Ley de Memoria
«La imagen de nuestra expulsión del Valle de los Caídos hundiría al Gobierno»
Santiago Cantera, prior de Cuelgamuros, pide que «dejen a los muertos en paz»
El prior del Valle de los Caídos, Santiago Cantera, habitualmente en un discreto segundo plano, rompe su silencio para pedir que «dejen a los muertos en paz» y precisar que no sería fácil expulsar a los monjes benedictinos que se encuentran en Cuelgamuros por un convenio que el Estado «no puede romper unilateralmente». La abadía del complejo está señalada desde hace tiempo por el Gobierno, que prevé en la Ley de Memoria Democrática aprobada el pasado mes de octubre una «resignificación» del Valle y la expulsión de la comunidad religiosa. Solo es cuestión de tiempo, y Cantera –medievalista, teólogo y profesor universitario– es consciente de ello.
«En la Ley de Memoria hay un artículo sobre el Valle. En principio, tiene que salir un real decreto para la regulación del nuevo orden jurídico del Valle. Tendrán que ver cómo sortean nuestra realidad, porque nosotros estamos aquí por un convenio a dos partes, que no se puede romper unilateralmente», explica Cantera en una entrevista con la revista «Mundo Cristiano» recogida por Ep.
Este convenio, según recuerda el prior, fue firmado entre la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos y la abadía de Silos, a la cual subroga la personalidad jurídica la abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, desde el momento que nace. «Es decir, tendría que hacerse un nuevo convenio con nosotros. Aunque esto lo asuma Patrimonio del Estado y ya no Patrimonio Nacional, el convenio lo tienen que asumir. Solo cabe negociar un nuevo convenio», subraya el prior, que asumió el cargo en 2014.
Cantera señala además que, al ser la abadía de derecho pontificio –nace en 1958 por un decreto del Papa Pío XII–, un Estado no podría romper el convenio unilateralmente sino que «haría falta la aprobación escrita y firmada desde la Santa Sede».
Asimismo, denuncia que llevan «cinco años» sin aportarles económicamente lo que les correspondería «de los fondos recaudados por la Fundación para el cumplimiento de los fines fundacionales asignados» y que siguen desempeñando.
También añade que tienen «una serie de derechos» y que el cumplimiento de esos derechos «los va a heredar la institución que suceda a la Fundación de la Santa Cruz». «Eso hace que jurídicamente no sea una cuestión fácil la de expulsarnos. Y mediáticamente sería desastroso. Esa imagen internacionalmente hundiría a un gobierno», indica.
Preguntado por si considera que, en estos años, ha habido atentados contra la libertad religiosa y de culto, recuerda que, con motivo de la exhumación de los restos de Franco, la basílica estuvo cerrada tres semanas y denuncia que «estuvo ocupada sin autorización de la autoridad eclesiástica por agentes armados de la Guardia Civil, en un espacio que es inviolable según los Acuerdos Iglesia-Estado», por lo que en su opinión hubo «una violación grave del derecho a la libertad religiosa». Sobre ese hecho en particular, Francisco Franco Martínez-Bordiú denunció a este periódico que aquellos días «se perdió la custodia» de los restos mortales de su abuelo, «custodia que se le entregó en 1975 al prior del Valle de los Caídos».
Por su parte, Cantera reclama «paz» para los «muertos», ya que «lo que nos toca es dejar que reposen en paz y tratar de construir la paz entre los vivos», además de «que se respete fundamentalmente el sentido religioso y de lugar de culto que tiene el Valle de los Caídos, y del cual es garante la comunidad benedictina».
En cuanto al cometido de la comunidad religiosa en el Valle de los Caídos asegura que es «buscar la reconciliación» y, en este sentido, añade que los monjes benedictinos rezan todos los días «por los caídos de un lado y del otro; del bando nacional y del republicano».
Precisamente para evitar las «sandeces» que se dicen sobre su actividad en Cuelgamuros, Santiago Cantera –autor del ensayo «La crisis de Occidente», que dedica «a los monjes que construyeron Europa y a los misioneros que llevaron la fe a América»– presentó en octubre una serie de vídeos en los que monjes, formadores, profesores de la Escolanía, padres de niños y los propios escolanos muestran «una realidad muy distinta a la que se transmite desde otros medios y ciertas iniciativas que no parten de la verdad del verdadero día a día del Valle».
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