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¿Qué quiere España de la corbeta europea? Entre un patrullero de larga distancia y un buque de combate

Los países implicados se han mostrado alineados de dos en dos: Grecia e Italia apuestan por una versión de combate mientras que Francia y España lo hacen por una de largo alcance

El presidente de Navantia, Ricardo Domínguez, firma el convenio para la futura fragata europea
El presidente de Navantia, Ricardo Domínguez, firma el convenio para la futura fragata europeaNAVANTIANAVANTIA

Cuatro países, España, Francia, Italia y Grecia, con la ayuda financiera de Dinamarca y Noruega. Tres grandes empresas, la española Navantia, la francesa Nava Group y la Italiana Fincantieri, más la entidad conjunta formada por estas dos últimas, Naviris, además de 40 compañías de sistemas y equipos marítimos de una docena de países. Un continente unido en un proyecto común, una corbeta paneuropea, un buque para todos pero con dos versiones, una de patrulla y otra de combate, para las cuatro visiones distintas de los países que lo lideran. Su nombre es a EPC, por las siglas en inglés de Corbeta de Patrulla Europea.

Los primeros pasos ya están dados, los consejeros delegados de los astilleros acaban de firmar el acuerdo preliminar del consorcio que diseñará un buque que, si no sufre retrasos, estará listo en 2030. Tras la firma, los consejeros delegados de las empresas principales han coincido en señalar que el diseño del buque se realizará “maximizando las innovaciones, las sinergias y la colaboración entre la industria naval europea”, y recalcaron que, al desarrollar juntos la futura EPC, “contribuirán a asegurar la soberanía europea en el buque de guerra de segundo rango”.

La Comisión Europeaseleccionó al pasado mes de julio al consorcio liderado por Naviris junto con las dos empresas que lo componen (las citadas italiana Fincantieri y francesa Naval Group) y la firma española Navantia en la primera convocatoria del Fondo Europeo de Defensa (FED) para el denominado programa MMPC (siglas en inglés de Corbeta de Patrulla Modular y Polivalente).

Primer diseño de la futura corbeta europea presentado por la italiana Ficantiere
Primer diseño de la futura corbeta europea presentado por la italiana FicantiereLa Razón

Largo alcance o combate

Los países implicados se han mostrado alineados de dos en dos. Grecia e Italia apuestan por una versión de combate mientras que Francia y España lo hacen por una de largo alcance. No obstante, la guerra de Ucrania ha hecho replantearse estos posicionamientos a mayores, por lo menos en el caso de España, desde donde ya no se descarta la versión de combate.

La idea inicial de la Armada para la versión española de la corbeta europea era la de un patrullero de altura, lo que se conoce popularmente como OPV (Offshore Patrol Vessel) pero evolucionado a la máxima expresión tecnológica. Un buque de segunda línea, capaz de llevar a cabo misiones de vigilancia y patrullaje a largas distancias con una capacidad ofensiva media, sin llegar al blindaje y los sistemas de armas de una fragata, que sería la primera línea. Luego llegó la guerra de Ucrania y todo lo que tuviera que ver con sistemas de defensa se revisó. Y se revisó al alza. Ahora no se descarta dotar a la patrullera de sistemas más avanzados, tanto defensivos como ofensivos.

La corbeta europea
La corbeta europeaBarrio

Un concepto modular

Lo bueno es que el propio proyecto de la corbeta permite esto y más. El buque tiene de inicio un concepto modular que partirá de un monocasco de entre 100 y 110 metros de eslora, un calado inferior a los cinco metros y una capacidad de desplazamiento de 3.500 toneladas como máximo gracias al empuje de dos motores diésel y otros dos eléctricos que permitirán una velocidad máxima de 24 nudos. A popa tendrá una cubierta de vuelo para helicópteros y un área para operar vehículos aéreos remotamente tripulados. En este esquema común, cada país irá incorporando los sistemas que decida. En el caso de la patrullera de largo alcance, el requisito es que los motores deberán ofrecer una autonomía de 8.000 millas náuticas a medio gas (unos 45 días de navegación a 14 nudos), lo que les permitiría operar tranquilamente en puntos muy alejados de territorio nacional, como las misiones de la Armada en el Golfo de Guinea o de lucha contra la piratería en el Índico. En el caso del buque de combate, el armamento será lo que marque la diferencia y ahí cada país decidirá.

En España, la Armada contempla que los BPM puedan realizar tanto misiones de patrullaje y vigilancia puras y duras como misiones de escolta limitada de unidades de porte menor, como agrupaciones de cazaminas, mando de grupos de ataque de superficie, así como apoyo al despliegue en tierra de unidades anfibias y de fuerzas de operaciones especiales. Es decir, un pasito más que un simple patrullero de segunda línea pero sin llegar a ser un buque de primera línea.

El futuro buque suena como sustituto de los patrulleros de altura de la clase "Serviola"
El futuro buque suena como sustituto de los patrulleros de altura de la clase "Serviola"ARMADA ESPAÑOLA

España quiere seis

España quiere seis corbetas, que se llamarán oficialmente Buques de Protección Marítima (BPM), para sustituir a los patrulleros de altura de la clase Serviola (Atalaya, Centinela, Serviola y Vigía) y las excorbetas, transformadas en patrulleros, de la clase Descubierta (Infanta Cristina e Infanta Elena).

La participación de la española Navantia en este proyecto no es testimonial. El astillero español tiene ahora mismo en el mercado la que puede ser la corbeta más moderna de Europa, la vendida a Arabia Saudí, un buque calificado en más de una ocasión como “pequeño pero matón” por que pese a su tamaño va fuertemente armado al punto de tener misiles antiaéreos o torpedos. Además, la Armada aportará su experiencia con los Buques de Acción Marítima (BAM) que ya llevan una década en servicio y, aunque de menor tamaño, siguen el concepto de patrullero de altura que ahora se propone.