Sánchez asegura que el acuerdo del CGPJ “está listo” y pide aislarlo de la sedición

El Consejo General del Poder Judicial se negocia a ritmo de yenka. Cuando todo parece cerrado, se vuelve a abrir. Desde el Gobierno trasladaron ayer, lo hizo el propio presidente en una conversación informal con periodistas durante su viaje oficial a Kenia y Sudáfrica, que el pacto “está muy cerca” y que la intención era cerrarlo próximamente en una reunión entre él y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo. “Nunca hemos estado tan cerca del acuerdo como en este momento”, dijo.

Sin embargo, esta misma mañana lo que parecía inminente dejaba de serlo. Desde Génova trasladaban que la entrada en juego de la reforma del delito de sedición, que el Gobierno ha abanderado con vehemencia en los últimos días, complicaba sobremanera el consenso. De hecho, este pronunciamiento se producía después de que la número dos del PSOE y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que comparecía en el Congreso en esta última condición en el debate de las enmiendas a la totalidad a los Presupuestos asegurase que el Ejecutivo iba a llevar esta reforma a la Cámara en el corto plazo para “homologar a los estándares europeos la calificación de determinados delitos en nuestro país”.

Posteriormente, Montero se veía obligada a rectificar por el efecto que habían tenido sus palabras. “Si se ha interpretado que yo estaba dando un paso más, para nada. Hay un compromiso cuando tengamos la mayoría suficiente. Cosa que hoy no ocurre”, aseguraba. Hay mucho en juego. Sin embargo, el clima ya se había enrarecido y ha tenido que ser el presidente del Gobierno, desde Pretoria, quien saliera a interceder, pero sin dar marcha atrás en lo sustancial, en lo que ahora complica cerrar definitivamente el acuerdo y a lo que calificó como un “compromiso” de investidura.

Sánchez ha querido encapsular la negociación del CGPJ de la reforma del delito de sedición. El cumplimiento de la Constitución de lo que es la hoja de ruta del Gobierno. Por un lado, entiende que está la “agenda legislativa” del Ejecutivo, a la que el PP se ha opuesto sistemáticamente y “con fruición” durante toda la legislatura, algo que considera legítimo, a pesar de que le hubiera gustado contar con la colaboración del principal partido de la oposición; por otro, está el cumplimiento de las obligaciones constitucionales, tras la crisis constitucional sin precedentes que se abrió después de cuatro años bloqueado el Poder Judicial, con la dimisión de Carlos Lesmes.

“El acuerdo está listo y está preparado y aquí solo hace falta dar una respuesta a la voluntad política: sí o no queremos renovar. Nosotros decimos sí de manera rotunda”, ha dicho el presidente. Sánchez ha reiterado que “nunca como ahora hemos estado tan cerca de llegar a un acuerdo” y ha considerado que sí existe esa “voluntad política” por ambas partes de llegar a un acuerdo y “encontrar una posición equilibrada para el PP también”. “Espero que podamos desbloquear esta situación por el bien de la democracia y de las instituciones”, ha señalado.