Caso Trádex
Un fugado de Canarias a Dubái, un joven jugador de baloncesto y 4 millones de euros sin rastro
Un juzgado de Tenerife investiga una macroestafa con más de cien afectados. El principal acusado ha sido extraditado a España
La voz se fue corriendo rápidamente como suele ocurrir en la capital de una isla cuando algo funciona. Una empresa recién llegada había instalado una pequeña oficina en la calle del Castillo, la más céntrica de Santa Cruz de Tenerife, y desde ahí hacían inversiones que estaban devolviendo a la gente casi un 50% más del dinero invertido.MukeshDaswani, de origen hindú, no solo administraba la empresa con aparente éxito sino que dio en el clavo cuando contrató a un veinteañero, exjugador profesional de baloncesto “bastante conocido” en la ciudad por sus amistades en el deporte y sus relaciones entre los jóvenes. Ismael Blanco (nombre ficticio para proteger la identidad del chico) logró crearse una cartera de clientes y, junto a otros comerciales, aupar el negocio hasta que el pasado mes de julio se plantó en una comisaría de Policía y denunció a su socio. Todo había sido una estafa.
Y con la misma velocidad que el boca a boca propagó el chollo, el fraude corrió como la pólvora. “Mukesh se fue, Mukesh se fue”, sonó esos días de verano en Canarias. El “caso Tradex” que se investiga en el Juzgado de Instrucción número 3 de Santa Cruz de Tenerife tiene todos los ingredientes de un timo de libro. Ya los tenía en 2021 cuando esta plataforma IG Market comenzó a realizar las inversiones. Por eso, ahora muchos se preguntan cómo puede haber tantos afectados entre los que, según cuentan unos y otros en la isla, hay jugadores de baloncesto, miembros del Club Deportivo Tenerife, empresarios de mucha enjundia y hasta algún concejal.
La brigada canaria de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía ha estado meses recopilando datos. “Firmaban un contrato con cada inversor y se comprometía a que si los beneficios no eran los pactados devolvía la cantidad inicial”, explica el abogado penalista Javier Santana, que lleva la defensa de varios afectados. Los agentes calculan que los perjudicados han invertido 2.824.500 euros. Sin embargo, algunos de los despachos de víctimas elevan la cifra. “Nuestros cálculos van de cuatro a seis millones”, explica Isaac Pérez de Rivent & Granados Abogados. En la documentación de la causa, a la que ha tenido acceso LA RAZÓN, constan ya 136 estafados, pero solo en ese bufete señalan que están tramitando documentación de al menos otro centenar de personas. La mayor parte de ellas son tinerfeñas, pero también hay afectados en Gran Canaria y alguno en la península, indican.
Como sucede en una estafa piramidal, los primeros ven su rendimiento porque se va pagando con lo que aportan los siguientes. Cuando Ismael se retiró del baloncesto hace unos años, empezó a interesarse por las inversiones y Muckesh le ofreció trabajar para él porque “le gustaba su perfil”. El joven se involucró e hizo lo propio con su familia: sus padres, dueños de una ferretería humilde, invirtieron sus ahorros e incluso pidió a su entonces jefe coger 10.000 euros ahorrados de su abuelo Paco de 90 años que también quería participar de la rentabilidad, explican fuentes de su entorno más cercano.
“A principio de la trama, en junio o julio de 2021 el mínimo [a invertir] eran 5.000 euros, los últimos meses ya eran 20.000″, completa el letrado Pérez. Algo del dinero se invirtió en criptomonedas, de hecho la titular del juzgado ha ordenado bloquear un wallet (una cartera virtual donde se guardan estos criptoactivos) que forma parte del fraude. Pero, según los informes de la UDEF, la principal actividad que vendían consistía en operaciones de bolsa. “Él [Muckesh] era muy bueno, era un reloj si tenía que pagar a alguien. La gente iba a la oficina y le veía operar ”, cuentan estas fuentes.
Un viernes de julio empezó a retrasarse en los pagos. Ismael, que había llegado a asociarse con él solo un mes antes para empezar con cursos de formación de inversiones y criptomonedas, le pidió y explicaciones y el principal acusado confesó que lo había perdido todo. Según consta en las actuaciones, el joven se presentó en la Policía pero como al principio no había pruebas no detuvieron al fundador de Tradex que terminó huido. Ya estaba muy lejos cuando se produjo la explosión y la avalancha de denuncias.
La magistrada a cargo, Carolina Déniz de León, ha llamado a declarar a otros cinco comerciales que participaron en la empresa como testigos, pero a Ismael Blanco lo ha citado en calidad de investigado el próximo 22 de noviembre. Las personas de su entorno que han hablado con este periódico lo sitúan como una víctima más, pero la jueza justifica que él como principal captador podía conocer las intenciones de Muckesh con quien llegó a compartir la sociedad. “Al tío fueron a buscarlo a casa y le dijeron dame el reloj y dame las llaves de tu coche. Tenía un Land Rover Discovery de 90.000 euros y un Rolex”, cuenta otro joven que conoce a Ismael. “Él perdió dinero y había metido a su familia y a un montón de gente. Al final es que ha quedado fatal con todo su entorno”.
Las bases de datos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y el Registro Mercantil han confirmado que la mercantil Tradex ni siquiera existía como tal. Se trata de “un nombre comercial”, dicen los investigadores. La magistrada ha imputado también a su mujer que sigue en la isla y a finales de agosto emitió una orden internacional de arresto contra Muckesh. El 13 de octubre fue detenido en Dubái y, las fuentes consultadas, indican que hay toda una nebulosa de dudas sobre si realmente lo han encontrado o se ha entregado.
En principio, esta previsto que este viernes aterrice en Madrid y un juzgado de guardia le tome declaración. Luego, la magistrada deberá decidir si lo envía a prisión preventiva hasta que se termine de esclarecer cuántos canarios han perdido su dinero y quiénes están implicados en los delitos de estafa y blanqueo de capitales que están bajo la lupa. Igual que el fraude parecía estar escrito, las fuentes jurídicas consultadas en la causa indican que en este caso la cárcel también. El riesgo de fuga es palmario.
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