Vallado

El informe de Derechos Humanos de Marruecos reconoce que las muertes del 24-J fueron en su territorio

Culpa a las autoridades españolas por su “cerrazón” al no abrir las puertas del paso de Barrio Chino y producirse una avalancha en la que fallecieron los inmigrantes

Puertas del paso de Barri Chino del lado marroquí (fotografía informe CNDH)
Puertas del paso de Barri Chino del lado marroquí (fotografía informe CNDH)jmz

Las muertes en los trágicos incidentes del pasado 24 de junio en la frontera entra Marruecos y Melilla se debieron, fundamentalmente, a que las autoridades españolas se negaron a abrir la puerta del paso de Barrio Chino y se produjo una avalancha y los fallecimientos, en zona marroquí,por asfixia y aplastamiento.

Según fuentes conocedoras de los hechos, consultadas por LA RAZÓN, antes de que se produjera esta dramática situación los inmigrantes habían conseguido flanquear las puertas del lado marroquí, mediante el uso de una cizalla. A partir de ahí, intentaron entrar en zona española. Del informe, agregan, cabe deducir que cada vez que se produzca un salto se debe franquear el paso a los que quieren entrar ilegalmente.

Así se deduce del informe emitido el 13 de julio por el Consejo Nacional de Derechos Humanos de Marruecos (CNDH) que cita datos aportados por las ONGs.

El informe sí habla de que “detrás de la valla” (se entiende que ya en territorio español), “se produjo violencia (no habla de muertes) debido a la reticencia de las autoridades españolas a prestar la asistencia y el socorro necesarios a pesar de la estampida y la enorme aglomeración de migrantes”.

El hecho de que " las puertas torniquetes, que permanecían herméticamente cerradas, tuvo el efecto probable de aumentar el número de muertos y heridos”, subraya.

En las conclusiones, se dice textualmente: “las muertes registradas se produjeron por asfixia mecánica por sofocación provocada por la estampida y la aglomeración del gran número de víctimas en un espacio herméticamente cerrado (desastre masivo), con movimiento de la multitud en estado de pánico”.

El informe agrega que “los enfrentamientos, que constituyeron un precedente inédito en la historia de los intentos de cruzar la valla que separa Nador de Melilla, se caracterizaron por una extrema violencia perpetrada simultáneamente por un número muy elevado de migrantes (estimado en unas 2.000 personas) armados con palos, piedras y armas punzantes”.

Los hechos tienen un precedente en el día 18 de junio de ese mismo mes. Las autoridades marroquíes lanzaron una operación de rastreo en el bosque de “Bokoya” que derivó en un enfrentamiento entre las fuerzas públicas y los inmigrantes, que recurrieron a una extrema violencia después de haberse refugiado en lo alto del monte.

“Tiraron piedras a las fuerzas públicas y continuaron atacándolas a pesar de su retirada. Durante el enfrentamiento, los migrantes manifestaron un espíritu organizativo que refleja un conocimiento de las tácticas de repartición de tareas y la facilidad de actuar en lugares accidentados para poder bloquear las fuerzas públicas por varios lados, así como la vuelta táctica hacia la altura del monte para atraerlas, donde sean fácilmente bloqueadas”

Además, retuvieron a cinco miembros “de las fuerzas públicas e incautaron ciertos materiales usados para el mantenimiento del orden, como cascos y escudos policiales. Ante esta situación, la fuerza pública se vio obligada a retirarse y negociar con los migrantes que liberaron incondicionalmente a cuatro miembros mientras retenían al quinto, quien fue expuesto a un atentado grave contra su integridad física. Lo liberaron tras una serie de negociaciones que también condujeron a la recuperación del material policial incautado”.

En esta misma operación, 56 miembros de las fuerzas públicas sufrieron heridas de diversa gravedad, por las cuales fueron trasladados al Hospital Hassani de Nador para recibir los tratamientos adecuados.

“Después de lo sucedido, los migrantes se retiraron en pequeños grupos a intervalos en dirección a los bosques adyacentes. Se refugiaron en el bosque “Aznoden”, que pertenece a la comunidad “Ihdaden”, a unos 20 km de la ciudad de Melilla. El punto que eligieron era un alto muy accidentado que constituye un lugar estratégico que permite observar todos los movimientos desde lejos. Según las autoridades, y con el fin de eliminar el peligro que representa este grupo de migrantes que manifestaron una violencia extrema e injustificada lanzaron un operativo de rastreo en el bosque de “Aznoden”, el 23 de junio de 2022. Sin embargo, se enfrentaron a más violencia, que causó 116 heridos en las filas de las fuerzas públicas, incluidos siete casos graves”.

El día de los incidentes. Por la mañana, alrededor de 2.000 migrantes se dirigieron a pie, “en grupos separados y organizados, desde su lugar de concentración en el bosque “Aznoden” hacia la ciudad de Melilla, a unos 20 km del cruce. Sobre las 6:30 de la mañana, se les vieron en la zona de “Ouled Salem”, antes de que continuaran caminando hacia la valla alrededor de las 7:00 y se dispersaran en dos grupos”.

“El primero se dirigió a una de las puertas de la valla, mientras que el segundo grupo al “Barrio Chino” antes de que todos se dirigieran hacia el paso para saltar sus muros. Después de haber accedido al patio del paso y haberse dirigido a las puertas torniquetes herméticamente cerrados que separan la ciudad de Melilla (cerradas desde hace tres años), permanecieron bloqueados en un espacio muy estrecho.

Un vídeo grabado el 24 de junio, que forma parte del informe, “muestra una gran multitud de migrantes que descienden de las montañas adyacentes llevando palos y mochilas cargadas con piedras. El grupo de migrantes sigue avanzando hacia la valla, mientras las fuerzas del orden se alejan debido al gran número de migrantes que tiran piedras. Por su lado, las fuerzas públicas respondieron lanzando gases lacrimógenos, antes de que un grupo de migrantes atacara la puerta metálica del cruce, mientras otro grupo se movía para saltar la verja de hierro que rodea su patio. Debido al gran número de migrantes que saltaban la valla que remata los muros, parte de ésta se desplomó. Otros vídeos muestran la aglomeración de migrantes en el interior del patio del paso, algunos de ellos escalando la valla que rodea la ciudad de Melilla, mientras los miembros de las fuerzas públicas permanecían fuera del paso”.

“Debido a la estrechez del espacio, y a la insistencia de la numerosa multitud de migrantes en infiltrarse a Melilla, se produjo una fuerte estampida que causó un gran número de heridos de diversa gravedad, tras lo cual fueron trasladados al Hospital Hassani para ser atendidos, antes de anunciar la muerte de 23 personas entre los migrantes. Fueron 217 las personas heridas entre las cuales 140 son miembros de las fuerzas públicas y 77 de migrantes de diversa gravedad”.

El informe enfatiza que “la vigilancia 24h/24h a lo largo de la valla por las patrullas de la Guardia Civil española y las mejoras técnicas efectuadas para reforzar su seguridad entre 1998 y 2018, siguen sin impedir el paso de migrantes y el registro de muertes”. Lasa distintas asociaciones de la Benemérita vienen denunciando la falta de medios con los que cuentan los agentes para frenar las intrusiones y los numerosos heridos, algunos de ellos de gravedad, que se producen entre los guardias.