tras tres años de negociaciones y polémicas entre Carmen Calvo e Irene Montero. En este sentido, fuentes socialistas reivindican que la ley trans es «una norma de todo el Gobierno, no en exclusiva de Unidas Podemos» y denuncian que existan «voces interesadas» que buscan «azuzar el enfrentamiento» y «apuntarse el tanto», en alusión directa a sus socios de coalición.

Los socialistas introducirán enmiendas en la ley –tienen hasta el próximo miércoles para registrarlas, tras ampliar el plazo por quinta vez– pero se abstendrán de realizar cambios en lo «mollar». Esto es, fuentes de la dirección del PSOE confirman que no se propondrán cambios en lo relativo a la autodeterminación de género, sobre la que sostienen que «no va a haber problema». Este punto es el que ha generado división dentro del feminismo socialista, pero la posición de respaldo al mismo ya quedó recogida de forma oficial en el 40º Congreso del PSOE de hace un año.

Donde sí quieren trabajar es en el artículo 65 del anteproyecto, en lo relativo a la aplicación de la ley de violencia de género. En el partido preocupa que se equiparen otras formas de violencia con la violencia de género y consideran que esto se debe clarificarse. En Moncloa reconocen que la ley no salió perfilada del Consejo de Ministros por las «prisas» de sus socios –que querían hacer coincidir su aprobación con el Día del Orgullo– y quieren ahora acabar de afinarla en la ventana de oportunidad que se abre con el trámite de debate parlamentario. Del mismo modo, intentan quitar hierro al «ruido» generado por la ampliación una semana del periodo de enmiendas, aunque asumen que Podemos ha ganado «el relato». En la parte socialista creen que sus socios estarán «abiertos» a negociar esta cuestión para «mejorarla».

En el Gobierno no dudan que la ley trans saldrá adelante y esperan que sea antes de finales de año, pero, como ya adelantó ayer este periódico, el Gobierno busca mejorar la norma para sortear futuros recursos ante el Tribunal Constitucional por parte del bloque de la derecha. El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ya avisó ayer de que derogaría la ley si llegaba al poder. Ante esto, fuentes socialistas subrayan que el objeto de ampliar el periodo de enmiendas de la ley obedece a la necesidad de «hacerla más robusta ante esos ataques de los que son verdaderos enemigos de los derechos de los colectivos».

Así, al mismo tiempo que el PSOE aseguraba que las enmiendas no tocarán la autodeterminación, ministras del PSOE se esforzaron también en rebajar la tensión asegurando que el objeto de discusión era buscar la «seguridad jurídica». «Hay que huir de la confrontación. Cuando se habla de niños y niñas se requiere una seguridad jurídica muy específica», zanjó la ministra de Justicia, Pilar Llop. En el ala morada, las fuentes consultadas por este periódico prefieren no hacer valoraciones sobre el cambio en el PSOE hasta que no estudien las enmiendas citadas. Es por ello que la presión sigue siendo máxima y con unanimidad en todo el espacio confederal. La vicepresidenta Yolanda Díaz pidió celeridad en el proceso parlamentario y no dar «ni un paso atrás» en la normativa. La ministra de Igualdad, ponente de la norma, pidió ayer al PSOE que «no pusiera» en riesgo la aprobación de la ley antes de final de año. «Toda la comunidad trans y LGTBi tiene que saber que no vamos a consentir ningún retroceso en derechos respecto a lo pactado en el texto de la ley porque es un gran consenso social y político».