Terrorismo

Los paquetes bomba, de fabricación artesanal, fueron enviados desde territorio español

Un sexto artefacto ha llegado a la Embajada de los Estados Unidos en Madrid

El hecho de que los cinco paquetes-bomba detectados hasta ahora hayan sido enviados desde territorio español (y no desde Ucrania, como se decía en la caso de la empresa Instalaza, de Zaragoza) apunta a la autoría de un mismo grupo o persona aislada, según expertos consultados por LA RAZÓN.

Esta misma mañana, sobre las 12:30, un nuevo sobre, de características similares a los anteriores, ha sido interceptado en el filtro de seguridad de la Embajada de Estados Unidos en Madrid. Se ha activado el protocolo policial pertinente

Los sobres y los artefactos contenido en su interior son iguales en todos los casos y todo parece indicar que los materiales con los que fueron confeccionados son de fácil acceso en el mercado abierto.

Por los datos que se conocen, el mecanismo de detonación es de los de tirador. La sustancia explosiva está unida a un sencillo detonador (una simple resistencia de bombilla), todo ello dentro de un circuito alimentado por una pila. Cuando la víctima abre el sobre, el sedal o mecanismo similar cierra el circuito y se produce la explosión. Es algo relativamente sencillo que, desgraciadamente, se puede aprender en los manuales que circulan por las redes sociales y que, por lo tanto, tiene acceso cualquier persona que pretenda ejecutar este tipo de actividades criminales.

Al estar dirigidos los artefactos a entidades y personalidades relacionadas con Ucrania y la colaboración con este país en su guerra contra el invasor ruso, las investigaciones podrían ir dirigidas a los grupos extremistas españoles que se han posicionado a favor de Moscú y en contra de Kiev, sin que se puedan descartar otras hipótesis.

En cualquier caso, queda una interrogante sin resolver. ¿Porqué sólo ha sido España y no los demás países que colaboran con Ucrania la que ha sido objeto de esta campaña criminal?.

Otra incógnita. ¿Qué ha ocurrido en Correos para que ninguno de los artefactos fuera detectado por sus servicios de seguridad?. En su momento, cuando se produjo el envío de proyectiles a distintas personalidades, se habló de mejorar dichos sistemas. Un dato relevante en las pesquisas es saber en qué estafetas o buzones fueron depositados los paquetes y determinar si hay cámaras de videovigilancia en las proximidades.

Al estar escritas las direcciones a mano, el exámen caligráfico constituye una evidencia que también será tenida en cuenta por los agentes encargados de dar con los autores.

El hecho de que dos de los artefactos hayan podido ser recuperados por los TEDAX sin tener que ser detonados –los de la Base de Torrejón y el Ministerio de Defensa—va a permitir a los especialistas abrir vías de investigación sobre la autoría de los envíos.

Parece, en todo caso, que se tata de artefactos artesanales –no por ello menos peligrosos—en los que se ha utilizado material pirotécnico, cuya adquisición no requiere de permisos especiales, y los otros componentes (cables, resistencia, pilas, etcétera) disponibles en el mercado abierto.

Los agentes que forman parte de los equipos de desactivación de las Fuerzas de Seguridad suelen comentar que “cada artefacto lleva una firma”, al referirse que, por sus características, se puede llegar a obtener indicios del individuo o individuos que lo han confeccionado.

El secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez, ha confirmado esta mañana que los primeros datos de la investigación apuntan a que los sobres explosivos recibidos por distintos organismos, la embajada de Ucrania y una empresa militar fueron enviados desde algún punto del interior de España.

Agregó que se trata de sobres de color marrón de similares características y que según datos preliminares de la investigación podrían haber sido enviados desde España.

En cualquier caso, rechazó por ahora la posibilidad de elevar el nivel de alerta antiterrorista. “No creo que los hechos tengan entidad para convocar la mesa de evaluación del nivel de alerta antiterrorista”.