La “tierra de nadie” de Melilla-Nador, española pero de “soberanía” marroquí

La llamada “tierra de nadie” de la frontera entre España y Marruecos por Melilla se estableció en 2001, cuando fue terminado, bajo el mandato de José María Aznar, el vallado para evitar la entrada de inmigrantes, según han informado a LA RAZÓN fuentes conocedoras del asunto. Con anterioridad, en otras circunstancias ocurrió lo mismo con igual resultado.

Rabat se negó que dicho vallado se levantara en los hitos o mojones que marcan la frontera real entre ambos países, por lo que el 95% esta edificado en tierra española.

Lo de la “tierra de nadie” duró el tiempo que Marruecos decidió que territorio comenzaba a este lado del vallado, con una evidente toma de soberanía sobre algo que era español. Desde entonces, se ha mantenido así sin mayores problemas. Incluso, por parte marroquí se ha edificado en ese territorio.

A raiz de la emisión del documental de la BBC el pasado día 1 y la consiguiente tormenta política, sobre si se habían producido muertos en territorio español o no, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska habló de esa tierra de nadie.

Quienes afirman que mintió no están, stricto sensu, cometiendo un error porque la zona de nadie era (y es?) territorio español; pero, sin que se haya producido una cesión formal, es Marruecos el que ejerce la soberanía sobre el mismo.

Son cosas que pasan en las zonas fronterizas, pero, por lo que a los trágicos sucesos del 24-J se refiere y las 23 muertes reconocidas oficialmente por Marruecos –que nunca ha hablado de que alguna se produjera en España-- parece claro que, pese a producirse una “contradicción territorial”, los fallecimientos lo fueron en el vecino país.

Por aportar un dato más, cuando se levantó la tercera estructura del vallado se le dijo a Marruecos que debía realizarse en su territorio, en el que ya consideraba de su soberanía, y se negó. Tuvo que hacerse en nuestro territorio.

En esa “zona de nadie”, cuya soberanía ejerce Marruecos, es habitual, cuando se producen rechazos en frontera, que los agentes españoles pasen al otro “lado” y los marroquíes hagan lo propio, con el fin de colaborar en dichos rechazos, algo contemplado en la legislación vigente.

La colaboración ha llegado hasta el punto en que, en algunos momentos, cuando la vida de los agentes marroquíes peligraba por la extrema violencia con la que se empleaban los inmigrantes contra ellos, se les permitió protegerse en el intervallado (territorio español) para evitar males mayores.