Misión
Así entrena España a los militares ucranianos en el manejo del sistema de defensa antiaérea enviado por Defensa
A la espera de que arranque la misión de entrenamiento de la UE, en la que Defensa quiere formar a 400 militares ucranianos, los primeros efectivos ya aprenden en nuestro país
«El objetivo principal no es que se hagan expertos en el material, pero sí que sean capaces de operarlo». Son palabras del coronel Carlos Forcano, jefe del Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA) del Ejército del Aire, unidad que durante poco más de un mes ha entrenado a una veintena de militares ucranianos para que adquieran los conocimientos suficientes para poder combatir con el sistema de defensa antiaérea que España ha enviado a Ucrania: la batería de misiles «Aspide». Un curso, en el que también han recibido otro tipo de formación, que ha sido una primera toma de contacto de cara a lo que se viene: un segundo grupo de alumnos a principios de noviembre. Empezarán siendo unos 100, pero aumentarán hasta los 400 mientras arranca la recién aprobada misión de entrenamiento de la UE. En ese momento, el adiestramiento «bilateral» quedaría bajo el paraguas de esta operación multinacional. Un campo, el de la formación, en el que la experiencia avala a las Fuerzas Armadas de nuestro país, pues se trata de una tarea que han llevado a cabo –y llevan– en diferentes puntos del mundo: Afganistán, Mali, Irak, Somalia, República Centroafricana, Mozambique...
Por el momento, han sido 19 los primeros efectivos ucranianos que han estudiado en la base aérea de Zaragoza. Allí, como le explicaron a la ministra de Defensa, Margarita Robles, aprendieron a operar de forma autónoma en zona de operaciones un sistema antiaéreo que es vital para la defensa de su país. Y es que, tal y como comentó el comandante al mando de los efectivos ucranianos, Dimitri Shelekhov: «Cada día, las ciudades de Ucrania son golpeadas con misiles. Muere mucha gente civil. Muchos niños y muchos soldados mueren y sufren heridas». Así que este armamento es más que necesario para ellos, al igual que las cuatro lanzaderas de misiles «Hawk» que también recibirán del Ejército español.
Un adiestramiento más bien exprés, pues no hay tiempo que perder y su presencia en el frente de batalla es más que necesaria. De momento, esta formación se ha centrado principalmente en el material que España y otros países han ido entregando a Ucrania. De ahí que en esta primera fase, además de practicar con la batería de misiles (uso y mantenimiento), hayan adquirido conocimientos sobre el manejo de los blindados de Transporte Oruga Acorazados (TOA), también donados por el Ejército español.
Defensa aérea
En lo que se refiere a los misiles «Aspide», el curso intensivo se ha orientado al uso del sistema de defensa aérea de corto alcance del que forman parte, el «Spada 2000», tanto su radar y su centro de detección como las secciones de fuego. Se trata de un sistema modular que, con los conocimientos suficientes, se puede desplegar en menos de media hora para proteger infraestructuras críticas o posiciones concretas. Pero durante el mes en el que los militares ucranianos han sido entrenados en Zaragoza también han recibido formación básica, tanto en el uso de armamento individual como en el ámbito sanitario para atender bajas en combate. Este último «tema» es uno de los que Ucrania más demanda.
Una vez superado este primer curso «piloto», en poco más de una semana llegará otro grupo de uniformados ucranianos. Una instrucción que, como la anterior, realizará España por su cuenta, a la espera de que arranque la citada misión de entrenamiento y asesoramiento de la UE. Defensa ya ha anunciado que quiere contribuir a la operación instruyendo a unos 400 efectivos, pero como aún no está en marcha, seguirá adiestrando soldados por su cuenta hasta que empiece y, entonces, se incluirá la formación española en la misma. Los efectivos irán llegando de forma progresiva a nuestro país hasta alcanzar esos 400, aunque no se descarta que finalmente sean más, algo que depende de las necesidades ucranianas y de lo que oferte el resto de países.
Por el momento, Defensa se mantiene recelosa, por cuestiones de «seguridad», a la hora de explicar cómo lo afrontan, aunque sí que ha ido dando algunos detalles sobre los posibles módulos que integrarán el curso y dónde podrían tener lugar, pues son varias las instalaciones militares que todavía se barajan.
Porque las autoridades ucranianas demandan también formación en el manejo de blindados pesados (como los «Leopard» que España finalmente no les entregará) o en operaciones de desminado, un ámbito en el que las Fuerzas Armadas españolas tienen más que sobrada experiencia, no en vano nuestro país alberga un centro de excelencia de la OTAN contra artefactos explosivos improvisados.
Formación básica pero también relacionada con el material que España les ha entregado, por lo que se insistirá en los «Aspide» y se incluirán con toda probabilidad los lanzadores de misiles «Hawk», la última aportación española que se conoció tras el anuncio del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y el agradecimiento público del ministro de Defensa ucraniano.
El grueso, en Toledo
Uno de los lugares donde se espera que continúen los entrenamientos será la base de Zaragoza, ampliándose hasta el cercano centro de adiestramiento de San Gregorio, el «sitio perfecto para este tipo de formación», apuntan fuentes militares. Sin embargo, tal y como dijo Robles el viernes, el grueso de la formación tendría lugar en la Academia de Infantería de Toledo, que cuenta, entre otros, con el campo de maniobras de Los Alijares. Allí se desarrollarán diferentes módulos de instrucción, cada uno de una duración determinada, aunque no se descarta que, en determinados momentos, los alumnos se trasladen a otras instalaciones, como el citado centro contra explosivos en Hoyo de Manzanares (Madrid).
Al mismo tiempo, Defensa sigue ultimando su participación en la misión de la UE para formar a 400 de los 15.000 soldados ucranianos que contempla, cuyo inicio está previsto para mediados de noviembre. La idea inicial era la de adiestrar a los uniformados en Polonia o Alemania por la cercanía, aunque no se ha descartado que algunos módulos puedan desarrollarse en otros países. Ya en su momento se habló de la posibilidad de que se les instruyese en Letonia, donde la OTAN cuenta con un batallón (en el que hay 650 militares españoles) con unidades mecanizadas y de artillería. Según las necesidades que plantee Ucrania y los ofrecimientos de los aliados, se organizarán los diferentes «campus».
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